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¿Una "desgracia patética"? Así cerró la boca el Villarreal al amarillista Jason Cundy
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Rozaron el milagro

¿Una "desgracia patética"? Así cerró la boca el Villarreal al amarillista Jason Cundy

El equipo español recibió críticas e insultos tras el partido de ida vivido en Anfield. En la vuelta en La Cerámica, el conjunto de Emery barrió al Liverpool en la primera parte

Foto: El equipo celebra el primer tanto. (Reuters/Pablo Morano)
El equipo celebra el primer tanto. (Reuters/Pablo Morano)
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"El Villarreal es una desgracia para la competición. Han estado patéticos. No entiendo cómo han llegado a semifinales de la Champions League. El Liverpool podría haber jugado con un aficionado al lado de Van Dijk". Estas fueron las palabras del exjugador de Tottenham y Chelsea, entre otros, y tertuliano del programa 'TalkSPORT', Jason Cundy, al finalizar la ida de la Champions en Liverpool, que ganó el conjunto inglés por 2-0. Las declaraciones, propias de un futbolista en un programa amarillista que extrajo una conclusión reduccionista y errónea de un conjunto con personalidad, talento y recursos como el Villarreal, corrieron como la pólvora por Twitter. ¿Qué dirá ahora después de comprobar cómo un equipazo de pueblo puso contra las cuerdas al todopoderoso Liverpool en una primera parte histórica?

Viene siendo habitual que algunos tertulianos ingleses, especialmente exjugadores, critiquen el planteamiento de los equipos españoles con aires de superioridad. Es el caso de Cundy, que ahora deberá tragarse sus palabras, aunque el resultado final no llevase el Villarreal a la final. Y es que el Villarreal, con menos recursos, presupuesto, una plantilla mucho más humilde en cuanto a profundidad se refiere, fue capaz de llevar al Liverpool al límite. El equipo de Unai Emery tenía por delante una gesta épica. Una noche histórica pasase lo que pasase. En frente esperaba nada más y nada menos que uno de los conjuntos más temibles de Europa como es el Liverpool de Jürgen Klopp. Sin embargo, el miedo lo tuvieron los ingleses durante más de 60 minutos.

Foto: Gerard Moreno se lamenta tras la remontada. (EFE/Biel Aliño)

Con un planteamiento radicalmente distinto al vivido en Inglaterra, algo de lo que el Villarreal ya ha sido capaz en multitud de ocasiones en esta Champions, como en la visita del Bayern al Estadio de la Cerámica, donde los alemanes no encajaron un resultado más holgado que el 1-0 de milagro, el cuadro español forzó el colapso del Liverpool. La presión alta hizo que el conjunto 'red' rifara la pelota con Alisson enviando balones imposibles para Mané, Salah y Diogo Jota y que perdieran los duelos individuales con unos imperiales Foyth, Estupiñán, Albiol y Pau Torres.

El submarino amarillo mordía tobillos, asfixiaba al Liverpool y forzaba un reguero de errores poco habituales en el equipo inglés. Su centro del campo cortocircuitó y estuvieron incómodos como nunca antes. Por momentos, el Liverpool se desnaturalizó y eso que hablamos de un engranaje perfectamente engrasado que puede estar jugando un mal partido y dominarlo sin necesidad de tener la pelota ni de jugar bien. Uno de los mejores equipos de Europa de la pasada década, avasallado por un equipo de pueblo. Porque el Villarreal no se esperó a la remontada, se fue a por ella. Con intensidad, garra, determinación y confianza.

placeholder El centrocampista del Villarreal Francis Coquelin hizo el 2-0. (EFE/Biel Aliño)
El centrocampista del Villarreal Francis Coquelin hizo el 2-0. (EFE/Biel Aliño)

De la exhibición de Thiago Alcántara en Anfield no hubo ni rastro en Vila-real. De la solidez de Fabinho como coche-escoba, tampoco. Ni de las aventuras de Salah y Mané, desaparecidos durante toda la primera parte. Ni siquiera Van Dijk y Konaté parecían poder frenar a Boulaye Dia y un Gerard Moreno al 50%. Y sus laterales, los más peligrosos del planeta fútbol (Robertson y Alexander-Arnold) eran una fuente inagotable de carreras para Estupiñán, Dia, Lo Celso, Gerard Moreno o Capoue. No es que el Villarreal fuese mejor, es que borró del césped al Liverpool en una primera parte fascinante.

El descanso lo cambió todo

Mérito de Emery, estudioso de eliminatorias europeas como casi ningún otro entrenador del continente. Y de la plantilla, capaz de desacreditar a quienes trataron de menospreciar el fútbol de un equipo que en un año se ha cargado a Arsenal, Manchester United, Juventus de Turín, Bayern de Múnich y ha dejado en el precipicio al actual campeón de la Champions League (Chelsea de Thomas Tuchel) y al próximo finalista de la edición actual, el Liverpool de Jürgen Klopp. Durante medio partido, el Villarreal logró desesperar a un entrenador que ha construido a lo largo de sus siete temporadas en el club 'red' un equipo a su imagen y semejanza.

placeholder Luis Díaz cambió el partido. (Reuters/Pablo Morano)
Luis Díaz cambió el partido. (Reuters/Pablo Morano)

Los gritos de Klopp, desesperado en la banda, solo sirvieron para ilustrar la superioridad y el dominio del Villarreal. Un planteamiento que cogió por sorpresa a los visitantes, tapó la boca de todos aquellos que catalogaron al equipo de "desgracia" y "patéticos" en la ida e hizo creer en la gesta española una noche más. Incluso al propio Jason Cundy, que después de volverse con el rabo entre las piernas en la primera parte "hay que darle su crédito", aprovechó la segunda para sacar pecho "estos 45 minutos enseñan que yo tenía razón".

Lo cierto es que se rozó el milagro gracias a un despliegue físico... que pasaría factura en la segunda mitad. "Ha sido la peor primera parte de la temporada"; dijo Fabinho. El partido se hizo "largo", como reconoció Albiol: "Habíamos hecho lo difícil, pero había que continuar. En la segunda parte han apretado. El cambio que han hecho en el descanso [la entrada de Luis Díaz] ha sido importante. Han hecho el 2-1 y a partir de ahí no hemos sabido reaccionar. También estábamos cansados y no hemos salido de nuestro campo".

El impacto del extremo colombiano, sumado a los ajustes tácticos de Klopp, la personalidad del Liverpool en el momento más duro, el cansancio físico del Villarreal y los tres graves errores de Gerónimo Rulli, supuso una losa demasiado pesada para un gran Villarreal. Los de Emery cayeron de pie, con el Estadio de La Cerámica cantando el himno bufandas al viento y su gente sintiéndose orgullosa de una aventura europea que ya queda para la posteridad. Porque aunque algunos trataran de menoscabar el fútbol de esta plantilla y cuerpo técnico, el Villarreal volvió a demostrar que es un equipazo. Le pese a quien le pese.

"El Villarreal es una desgracia para la competición. Han estado patéticos. No entiendo cómo han llegado a semifinales de la Champions League. El Liverpool podría haber jugado con un aficionado al lado de Van Dijk". Estas fueron las palabras del exjugador de Tottenham y Chelsea, entre otros, y tertuliano del programa 'TalkSPORT', Jason Cundy, al finalizar la ida de la Champions en Liverpool, que ganó el conjunto inglés por 2-0. Las declaraciones, propias de un futbolista en un programa amarillista que extrajo una conclusión reduccionista y errónea de un conjunto con personalidad, talento y recursos como el Villarreal, corrieron como la pólvora por Twitter. ¿Qué dirá ahora después de comprobar cómo un equipazo de pueblo puso contra las cuerdas al todopoderoso Liverpool en una primera parte histórica?

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