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Dos minutos fatídicos condenan al Villarreal frente a la apisonadora del Liverpool (2-0)
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Muy superiores los ingleses

Dos minutos fatídicos condenan al Villarreal frente a la apisonadora del Liverpool (2-0)

El equipo de Unai Emery sucumbió en Anfield ante uno de los mejores equipos del continente. Un gol en propia de Estupiñán y otro tanto de Mané decantaron el encuentro

Foto: El capitán del Liverpool celebra el primer gol. (Reuters/Carl Recine)
El capitán del Liverpool celebra el primer gol. (Reuters/Carl Recine)

Unai Emery tenía un plan... que se fue por la borda del puerto de Liverpool en tan solo dos minutos. El tiempo que tardó el Villarreal en pegarse dos tiros al pie consecutivos cuando Gerónimo Rulli no pudo evitar el gol en propia de Pervis Estupiñán y cuando, acto seguido, Mohamed Salah conectó con Sadio Mané para certificar la superioridad local. El equipo de Jürgen Klopp, que había cocinado a fuego lento la victoria en el primer tiempo, saboreó el triunfo en una segunda parte en dos minutos de vértigo que hicieron trizas la resistencia del submarino amarillo. Los de Emery no dispararon a puerta en 90 minutos. La defensa sólida, coordinada e impecable, vista en Turín o en el Allianz Arena, se derrumbó en un instante fatídico que obligará al Villarreal a lograr el milagro en el Estadio de la Cerámica.

El Liverpool demostró su extensa paleta de ataques a lo largo y ancho de toda la primera parte. Triángulos entre el lateral (Trent Alexander-Arnold), el interior (Jordan Henderson) y el extremo (Mohamed Salah) por la derecha. Centros bombeados desde ambas bandas. El descaro de Luis Díaz contra un imperial Juan Foyth. Las carreras de Sadio Mané contra Pau Torres y Raúl Albiol. Hasta un zambombazo de Thiago Alcántara desde su casa que se topó con la cruceta y desahució a una familia de arañas que allí residía. La presión del Liverpool era un infierno y asfixiaba una de las mejores salidas de balón de Europa, como es la del Villarreal de Unai Emery. El ejercicio de resistencia funcionó en el primer tiempo.

placeholder Gerónimo Rulli evita el gol del Liverpool. (Reuters/Phil Noble)
Gerónimo Rulli evita el gol del Liverpool. (Reuters/Phil Noble)

Sin dejar girar a los centrocampistas (Parejo, Capoue y Coquelin), bloqueando el progreso de los laterales (Foyth y Estupiñán) y forzando a la zaga amarilla a enviar el balonazo hacia Lo Celso, Danjuma y Chukwueze, donde Van Dijk y Konaté eran un coche escoba. La primera la tuvo Mané tras un gran centro de Salah que cogió a la defensa española desprevenida. El Liverpool tenía un abanico extenso de recursos para dañar a su adversario y Emery ralentizó el ritmo del encuentro. Por eso Gerónimo Rulli anestesiaba el encuentro cada vez que tenía que sacar de portería.

Así las cosas, el Liverpool gozaba de oportunidades poco claras, como un disparo de Luis Díaz a las manos de un Rulli que no blocaba ni un solo balón o un centro al palo de Henderson por accidente. Al Villarreal, que empezaba a estar más cómodo con el paso de los minutos, le faltaba paciencia con la pelota y también un enlace entre el centro del campo y la delantera. Sin Gerard Moreno, el peso recaía en un Lo Celso demasiado centrado en perseguir sombras y apoyar a Foyth contra Robertson y Luis Díaz. El Liverpool enseñaba los dientes a través de Salah y Mané, pero no mordía a su presa. Al filo del descanso, un zapatazo de Thiago Alcántara desde el centro del campo y que acabó en la cruceta coronó su maravillosa primera parte. El Villarreal resistió y completó la primera fase del plan de Emery: sobrevivir.

Nada más salir del descanso, el Villarreal se llevó un susto de los gordos cuando Pau Torres despejó el centro de Salah a las manos de Rulli. El aviso, otro más, no alertó lo suficiente al conjunto de Emery, sin salida de la tormenta 'red'. El 1-0 fue una acción desafortunada para el Villarreal. Henderson entró por la banda derecha, su centro toca en Estupiñán y eso despistó a Rulli, que se comió un gol cómico. En tan solo dos minutos, el Liverpool finiquitaría el encuentro. Recibió Salah entre líneas en la frontal, se inventó un pase genial por dentro para Mané y el senegalés batió al portero argentino sin dificultad.

placeholder Mané sentenció el encuentro. (Reuters/Carl Recine)
Mané sentenció el encuentro. (Reuters/Carl Recine)

El Liverpool no pisó el freno. Aceleró. Gol anulado a Robertson tras un pase medido de Trent Alexander-Arnold. La presión asfixiante como jugador más creativo y un Villarreal al que le duraba la pelota un suspiro antes de verse rodeados de un enjambre de camisetas rojas. Hasta Van Dijk, central 'red' soltando un zambombazo que Rulli sacó como pudo. Trataría de reactivar a su equipo Emery con un triple cambio: Trigueros, Dia y Aurier entraron por Parejo, Chukwueze y Estupiñán. Antes Pedraza había sustituido a Coquelin. Klopp, que quería matar la eliminatoria, echó más leña al fuego y Naby Keita y Diogo Jota ocuparon el lugar de Henderson y Mané.

Los locales querían más y Luis Díaz rozó el 3-0. Por fortuna para el Villarreal, el disparo del colombiano se marchó fuera. En una exhibición técnica, física y táctica de Thiago Alcántara, el centrocampista español dirigió a la máquina diabólica inglesa hasta el final con un criterio digno de ser importante en el Mundial de Qatar. Podría haber sido peor el botín para el Villarreal si Raúl Albiol no hubiese podido acabar el partido... aunque lo hizo visiblemente cojo. Al final del partido, 2-0 y gracias. El Villarreal deberá echar el resto en España para tratar de remontar una eliminatoria muy complicada.

Unai Emery tenía un plan... que se fue por la borda del puerto de Liverpool en tan solo dos minutos. El tiempo que tardó el Villarreal en pegarse dos tiros al pie consecutivos cuando Gerónimo Rulli no pudo evitar el gol en propia de Pervis Estupiñán y cuando, acto seguido, Mohamed Salah conectó con Sadio Mané para certificar la superioridad local. El equipo de Jürgen Klopp, que había cocinado a fuego lento la victoria en el primer tiempo, saboreó el triunfo en una segunda parte en dos minutos de vértigo que hicieron trizas la resistencia del submarino amarillo. Los de Emery no dispararon a puerta en 90 minutos. La defensa sólida, coordinada e impecable, vista en Turín o en el Allianz Arena, se derrumbó en un instante fatídico que obligará al Villarreal a lograr el milagro en el Estadio de la Cerámica.

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