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El poder y el riesgo de llamarse Iniesta
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la decisión DE JUGAR ANTE EL CHELSEA es suya

El poder y el riesgo de llamarse Iniesta

Ocho días después de lesionarse ante el Atlético, Iniesta entrenó este lunes de nuevo con el resto del equipo. No quiere perderse el decisivo partido del miércoles contra el Chelsea

Foto: Iniesta fue clave en el partido de ida con su asistencia a Messi en el 1-1. (Reuters)
Iniesta fue clave en el partido de ida con su asistencia a Messi en el 1-1. (Reuters)

Andrés Iniesta quiere estar ante el Chelsea, un partido que en el Barcelona se asume como una final por la entidad del rival y la escasa renta que se logró en Stamford Bridge, cuando el manchego volvió a ser decisivo con una asistencia que Messi envió al fondo de la red a falta de un cuarto de hora para el final. Iniesta se lesionó frente al Atlético en el bíceps femoral de su pierna derecha hace nueve días y el parte médico ofrecido por el club no dio más detalles al respecto, pero desde el primer día el jugador dio indicios de que no era grave y que en su mente estaba el querer forzar para disputar el partido de vuelta.

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Iniesta ha estado acudiendo por las mañanas a la consulta de Emili Ricart (exrecuperador del Barça en la época de Guardiola y persona de su máxima confianza) y a la Ciudad Deportiva por las tardes. Dos días después de lesionarse empezó a correr y este lunes ya pudo realizar parte del entrenamiento con el grupo. Es decir, que llega muy justo y el riesgo de recaída existe. La clave la tiene el propio futbolista, que no es ningún benjamín y desafortunadamente ha sufrido lesiones importantes en su carrera. Por eso, si él dice que está es que está. Él será el que tenga la última palabra porque conoce su cuerpo y es perfectamente consciente de los riesgos que asume y de que deberá regularse aunque forme parte del once porque no le da tiempo a recuperarse plenamente.

Casi nueve años después de aquel ‘iniestazo’ en Stamford Bridge que le dio el billete al Barça para la final de Roma, el centrocampista, igual que entonces, está dispuesto a jugar tocado.

placeholder Iniesta se lesionó durante el partido contra el Atlético de Madrid del 4 de marzo. (Reuters)
Iniesta se lesionó durante el partido contra el Atlético de Madrid del 4 de marzo. (Reuters)

El recuerdo de Roma

Tras marcar en Londres en el 2009, Iniesta fue titular ante el Villarreal y al término del partido se tocó la pierna derecha (la misma que ahora). Faltaban dos semanas para la final frente al Manchester United de Alex Ferguson y Cristiano Ronaldo y se había hecho daño en el séptum. No pudo ni viajar para jugar la final de Copa de Mestalla contra el Athletic, pero se empeñó en que no se perdía la de Champions. "El deportista tiene algo dentro de su cuerpo que lo mueve en situaciones complicadas. Lo que me movió es el deseo, la pasión, el sentimiento y el orgullo de futbolista. No era nada fácil. Íbamos a contrarreloj, los plazos se nos echaban encima, la final estaba ahí… Pero por nada del mundo quería perderme esa final", explica el propio Iniesta en el libro 'La jugada de mi vida'.

En la de París, con Rijkaard en el banquillo, el manchego sólo disputó 45’ sustituyendo a Edmilson tras el descanso. Roma se le metió entre ceja y ceja. Y sí, jugó, y disfrutó del baño al United y de su segunda Champions, pero estuvo luego cuatro largos meses hasta que volvió a disputar un partido de fútbol. El precio fue carísimo.

Afortunadamente la lesión de ahora no reviste la gravedad de la de entonces, pero deberá andarse con mucho cuidado. Iniesta es consciente que gracias a la plácida situación en la Liga él podría permitirle dosificarse todo lo que haga falta, pero ante el Chelsea ya es definitivo y el equipo le necesita. Ante un rival cerrado, su capacidad para crear espacios donde a simple vista no los hay será fundamental. Poder contar con él sería un alivio para Valverde, que le ha devuelto los galones que en la última temporada había perdido con Luis Enrique. Para el Txingurri, Iniesta es indiscutible, así que se ha puesto en sus manos y dejará que sea el futbolista el que tenga la última palabra. Si le da el visto bueno, si tiene buenas sensaciones en el último entrenamiento de hoy, mañana estará sobre el césped del Camp Nou.

Andrés Iniesta quiere estar ante el Chelsea, un partido que en el Barcelona se asume como una final por la entidad del rival y la escasa renta que se logró en Stamford Bridge, cuando el manchego volvió a ser decisivo con una asistencia que Messi envió al fondo de la red a falta de un cuarto de hora para el final. Iniesta se lesionó frente al Atlético en el bíceps femoral de su pierna derecha hace nueve días y el parte médico ofrecido por el club no dio más detalles al respecto, pero desde el primer día el jugador dio indicios de que no era grave y que en su mente estaba el querer forzar para disputar el partido de vuelta.

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