Isco y Keylor se reivindican el día en que Benzema es sentenciado
En una decisión mitad política y mitad deportiva, Isco fue titular en el duelo contra el PSG. Fue de los más destacados. Keylor también hizo un buen partido. Benzema volvió a decepcionar
Isco fue titular. Una decisión mitad deportiva, mitad política. Su suplencia era un golpe mortal a sus expectativas, la última palada de tierra que lo enterraba definitivamente. Un lujo que Zidane no podía ni debía permitirse. Eligió al malagueño para tener la pelota y generar superioridad en la medular, donde el PSG solo presentaba tres jugadores para alinear por delante a su exuberante delantera. Reservaba a Bale, que no está al 100% físicamente ni lo ha estado en toda la temporada, para afilar sus prestaciones en la segunda parte. Y el galés, tipo dócil, asumió con normalidad la decisión. Mientras Isco evidenciaba su satisfacción por salir en el once con una destacada actuación.
El andaluz fue referente en ataque del equipo, como Casemiro lo fue en defensa. Isco tuvo mucho protagonismo en la primera parte, cuando el Real Madrid dispuso de la posesión y dominó el partido pisando el área rival. Aunque fue cómplice del gol del PSG, al no tapar la llegada de Rabiot —ni él ni Modric bajaron con el mediocentro galo—, luego volvió a pedir la pelota y tirar del equipo hacia arriba. El vestuario celebraba al final del partido la apuesta por Isco, un jugador muy querido en el grupo.
El malagueño no fue el único que reforzó su posición en el partido ante el PSG. Keylor Navas también fue fundamental en la victoria de los blancos. El costarricense tuvo dos intervenciones decisivas, cuando el partido estaba abierto, una de ellas tras un disparo complicadísimo abajo de Mbappé. El portero siempre ha respondido en los partidos grandes del Real Madrid. Es dos veces campeón de la Champions con merecido protagonismo en ambas finales y vuelve a ser un jugador fundamental en el éxito del equipo en este partido.
Keylor, el Inter se suma a Liverpool y Sevilla
Sabe que Florentino Pérez sigue peinando el mercado para buscar un portero. No pudo ser Kepa, cuyo fichaje fue frustrado por la intervención de Zidane. No quiso ser De Gea y tampoco Courtois ha accedido a los deseos del presidente blanco. Mientras Pérez busca portero, a Navas se le acumulan las novias. Liverpool y Sevilla se habían interesado por su situación. Y ahora el Inter también ha sondeado en qué disposición está el próximo verano, pese a tener contrato.
Isco y Zidane son dos de los triunfadores de este partido ante el PSG. El perdedor indiscutible vuelve a ser Karim Benzema. El francés ha vuelto a completar una actuación intrascendente. El '9' del Real Madrid dispuso de una ocasión, frenada por una gran intervención de Areola, pero no participó en el juego ofensivo, no aportó desmarque ni soluciones en ataque. Y lo que es peor, se va desdibujando y sus compañeros dan signos de no creer en él.
Zidane insiste en situarle en el once titular, pero Karim no justifica esa apuesta. Ni marca, ni asiste ni tiene un rol protagonista en el juego. No se desquitó contra sus compatriotas y siguen pasando trenes para el francés, que se llevó una tremenda pitada al salir del campo sustituido por Asensio. El mallorquín sí que revolucionó el juego y afiló el juego del Real Madrid, participando en la jugada del segundo y el tercer gol blancos. Para entonces, Benzema ya estaba en el banquillo, purgando, una vez más, otra actuación para el olvido.
Al entrenador se le acaban las razones para alinear a Karim. Habría tenido más sentido dejar en el banquillo al francés, pero Zizou ha demostrado a lo largo de la temporada que no quiere señalar a ninguno de sus titulares y que quiere tener activado al mayor número de jugadores posible de la plantilla ahora que llega el momento decisivo de la temporada. Asensio volvió a ser el jugador fresco y vertical que explotó al principio de temporada. Benzema sigue siendo el jugador mediocre y gris de toda la temporada.
Isco fue titular. Una decisión mitad deportiva, mitad política. Su suplencia era un golpe mortal a sus expectativas, la última palada de tierra que lo enterraba definitivamente. Un lujo que Zidane no podía ni debía permitirse. Eligió al malagueño para tener la pelota y generar superioridad en la medular, donde el PSG solo presentaba tres jugadores para alinear por delante a su exuberante delantera. Reservaba a Bale, que no está al 100% físicamente ni lo ha estado en toda la temporada, para afilar sus prestaciones en la segunda parte. Y el galés, tipo dócil, asumió con normalidad la decisión. Mientras Isco evidenciaba su satisfacción por salir en el once con una destacada actuación.
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