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Descalabro del Real Madrid en Ucrania que pone en peligro la Champions (2-0)
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Descalabro del Real Madrid en Ucrania que pone en peligro la Champions (2-0)

El Real Madrid se mete en serios problemas en la Champions con la derrota ante el Shakhtar. Se jugará el pase a los octavos contra el Borussia Monchengladbach

Foto: Marco Asensio en el partido contra el Shakthar. (Efe)
Marco Asensio en el partido contra el Shakthar. (Efe)

El Real Madrid se vuelve a estrellar contra el Shakhtar Donetsk y provoca que el equipo de Zidane se tenga que jugar el pase a los octavos de final en el último partido contra el Borussia Mönchengladbach. El Shakhtar destapa, de nuevo, las ruinas del equipo de Zidane. No hay contundencia para hacer goles ni solidez defensiva. Las buenas intenciones de la primera parte no sirven en la alta competición si no tienes filo y a este Madrid no solo le falta colmillo. También más talento y personalidad para aspirar a desafíos mayores.

La dinámica en la que entra el equipo de Zidane es preocupante. Es difícil creer que este equipo pueda caer en la Europa League, pero visto cómo se está comportando el equipo ya no se puede descartar. Sería consumar el ridículo. De lo que no se libra el Madrid es de la acumulación de bochornos y estamos en el inicio del mes de diciembre.

Este Real Madrid sigue siendo una moneda al aire. Salió al Olímpico de Kiev a derretir el bloque del Shakhtar desde el inicio del partido, sin especular, en modo agresivo. Parecían enfadados los de Zidane. Una buena señal porque es la actitud que se le exige a un equipo que está dando vaivenes en la temporada y al que su propio entrenador le preocupa por la falta de regularidad. Con Benzema ya en el once, recuperado de la lesión, y la compañía de Rodrygo y Asensio el equipo presentaba su mejor ataque. Sin el lesionado Hazard y con el suplentísimo Vinicius que cada vez tiene más asumido que se va a quedar en un revulsivo.

Foto: Marco Asensio tumbado en el césped y las manos en la cabeza


El inicio fue prometedor. Un Madrid intenso, dominante, que presionó en el área de rival con decisión para provocar el error, robar la pelota y finalizar. Sacó provecho en la primera acción de peligro con un disparo de Marco Asensio al poste en el minuto 4. Era un buen síntoma. No era el Madrid contemplativo que salió con pasividad ante el Alavés. Tampoco el equipo que fue superior al Inter de Milán en San Siro con posesiones largas. El plan, también sin Casemiro en el once (el brasileño está apercibo), con Kroos, Modric y Odegaard consistió en darle verticalidad al juego. Ser directos. Llegar rápido, generar confusión y tirar el muro del Shakhtar.

Un Madrid inofensivo

Todo este caudal de agresividad, valentía e intensidad no fue capaz de traducirse en goles en una primera parte en la que lo mejor acabó siendo que Courtois no tuvo trabajo y Varane evitó ser expulsado. El francés se fue con una tarjeta amarilla por cortar una acción de contraataque, minuto 15, tras un mal pase de Nacho. Varane trabó a Junior Morales, el último jugador del Shakhtar, y el árbitro interpretó que quedaba mucho campo hasta la portería de Courtois. Se quedó en amarilla. La brusquedad de Varane provocó la lesión de Moraes. El riesgo estaba en ver otra amarilla y dejar a su equipo con uno menos. Varane fue duro a otro balón dividido, al filo del descanso, derribó a Dentinho (que había salido por Moraes) y el árbitro no quiso saber nada. Interpretó que era un lance limpio.

Este Madrid del primer tiempo fue amenazante, pero inofensivo en la pegada. Todo el balance de peligro se resume en el poste de Asensio y una buena combinación entre Odegaard y el balear, dentro del área, que finalizó Asensio con un zurdazo y la respuesta del portero Trubin. Asensio estaba enchufado. Lo que se le pide a este chico que no acaba de coger más responsabilidades. Trabajó en la recuperación, defendió, atacó y finalizó jugadas. Mejoró. Pero al Madrid, más agitado y veloz que en otros partidos, le cuesta hacer goles. Benzema se fue con un solo disparo, flojo y centrado, en la primera parte y buscando los espacios que hacen daños. No llegaba ese buen último pase. Había ganas, faltaba la pegada. Lo mejor, la actitud y la continuidad en el juego ofensivo.

placeholder Varane intenta recuperar un balón. (Efe)
Varane intenta recuperar un balón. (Efe)


La finalización es la asignatura pendiente. Fallaba el Madrid en poner la guinda a su dominio. Benzema entendió que tenía que ser más individualista en la segunda parte y empezó a jugar para sí mismo. Un disparo centrado y centro con fuego al área pequeña fueron sus primeras intenciones. La respuesta de Shakhtar llegó con una transición rápida y un buen susto. Taison se plató ante Courtois y el belga se estiró para sacar la pelota. La acción más peligrosa del Shakhtar en 50 minutos y la que cambió el encuentro. El Madrid dejó de tener un partido cómodo en defensa. Se sintió amenazado y aparecieron los despistes.

Aprovechó el momento el Shakhtar para marcar en otra acción rápida y de falta de entendimiento entre Mendy y Varane. Ni uno ni otro fueron contundentes. Apareció Dentinho, en el minuto 56, para colarse al área y batir a Courtois. El equipo de Zidane ya había perdido la solidez y aparecieron los desajustes, las inseguridades. El Madrid sufrió otra de sus extrañas transformaciones. De una primera parte ardiente pasó a ser un equipo frío, apatático, menor. Como si hubiera sufrido un fortísimo resfriado en la gélida tarde de Kiev. El gol fue un mazazo a la confianza. El Madrid perdió la pelota, apareció el cansancio físico, se juntaron la fatiga y los miedos al descalabro.

La reacción de Zidane fue la de hacer un triple cambio a falta de 15 minutos para el final. Isco por Odegaard, Mariano por Benzema y Vinicius por Rodrygo. Nada de nada. Este Madrid no tiene remedio. Ni alma para la remontada. No hizo sufrir al rival ni con los cambios y acabó recibiendo el segundo gol, en el minuto 82, en un disparo cruzado de Solomón. Las caritas de los jugadores son ya de pánico.

El Real Madrid se vuelve a estrellar contra el Shakhtar Donetsk y provoca que el equipo de Zidane se tenga que jugar el pase a los octavos de final en el último partido contra el Borussia Mönchengladbach. El Shakhtar destapa, de nuevo, las ruinas del equipo de Zidane. No hay contundencia para hacer goles ni solidez defensiva. Las buenas intenciones de la primera parte no sirven en la alta competición si no tienes filo y a este Madrid no solo le falta colmillo. También más talento y personalidad para aspirar a desafíos mayores.

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