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El PSG de Neymar y Mbappé resiste el aluvión del Bayern y deja fuera al campeón (0-1)
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Cae el campeón de la edición 19/20

El PSG de Neymar y Mbappé resiste el aluvión del Bayern y deja fuera al campeón (0-1)

El conjunto parisino avanza a las semifinales de la Champions League por segunda vez consecutiva. Neymar estrelló dos balones en el poste y Choupo-Moting marcó el gol bávaro

Foto: Neymar sembró el caos en el sistema defensivo del Bayern de Múnich. (Reuters)
Neymar sembró el caos en el sistema defensivo del Bayern de Múnich. (Reuters)

Qué tendrá el fútbol que nadie entiende sus lógicas internas. De qué estará hecho este deporte de colosos que caen cuando menos lo merecen y resisten cuando más tientan a la suerte. De esto podría hablar Neymar, con una exhibición histórica de fantasía, creatividad, personalidad y jerarquía que a punto estuvo de descender a los infiernos al estrellar dos balones al palo. O Kylian Mbappé, cuyas carreras sembraron el pánico en la zaga bávara sin poder transformar tanto espanto en goles. Mejor lo sabrá todo el Bayern de Múnich, cuando tras ser inferior en la primera parte y superior en la segunda, se fue eliminado del Parque de los Príncipes a pesar de ganar por 0-1 con gol de Choupo-Moting un partido regido por un valor doble de los goles que se ha quedado obsoleto al no haber público.

placeholder El PSG soportó el fútbol abrasador del cuadro alemán. (Reuters)
El PSG soportó el fútbol abrasador del cuadro alemán. (Reuters)

El Bayern salió prudente. Consciente de que venía de jugar la ida como una final y de que la vuelta debía formar parte de una eliminatoria de 180 minutos, no de otro encuentro a vida o muerte. Sin Niklas Süle ni Robert Lewandowski, el conjunto bávaro tuvo que reformular su once y dar entrada a Lucas Hernández y Choupo-Moting. El delantero camerunés, un cuerpo extraño en un partido de tanto lujo técnico y calidad extraordinaria, flotaba como aceite en agua. Sufría en espacios reducidos, no interpretaba el juego a la misma velocidad que el resto de sus compañeros e iba tan perdido como un pulpo en un garaje. Los aficionados locales lanzaban fuegos artificiales a las afueras del estadio y el Bayern disparaba con balas de fogueo.

El PSG tenía el partido en su cabeza, aunque ya se sabe que los caminos de la Copa de Europa son inescrutables y cuanto más piensas que los comprendes, menos conoces. Los de Mauricio Pochettino esperaban en su campo, Neymar jugueteaba a la espalda del centro de David Alaba y Joshua Kimmich y Kylian Mbappé inyectaba galopadas inalcanzables para los zagueros teutones. La unión empezó a recoger sus frutos nada más dar el pistoletazo de salida al encuentro. El plan, basado en un contragolpe demoledor, derivó en dos disparos de Neymar escupidos por el palo y un par de ocasiones letales que Mbappé no pudo transformar y que sirvieron para meter el miedo en el cuerpo al Bayern.

placeholder Los jugadores del Bayern derriban a Neymar. (Reuters)
Los jugadores del Bayern derriban a Neymar. (Reuters)

Los bávaros, por su parte, buscaba situaciones de 1 vs.1 en banda a través de sus extremos (Kingsley Coman y Leroy Sané) ante el eslabón más débil de la cadena parisina, sus laterales (Colin Dagba y Abdou Diallo). Cuando Di María y Draxler no llegaban a socorrerlos, se la jugaban en aventuras individuales que zarandeaban el sistema defensivo del PSG y empotraban a Müller, Sané, Coman y Choupo-Moting en el área local. El fútbol es tan incomprensible que sería el camerunés el encargado de abrir la lata con un cabezazo oportunista en el minuto 40. Mientras, Neymar, genio y figura, se lamentaba ante la desdicha en un primer tiempo que bien podría resumir su carrera: tan solo la mala suerte, las faltas atroces y las lesiones inoportunas pueden frenar a un futbolista de talento único y personalidad sin igual.

El segundo tiempo zarpó como el primero. Con Neymar creando jugadas mágicas (y no materializándolas), Mbappé aterrorizando al contragolpe y Di María aportando un gen competitivo que le caracteriza. Al PSG le crecían los enanos. Diallo se lesionó y en su lugar, entró otro canterano, Mitchel Bakker. Müller utilizaba su cuerpo como un señuelo. El gigante teutón simulaba ser torpón. Como si el balón botase como un conejo. Indetectable entre líneas y baliza en el corazón del área. Todo era mentira, claro. Menos mal que Keylor Navas se dio cuenta a tiempo y exhibió una mano salvadora a su media vuelta.

placeholder Keylor Navas desactiva la oportunidad de Müller. (Reuters)
Keylor Navas desactiva la oportunidad de Müller. (Reuters)

El Bayern de Múnich achuchaba con su fútbol abrasador, amplio y profundo. Di María respondía danzando entre jugadores alemanes y reclamando su bronce en el podio de Neymar y Mbappé. El argentino, de gen competitivo irreductible, trajinaba con todos sus bártulos defensivos y contragolpea con velocidad y el balón pegado al pie. El técnico alemán, Hans-Dieter Flick retiraba a Alphonso Davies e introducía a Jamal Musiala y Pochettino hacía lo propio; Draxler se marchaba por el túnel de vestuarios y entraba Moise Kean.

Nada más entrar, el italiano tuvo una ocasión clara tras un gran pase de tres dedos inventado por Neymar, pero su disparo se marchó muy por encima del travesaño. Mbappé, dispuesto a vengarse de la final de Champions, cabalgó desde el centro del campo para batir a Neuer en el minuto 78, pero el colegiado, Daniele Orsato, anuló su gol por fuera de juego. Con un gol, el Bayern avanzaba y volcó todo su arsenal ofensivo en los minutos finales. El PSG intensificó sus atenciones defensivas y preparó un gol que matase el partido. Sané perdonaba, Kean y Di María no lo cerraban y las espadas siguieron en lo alto. Dieter-Flick hacía saltar al campo a Javi Martínez en plan tanque de área. A pesar de ello, el PSG resistió lo suficiente como para vengarse de la final de Lisboa y apear al actual campeón de la Copa de Europa. Los de Pochettino avanzan a las semifinales por segunda vez consecutiva.

Qué tendrá el fútbol que nadie entiende sus lógicas internas. De qué estará hecho este deporte de colosos que caen cuando menos lo merecen y resisten cuando más tientan a la suerte. De esto podría hablar Neymar, con una exhibición histórica de fantasía, creatividad, personalidad y jerarquía que a punto estuvo de descender a los infiernos al estrellar dos balones al palo. O Kylian Mbappé, cuyas carreras sembraron el pánico en la zaga bávara sin poder transformar tanto espanto en goles. Mejor lo sabrá todo el Bayern de Múnich, cuando tras ser inferior en la primera parte y superior en la segunda, se fue eliminado del Parque de los Príncipes a pesar de ganar por 0-1 con gol de Choupo-Moting un partido regido por un valor doble de los goles que se ha quedado obsoleto al no haber público.

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