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Las arriesgadas decisiones de Guardiola que le costaron la final al Manchester City
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Champions League 2021

Las arriesgadas decisiones de Guardiola que le costaron la final al Manchester City

El conjunto 'citizen' perdió la primera final de Champions de su historia en la que tan solo registró un disparo a puerta. El Chelsea de Thomas Tuchel le superó en todos los frentes

Foto: Pep Guardiola, tras perder la final de Champions. (Reuters)
Pep Guardiola, tras perder la final de Champions. (Reuters)

Hay una vieja narrativa en los medios ingleses que expone que Pep Guardiola le da demasiadas vueltas de tuerca a su Manchester City en los partidos marcados en rojo en el calendario. Un reguero de decisiones controvertidas que desnaturalizan a su equipo y le hacen la vida más complicada en lugar de solucionársela. El técnico catalán siempre busca adelantarse a su rival y no ir a remolque y por ello se guarda sorpresas bajo la manga en su alineación. Sin embargo, ante el Chelsea sus apuestas fueron un fiasco hasta el punto de verse obligado a rectificar sobre la marcha en la segunda mitad. El Manchester City saltó al césped de Do Dragao sin un '9' clásico (Gabriel Jesús y Kun Agüero en el banquillo), sin un centrocampista 'defensivo' que equilibrase al equipo (Fernandinho o Rodri Hernández) y sin uno de sus mejores futbolistas con el balón en los pies (Joao Cancelo). El resultado fue devastador para sus propios intereses.

placeholder Guardiola, tras perder la final. (Reuters)
Guardiola, tras perder la final. (Reuters)

El Chelsea de Thomas Tuchel pasó por encima del planteamiento del técnico 'skyblue' y explotó una a una sus debilidades defensivas. Simple y llanamente, el dispositivo defensivo del City nunca parecía estar preparado para frenar el arsenal atacante que conformaban Kai Havertz, Timo Werner, Mason Mount y Ben Chilwell. La velocidad y verticalidad londinense castigó sin piedad (solo la tuvo Werner en la definición frente a Ederson) las dudas de una línea de zagueros situada en el centro del campo y que no encontraba en la figura de su mediocentro, Ilkay Gündogan, un apagafuegos de primer orden. Más bien al contrario. Un parche incapaz de llegar a las ayudas a sus laterales y centrales. Y, en frente, un rodillo físico que destripaba el espacio a la espalda de la defensa 'citizen'.

Foto: Los jugadores del Chelsea levantan la Champions. (Reuters)

Tuchel superó a Guardiola en la pizarra

Uno podría leer las crónicas de la final y pensar que el Chelsea, parapetado atrás y frío y calculador tras la pérdida rival, creó todas las ocasiones al contragolpe. Así fue en las primeras ocasiones erradas por Timo Werner cuando el encuentro fue un correcalles (luego cambiaría), pero la diferencia es que si el Chelsea disfrutaba con un ritmo alto, el City sufría. El intercambio de golpes beneficiaba al conjunto de Tuchel para desesperación de Guardiola, quien pedía a los suyos tocar y calmar el ritmo del encuentro.

placeholder Guardiola se lamenta tras el gol de Kai Havertz. (Reuters)
Guardiola se lamenta tras el gol de Kai Havertz. (Reuters)

Pep había aceptado el desafío y contaría con la carta Zinchenko, lateral en defensa y mediocentro en ataque, para apuntalar su centro del campo. Este movimiento se convirtió en un arma de doble filo. Cuando el City la perdía y el Chelsea superaba su presión inicial, los pupilos de Tuchel buscaban rápidamente la zona del internacional ucraniano para conectar con Havertz o, en su defecto, para que este arrastrase a Rúben Dias y Werner aprovechase esa atracción. El City rápidamente comprobó que ni su defensa era capaz de sostener los ataques del Chelsea ni sus atacantes de imponerse al empaque colectivo 'blue'.

Mientras el técnico alemán encontraba en la figura de N'Golo Kanté el coche escoba perfecto para barrer los ataques del City y el caparazón grupal controlaba a los de Guardiola, Gündogan nadaba a contracorriente en un equipo que agonizaba corriendo hacia atrás una y otra vez. Sin Fernandinho ni Rodrigo Hernández, el cuadro 'citizen' sepultaba sus propias opciones de victoria. Las diagonales endemoniadas de Werner al espacio aportaban oxígeno en cantidades industriales al Chelsea siempre que estos, presionados, alzaban la cabeza. Havertz sacaba rédito de sus movimientos y Mount, creativo y clarividente, daba la pausa y la imaginación necesaria en el último tercio. El Chelsea abría por dentro el sistema defensivo 'sky blue', hacía temblar a John Stones y Rúben Dias y sacaba a Kyle Walker del lateral derecho cuando el '9' alemán lanzaba el desmarque de ruptura a su espalda. Así llegó el gol.

placeholder Kanté fue el mejor jugador del encuentro para la UEFA. (EFE)
Kanté fue el mejor jugador del encuentro para la UEFA. (EFE)

La cantidad de 1vs.1 que provocó el Chelsea fue un dolor de cabeza constante para Guardiola. El técnico catalán había sacrificado a su máximo goleador en la Premier League, Gündogan con 13 goles, para colocarlo como '5' y tener más fluidez en la salida de balón. Pero Gündogan fue una fuga en el sistema. Ni recibía con comodidad (de espalda casi siempre) ni llegaba a tiempo para socorrer a sus compañeros. "Esperaba a Fernandinho como titular", confesaba Tuchel en la rueda de prensa posterior al encuentro. "Gündogan ha jugado muchos años en esa posición. Nos decidimos por él porque le da velocidad a la pelota en los primeros pases, encuentra a los jugadores de arriba y filtra balones entre líneas", explicaba Guardiola.

En la segunda parte, Pep tocaría todas las teclas posibles. Atornilló la fuga defensiva de su equipo, controló más el ritmo del partido (también el Chelsea cedió la pelota) y acabó con Fernandinho de centrocampista y con Gabriel Jesús y el Kun Agüero en ataque. Pero ya era demasiado tarde. Guardiola había fallado en su selección de futbolistas titulares y el Chelsea ya se había adelantado en la primera parte. La dirección de campo del técnico catalán vino tarde y quienes entraron no pudieron empatar el encuentro. El Chelsea se convertiría en el nuevo campeón de Europa en una final que ganó en la primera mitad y no perdió en la segunda. Con justicia.

Hay una vieja narrativa en los medios ingleses que expone que Pep Guardiola le da demasiadas vueltas de tuerca a su Manchester City en los partidos marcados en rojo en el calendario. Un reguero de decisiones controvertidas que desnaturalizan a su equipo y le hacen la vida más complicada en lugar de solucionársela. El técnico catalán siempre busca adelantarse a su rival y no ir a remolque y por ello se guarda sorpresas bajo la manga en su alineación. Sin embargo, ante el Chelsea sus apuestas fueron un fiasco hasta el punto de verse obligado a rectificar sobre la marcha en la segunda mitad. El Manchester City saltó al césped de Do Dragao sin un '9' clásico (Gabriel Jesús y Kun Agüero en el banquillo), sin un centrocampista 'defensivo' que equilibrase al equipo (Fernandinho o Rodri Hernández) y sin uno de sus mejores futbolistas con el balón en los pies (Joao Cancelo). El resultado fue devastador para sus propios intereses.

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