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Otro brillante partido de Haaland deja el Sevilla a las puertas de la remontada (2-2)
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Los de Lopetegui murieron en la orilla

Otro brillante partido de Haaland deja el Sevilla a las puertas de la remontada (2-2)

El delantero noruego de 20 años firmó otro partido espléndido para dar el pase a cuartos de final al Borussia Dortmund. Los andaluces estuvieron muy cerca de forzar la prórroga

Foto: Erling Haaland celebra el 1-0 con sus compañeros. (EFE)
Erling Haaland celebra el 1-0 con sus compañeros. (EFE)

La Copa de Europa es una competición cruel, despiadada y sin aparente sentido. Con sus propios códigos compartidos por los grandes jerarcas del viejo continente. Puedes estar realizando tu mejor fútbol de la temporada, empotrar a tu rival contra su propio portero, saberte superior táctica y emocionalmente y que lo sepa el adversario y aun así, perder todo en un instante. No hay medias tintas en un torneo que te obliga a abrirte paso a mandobles y arrebatarle la gloria a los grandes popes del fútbol europeo a base de desafiar sus leyes. El Sevilla de Julen Lopetegui, consciente de que debía firmar un partido perfecto para buscar el pase, acarició su nivel competitivo más alto, pero un gol de Erling Haaland en la primera parte y otro en la segunda, quien ya sabe las normas de la Copa de Europa, fue suficiente para despejar cualquier atisbo de remontada.

placeholder Erling Haaland celebra su doblete. (Reuters)
Erling Haaland celebra su doblete. (Reuters)

Los de Julen Lopetegui firmaron una de las primeras medias horas más completas de la temporada. Con lo aprendido en la ida, empujó al Borussia Dortmund hacia su portería al asfixiar la salida de balón teutona y robar el balón donde quería y cuando quería. Los locales, entrenados por el interino Edin Terzic, se buscaban los unos a los otros sin entender muy bien qué estaba sucediendo sobre el campo. Atrapados y despistados, se pasaron la primera media hora persiguiendo sombras. Amparándose en una jugada aislada de Erling Haaland para salvar los muebles y romper el cerco.

El Sevilla realizó un inicio excelente

Así avanzó la primera parte, con un Sevilla vertical, agresivo y presionante que acumulaba muchas piezas por delante de balón y sembraba el caos en el sistema defensivo alemán. Con Marcos Acuña y Jesús Navas bien arriba, Lucas Ocampos retando a Mateu Morey, Óscar Rodríguez a la espalda de Jude Bellingham y Suso entre líneas, el Sevilla empezó a generar aproximaciones peligrosas. El zapatazo de Ocampos salió rechazado por Marwin Hitz y poco después, la acción individual del argentino al galope acabó con un disparo desviado de Suso.

placeholder Diego Carlos no pudo con el ariete noruego. (Reuters)
Diego Carlos no pudo con el ariete noruego. (Reuters)

El Sevilla tenía maniatado al Borussia Dortmund, pero el gol se le resistía y no podía dominar el área rival. Haaland, que hasta ese momento solo había tocado el balón ocho veces y había completado uno de tres pases intentados, despertó del letargo. El conjunto hispalense perdió un balón en salida, Marco Reus tiró la carrera a la espalda de Navas, giró el tobillo con sutileza y conectó con el cíborg noruego. El Sevilla vio cómo la historia, en forma de delantero de 20 años, le borraba la sonrisa de su rostro. Tocaría remar a contracorriente tras el descanso.

Haaland no pisó el freno en ningún momento

El impacto emocional del 1-0 no se quedó en el vestuario, sino que acompañó a los andaluces en el segundo tiempo. De este modo, el BVB empezó a acechar la portería de Bono, pero ni Thorgan Hazard primero ni Haaland en segunda instancia acertaron a colocar el 2-0 en el electrónico. El VAR, uno de los protagonistas de la noche, hizo acto de presencia. Los colegiados anularon el 2-0 del ariete noruego a causa de un penalti cometido por Jules Koundé sobre el '9' que él mismo se encargó de transformar a la segunda vez, puesto que en la primera, Bono lo paró, pero se adelantó y Cuneyt Çakir lo mandó repetir. Ahí, ya sí, Haaland no falló.

En esas, Lopetegui dijo que mejor vivir de pie que morir de rodillas. Se fueron Joan Jordán y Lucas Ocampos y entraron el Papu Gómez y Luuk de Jong. La noche estaba animada desde el punto de penalti y Emre Çan lo sabía. Así, el central de origen turco derribó al recién incorporado De Jong con un empujón inocente y En-Nesyri convirtió la pena máxima.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

Corría el minuto 70 y aunque Lopetegui agitó a su XI con la entrada de Óliver Torres, Munir El Haddadi e Ivan Rakitic y el Sevilla no dejó de intentarlo nunca mediante un gran Papu Gómez, no había más cera de la que ardía. Los minutos se escapaban pese a los múltiples envíos laterales y los disparos iracundos. El partido se balanceaba entre el 3-1 y el 2-2 y en uno de esos intentos incansables, En-Nesyri conectó un cabezazo magnífico a un minuto de finalizar. El Sevilla se dejó hasta la última gota de sudor en Dortmund, pero no fue suficiente.

La Copa de Europa es una competición cruel, despiadada y sin aparente sentido. Con sus propios códigos compartidos por los grandes jerarcas del viejo continente. Puedes estar realizando tu mejor fútbol de la temporada, empotrar a tu rival contra su propio portero, saberte superior táctica y emocionalmente y que lo sepa el adversario y aun así, perder todo en un instante. No hay medias tintas en un torneo que te obliga a abrirte paso a mandobles y arrebatarle la gloria a los grandes popes del fútbol europeo a base de desafiar sus leyes. El Sevilla de Julen Lopetegui, consciente de que debía firmar un partido perfecto para buscar el pase, acarició su nivel competitivo más alto, pero un gol de Erling Haaland en la primera parte y otro en la segunda, quien ya sabe las normas de la Copa de Europa, fue suficiente para despejar cualquier atisbo de remontada.

Julen Lopetegui Borussia Dortmund
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