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Mendy, con la pierna mala, saca los colores a los delanteros del Real Madrid (0-1)
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gol clave del defensa francés

Mendy, con la pierna mala, saca los colores a los delanteros del Real Madrid (0-1)

El Real Madrid gana al Atalanta con superioridad numérica y un gol de Mendy a falta de cinco minutos. El francés marcó desde fuera del área con la derecha

Foto: Ferland Mendy celebra el gol al Atalanta. (EFE)
Ferland Mendy celebra el gol al Atalanta. (EFE)

Lo que no consiguieron los delanteros del Real Madrid lo tuvo que resolver un defensa. Ferland Mendy soltó un zapatazo, con la pierna mala (la derecha), a cinco minutos del final para desatascar un partido en el que el equipo de Zidane jugó durante muchos minutos con superioridad numérica. El resultado es bueno, pero lo que pasó durante el partido sí que es preocupante, por la diferencia entre un equipo y otro. El Real Madrid jugó durante 75 minutos con un futbolista más por la expulsión de un jugador del Atalanta. No solo fue incapaz de traducir el dominio en gol, sino que las ocasiones que tuvo fueron escasas, con lo que el problema de gol hay que considerarlo alarmante.

No estaba Benzema, por lesión, pero Zidane no quiso jugar con delantero centro. Así es muy difícil pensar que el Real Madrid puede mirar a la cara a un rival más potente si avanza en la Champions. A este partido llegaba el equipo de Zidane habiendo ganado al Valladolid, por la mínima, con un cabezazo de Casemiro. Con o sin Benzema, los problemas que tiene el equipo y la planificación deportiva están ahí. Son serios. Antes de empezar el partido, muchos firmaban que Courtois dejara la portería a cero contra un rival que juega a tumba abierta, pero la expulsión condicionó el plan del equipo de Gasperini y el Madrid no fue capaz de aprovecharlo.

Foto: Zidane da instrucciones a Raphaël Varane en el partido contra el Getafe. (EFE)

Contra el Inter de Milán, en la fase de grupos, al Real Madrid se le puso el partido de cara con la expulsión de Arturo Vidal. En Bérgamo, volvió a tener las condiciones favorables con la expulsión de Remo Freuler. En los dos partidos en tierras italianas, el equipo de Zidane ha estado en superioridad numérica durante un largo tiempo. De la expulsión de Vidal no se creó revuelo, porque el chileno se encaró al árbitro y ofrece menos dudas, pero la del suizo del Atalanta es más discutida. Era el minuto 17 y Mendy fue derribado al borde del área. El colegiado indicó la falta y mostró la tarjeta roja en una acción que queda a la interpretación arbitral sobre si es o no una ocasión manifiesta de gol. El enfado de Gasperini, técnico del Atalanta, fue tremendo por una decisión que condicionó el resto del encuentro.

Los fallos de Vinícius y Asensio

Zidane había montado una estructura de equipo sin delantero centro. Prescindió de Mariano, el único punta disponible con la baja por lesión de Benzema, y decidió llevar el partido a su terreno con la alineación por sorpresa de Isco. Sorpresa porque el malagueño ha jugado entre poco y nada en lo que va de temporada, está falto de ritmo y era una incógnita el rendimiento que podía ofrecer ante un adversario que tiene jugadores que vuelan. Pero a Isco y, por supuesto, a Zidane les benefició la expulsión del jugador del Atalanta. Durmieron más el partido. Bajaron el ritmo del juego, especularon con la pelota, no hubo profundidad.

El equipo italiano, con uno menos, renunció al ataque. Lo que iba a ser una noche de alto voltaje por la verticalidad, velocidad y ritmo que mete el Atalanta a los partidos se convirtió en una feria de los caballitos. Un partido con ritmo lento, cansino, en el que el Madrid dominó la pelota y demostró sus carencias con el gol. Al descanso, se fue empate a cero y con la sensación de que los de Zidane estaban siendo demasiado conservadores o realmente no podían ni sabían cómo ser efectivos. Podría haber reaccionado de inmediato el técnico del Madrid, con superioridad numérica, para reestructurar el equipo y meter a Mariano y conseguir tener un rematador. No lo hizo.

placeholder Vinícius, en una acción del partido contra el Atalanta. (EFE)
Vinícius, en una acción del partido contra el Atalanta. (EFE)

Zidane quiso ser práctico. Tenía el partido donde quería. El Atalanta no llegó a la portería de Courtois, sin trabajo para el belga, y la pelota era para los blancos, que la movían muy bien en horizontal, pero con poca agresividad para ser verticales. Y esto va de ir a la portería contraria con todo y más si puedes aprovechar la oportunidad de jugar contra un equipo que tiene un expulsado en el inicio del partido.

El Madrid no se volvió loco. La primera parte tuvo el dominio y algunas ocasiones con las que llegó a inquietar la portería de Gollini (curioso el nombre del portero del Atalanta). Vinícius hizo lo esperado. Desbordó por velocidad, pero no tenía puntería. La mejor ocasión fue un cabezazo de Casemiro, a balón parado, en un centro de falta preciso de Kroos. La misma jugada de estrategia con que desequilibraron el partido contra el Valladolid. Poco más en una primera parte en la que al Madrid le faltaron más mordiente de Marco Asensio y riesgo ante un Atalanta encerrado. Lo peor para el equipo de Zidane fue la tarjeta amarilla a Casemiro que le impedirá jugar el encuentro de vuelta.

Acabó con Mariano y Hugo Duro

Había que ir a por el partido con más decisión y valentía y el Madrid tuvo más intención de amenazar al Atalanta en el inicio de la segunda parte. Modric, con el exterior, probó y la pelota pasó cerca del poste. Kroos buscaba sorprender con lanzamientos desde fuera del área. Los italianos, acostumbrados a asediar la portería de su rival, decidieron proteger la suya y hacerse fuertes. El guion pedía el gol del Real Madrid. El partido lo tenía dominado, al Atalanta desarmado, pero era cuestión de atinar y estar afinados. A Vinícius le cayó un balón en el área pequeña y envió el balón alto. Otro fallo más de un jugador que no tiene instinto goleador.

Zidane quitó al brasileño, en el 60’, para dar entrada a Mariano. 40 minutos pasaron desde la expulsión a la entrada del delantero hispano-dominicano. 40 minutos en los que el Real Madrid fue incapaz de poner contra las cuerdas a su rival. Los problemas para generar peligro, hacer daño, llevaron a Zidane a quitar a Isco y Asensio y meter como revulsivos a dos chicos del Castilla: el delantero Hugo Duro y el centrocampista Sergio Arribas. Ninguno atinó. Con lo que Mendy soltó la pierna mala y en un acto de osadía hizo un gol que es muy importante. En la vuelta, si juegan once contra once, sí veremos la esencia del Atalanta. Irán a muerte. El Madrid tiene que recuperar como sea a los lesionados y, como prioridad, a Benzema.

El Real Madrid, al menos, evita el descalabro del fútbol español en los partidos de ida de los octavos de la Champions. Es el único que consigue ganar. Pero la realidad dice que así no puede llegar muy lejos si no tiene más argumentos ofensivos para hacer daño y no todo se resuelve con la recuperación de Benzema. Zidane estará contento porque encadena cuatro partidos sin encajar gol, pero con la escasez de gol esto es pan para hoy y hambre para mañana. No se puede vivir del gol inesperado de Mendy. "No hicimos un gran partido", es lo que comentó Zidane, pese al triunfo, y quedó claro que el técnico francés no acabó contento.

Lo que no consiguieron los delanteros del Real Madrid lo tuvo que resolver un defensa. Ferland Mendy soltó un zapatazo, con la pierna mala (la derecha), a cinco minutos del final para desatascar un partido en el que el equipo de Zidane jugó durante muchos minutos con superioridad numérica. El resultado es bueno, pero lo que pasó durante el partido sí que es preocupante, por la diferencia entre un equipo y otro. El Real Madrid jugó durante 75 minutos con un futbolista más por la expulsión de un jugador del Atalanta. No solo fue incapaz de traducir el dominio en gol, sino que las ocasiones que tuvo fueron escasas, con lo que el problema de gol hay que considerarlo alarmante.

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