Crónica de la vergüenza en la final: gas pimienta, saltos a la valla y una seguridad desbordada

El sueño es real. El Real Madrid ha ganado su decimocuarta Copa de Europa ante el Liverpool (0-1) en una jornada marcada por el buen clima de convivencia entre ambas aficiones. Sin embargo, todo se empañó cuando llegó el momento de acceder al estadio. Hubo aglomeraciones y numerosos aficionados burlaron los controles de acceso sin una entrada válida, desatando un caos organizativo que provocó imágenes de violencia y tensión. Debido a ello, en una situación insólita, el encuentro se retrasó más de media hora.

El fallo en la organización fue evidente. También la facilidad que tuvieron los aficionados para colarse en el Stade de France. Tanto como los almonteños en El Rocío: saltarse una verja para el acceso a una final de la Liga de Campeones. Ante lo sucedido, la UEFA emitió un comunicado: "En los prolegómenos del partido, los tornos por los que tenían que acceder los aficionados del Liverpool quedaron bloqueados por miles de aficionados que habían comprado entradas falsas que no funcionaban en los tornos. Esto provocó una acumulación de aficionados que intentaron entrar. Como resultado, el inicio del partido se retrasó 35 minutos para permitir el acceso del mayor número posible de aficionados con entradas auténticas".

"Como el número de personas que se encontraban fuera del estadio seguía aumentando tras el inicio, la policía les dispersó con gas lacrimógeno y les obligó a salir del estadio. La UEFA se solidariza con los afectados por estos hechos y revisará urgentemente estos asuntos junto con la policía y las autoridades francesas, así como con la Federación Francesa de Fútbol", concluye el comunicado.

Fallaron las medidas de seguridad

El Liverpool también se manifestó al respecto de lo ocurrido, criticando las medidas de seguridad y exigiendo un análisis de los hechos. Así se expresó el club en un comunicado: "Este es el mejor partido del fútbol europeo y los aficionados no deberían tener que vivir las escenas que hemos presenciado esta noche. Hemos solicitado oficialmente una investigación formal sobre las causas de estos problemas inaceptables".

Las imágenes fueron lamentables. Tras saltar la valla varios aficionados, a los que los miembros de seguridad de la UEFA no pudieron neutralizar, entró en escena la policía francesa. En la puerta en la que esperaban agolpados, algunos mostraban sus entradas a prensa, seguridad y policía. Estos últimos utilizaron gases lacrimógenos para tratar de disuadir la situación, en zonas donde también se encontraban menores de edad.

Los problemas relacionados con la falta de seguridad no se limitaron a la entrada de aficionados sin entradas en el estadio. En los aledaños, se vivieron momentos de gran tensión entre locales del lugar y las aficiones del Madrid y del Liverpool, especialmente con estos últimos: hubo robos, insultos y agresiones por parte de franceses que acudieron a las inmediaciones del Stade de France.

Una espera sin conocimiento de nada

Los aficionados esperaron en la puerta sin saber qué ocurriría. Había, incluso, temor a que se pospusiera el encuentro. El retraso se ejecutó con el objetivo de permitir el acceso a los que, por motivos de seguridad, tuvieron que esperar en la puerta mientras se reorganizaba el acceso al estadio. Además de buscar en el estadio a la gente que se había colado para proceder a su expulsión, tarea casi imposible. Para ello habría sido necesario desalojar el estadio al completo.

El Stade de France fue designado como sede de la final de la Champions League tras el estallido de la invasión rusa en Ucrania. Originariamente, la cita se iba a disputar en San Petersburgo, obligando a la UEFA a cambiar de planes hace dos meses como medida de presión contra Rusia. Tiempo más que suficiente para organizar un operativo de seguridad suficiente para que las aficiones disfrutaran de lo importante, el partido de fútbol. Los aficionados de ambos equipos han realizado un desembolso considerable para acudir a la cita. La UEFA, de momento, promete una investigación sobre lo sucedido.

Las imágenes de la vergüenza mostraron como los miembros de seguridad del estadio debían multiplicarse para hacer frente a la oleada de aficionados sin entrada que se colaron, haciendo imposible su detención. El clima de convivencia entre ambas aficiones fue deportivo, sin producirse incidentes reseñables. Hubo imágenes de respeto y cordialidad entre las hinchadas de dos de los tres equipos con más Copas de Europa en su palmarés (14 el Madrid, 6 el Liverpool). Sin embargo, quedó empañado por el caos. Desgraciadamente, esta final será recordada por lo sucedido en el Stade de France. El país galo acogerá el próximo año 2024 los Juegos Olímpicos, mal precedente para la organización del mayor evento deportivo del planeta.