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El premio amargo de Leo Messi en el sorteo más envenenado para el Barcelona
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Quiere volver a ser Balón de Oro

El premio amargo de Leo Messi en el sorteo más envenenado para el Barcelona

Tras tres fiascos de calado, el argentino buscará con ahínco una nueva Champions League para el Barcelona. El grupo, tras el sorteo, incómodo. Las debacles le han costado premios individuales

Foto: Leo Messi recoge su premio a mejor delantero de la pasada Champions League. (EFE)
Leo Messi recoge su premio a mejor delantero de la pasada Champions League. (EFE)

Leo Messi la quiere, la desea con ahínco, pero la Champions le es esquiva en las últimas temporadas. La 'copa linda', como él la llama, se le resiste año tras año al jugador culé. En el pasado Trofeo Joan Gamper, el de rosario volvió a ser claro: "No me arrepiento de nada, vuelvo a repetir lo de la temporada pasada". Messi prometió en 2018 conquistar la preciada Copa de Europa, pero la debacle en Liverpool, donde el equipo cayó goleado, convirtió sus palabras en puro papel mojado. Dos años antes, el equipo fue apeado de la competición en el primer traspiés de este serial en Turín y posteriormente lo hizo en Roma. Demasiadas decepciones para el que es considerado el mejor jugador del mundo por muchos aficionados.

Aquellos tres golpes le dejaron muy tocado, sobre todo el vivido en Inglaterra, y este curso no quiere repetir traumas pasados. Para un jugador de su ambición y categoría, ver cómo el Real Madrid levantaba tres 'orejonas' consecutivas mientras su equipo era humillado sistemáticamente era poco menos que insoportable. En el sorteo de la fase de grupos llevado a cabo este jueves en Mónaco, Messi ha conocido el camino que le espera al Barcelona hasta la ronda de octavos de final. No lo tendrá nada fácil el cuadro catalán, al que le han caído dos conjuntos de mucha calidad, como son el Borussia Dormund y el Inter de Milán. Tras conocer a sus rivales, a Leo el trofeo que le otorgaron en esta misma gala a mejor delantero de la pasada edición de la Champions le supo amargo.

Messi ya se vio las caras con los italianos en la pasada edición, pero el nuevo proyecto 'nerazzurri' poco tiene que ver con aquel. El Inter estará dirigido por un nuevo técnico, Antonio Conte, que ha pedido refuerzos de lujo como son, entre otros, Diego Godín, Lukaku y Alexis Sánchez, que volverá a su antigua casa, el Camp Nou. Los de Milán, aparte de luchar por su liga, quieren recuperar parte del prestigio perdido en el Viejo Continente durante los últimos años. El Dormund tampoco será, ni mucho menos, una perita en dulce. Los alemanes han arrancado con fuerza este curso ganándole al Bayern de Múnich la Supercopa y liderando la Bundesliga. Paco Alcácer, que salió de la Ciudad Condal con más pena que gloria tras estar a la sombra de Luis Suárez, ha marcado cinco goles en cuatro partidos y llegará pletórico, con ganas de resarcirse. Además, los teutones destacan por su velocidad, algo que al Barça no se le da especialmente bien, como quedó comprobado tras el fiasco en Anfield.

placeholder Messi, cabizbajo, tras la derrota en Liverpool. (EFE)
Messi, cabizbajo, tras la derrota en Liverpool. (EFE)

"Confío en esta plantilla"

De esta manera, Messi tendrá el exigente reto de llevar a su equipo a la siguiente fase en el grupo más duro que seguramente recuerde en estos dos últimos años. Solo el Slavia de Praga puede dar una tregua. Este jueves, el argentino ha visto en directo el sorteo acompañado de Cristiano Ronaldo y Van Vijk. El jugador 'red' ha sido distinguido como el mejor jugador de la pasada Champions y sucede a Luka Modric. Cristiano y Messi, acostumbrados a repartirse los más altos honores, ya conocen las consecuencias de no ganar en Europa. El portugués, eso sí, hace mejores cuentas: ha levantado cinco veces la 'orejona', por las cuatro del culé.

La Champions es el trofeo que, al fin y al cabo, marca las diferencias. El Barça no lo levanta desde 2015 y la travesía del desierto pesa. Los números de Messi en Europa son incontestables (112 goles en 134 partidos), como también su larga lista de apariciones estelares, que más de una vez han sacado a su equipo de un serio aprieto. Esta temporada, para evitar lo máximo posible la 'messidependencia', el Barça se ha reforzado a conciencia, todo ello para arropar aún más a su líder en la lucha por los objetivos. Messi, que acostumbraba curar las penas con su selección en el Barça, ha visto cómo en los últimos años esta regla no escrita no se cumple como a él le gustaría. Antaño, cada decepción con la albiceleste la arreglaba levantando una Champions. Tras caer con Maradona en el banquillo, se refugió con Guardiola para ganar la edición de 2011, y misma receta aplicó en la temporada 2014/2015 tras la final perdida en Maracaná contra Alemania.

"Tenemos que aprender la lección de lo que nos pasó en Roma y Liverpool", señaló Guillermo Amor tras conocer el grupo. Messi, que no ha jugado un solo minuto de liga por culpa del sóleo y no se le espera ya hasta después del parón por selecciones, quiere guiar al Barça hacia un año de éxito rotundo, no solo en los campeonatos domésticos. "Confío en esta plantilla, en estos jugadores y en este cuerpo técnico, y no tengo duda de que todos juntos vamos a volver a pelear por todo", manifestó a pie de campo en la presentación de los jugadores, previa a la disputa del Gamper contra el Arsenal. No quiere dejar escapar un nuevo tren que, como estos últimos años, le impida optar a premios individuales de suma importancia, como el Balón de Oro, donde comparte trono con Cristiano (ambos con cinco). La 'pulga' quiere aspirar a todo, pero por delante le queda una fase de grupos peliaguda y un reto aún mayor, romper la barrera psicológica que atormenta las noches europeas en Barcelona.

Leo Messi la quiere, la desea con ahínco, pero la Champions le es esquiva en las últimas temporadas. La 'copa linda', como él la llama, se le resiste año tras año al jugador culé. En el pasado Trofeo Joan Gamper, el de rosario volvió a ser claro: "No me arrepiento de nada, vuelvo a repetir lo de la temporada pasada". Messi prometió en 2018 conquistar la preciada Copa de Europa, pero la debacle en Liverpool, donde el equipo cayó goleado, convirtió sus palabras en puro papel mojado. Dos años antes, el equipo fue apeado de la competición en el primer traspiés de este serial en Turín y posteriormente lo hizo en Roma. Demasiadas decepciones para el que es considerado el mejor jugador del mundo por muchos aficionados.

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