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El Real Madrid le calla la boca a Europa
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remontó al psg con la mejor cara del año

El Real Madrid le calla la boca a Europa

Contar cuántas veces se ha dicho esa frase se haría muy pesado. Lo que la vida nos ha enseñado es que es más probable que el Madrid gane en 'su' competición que lo contrario

Foto: Marcelo celebró con Zidane el 3-1. (Reuters)
Marcelo celebró con Zidane el 3-1. (Reuters)

El contexto es indispensable. No es posible mirar este partido desde la ignorancia, sin conocer la historia que lo envuelve y el hilo temporal al que pertenece. En años por venir, un niño en su casa ojeará por curiosidad una página web con los resultados de la Champions League y se encontrará con un Real Madrid 3-1 Paris Saint-Germain que entenderá como natural. No sentirá una descomposición en el cerebro, esa que ha corrompido y corromperá los hilos mentales de Unai Emery otra vez, lo de siempre en esta competición. No sabrá ese zagal que jugó el Madrid, todo un 12 veces campeón de Europa, con una maldita soga al cuello que lo condenaba a la muerte si no se la cortaba rápido. Si no profundiza, dejará a un lado que, durante largos y asfixiantes minutos, esa soga se apretó. Y que la victoria final fue sentida como una resurrección, como tal inesperada.

[Actualización: En directo el sorteo de los cuartos de final de la Champions League de 2018]

La historia, sin embargo, escribirá que Emery no está hecho para triunfar en estos mares. No ha aprendido nada. La mayor lección que se ha llevado un entrenador en la historia de la Copa de Europa, el 6-1 que le metió el Barça el curso pasado en esta ronda que le remontaba un 4-0, no ha servido para que deje de hacer lo mismo que ha hecho cuando ha tenido que ganar un partido, una eliminatoria: en definitiva, ser grande de verdad. El PSG quiere esta competición como la quiere el Madrid, con unas armas se podría decir que de similar calibre, que se utilizan de una manera no tan acertada como indican las goleadas en la fase de grupos y en Francia. Si dominas en el Bernabéu y mandas en el marcador (1-1, eso fuera de casa es puro oro), quitar a tu delantero centro para dar entrada a un lateral derecho te delata.

Foto: Zidane todavía no ha perdido una eliminatoria de Champions. (Reuters)
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Es psicológico. Un mensaje a sus jugadores en que les dice que lo que han hecho hasta entonces está bien y que ya es suficiente, que paren y esperen a que pite el final el árbitro. Y se lo haces contra el Madrid. Da igual qué Madrid tengas delante, si este de las dos Champions seguidas o el de Vítor y Prosinecki, ¡que es el Madrid y es el Bernabéu! Se le olvidó a Emery, tiró un partido (y medio pase) a la papelera de reciclaje, para que dentro de un tiempo le vuelva una vez más, reutilizado, pero con el mismo sabor a podrido. Tiene 90 minutos para resarcirlo.

Foto: El ceutí Regino Hernández con la bandera española en Corea del Sur. (EFE)

Del pánico al jolgorio

Del mismo margen disponía Zinédine Zidane para llevar la contraria a las masas desconfiadas, no sin unos cuantos motivos, de sus métodos como entrenador. Se llevaba rumiando este encuentro casi dos meses, desde el sorteo en diciembre, y conforme la fecha se iba acercando, el respeto hacia el PSG se tornaba en pánico, hasta el punto de cerrar los ojos y esperar que pasara lo más rápido posible. Las últimas vergüenzas blancas en territorio español no invitaban a ningún optimismo. Las esporádicas alegrías ante Deportivo, Valencia y Real Sociedad eran salpicadas por desastres tipo Leganés y Levante. Así era difícil creer en lo que se iba a desprender del choque de Chamartín.

placeholder Cristiano marca el 2-1. (Reuters)
Cristiano marca el 2-1. (Reuters)

El Madrid callándole la boca a Europa. Contar cuántas veces se ha dicho esa frase se haría muy pesado. Lo que la vida nos ha enseñado es que es más probable que el Madrid gane en 'su' competición que lo contrario. Y seguimos convenciéndonos, o mejor dicho, sigue convenciéndonos el propio club de que hay que desconfiar, parece que lo haga para que después la euforia sea desmedida. Remontar al PSG de los millones y los 'taitantos' goles no es una proeza, pero es la proeza de este Madrid a estas alturas del año y del despropósito de temporada.

Lo que hizo el Madrid era lo que se esperaba que hiciera durante los meses pasados. Jugar un partido a un buen ritmo, no decimos una parte, sino todo el partido. Hacerlo garantiza, como mínimo, una buena imagen que convenza al aficionado; como máximo, una goleada. Zidane le dio el mando a Isco, al que dicen las malas y desinformadas lenguas que se quiere cargar (porque parece que estos dos años y pico no han servido para darse cuenta de cuánto aprecia al malagueño), dispuso a los suyos apretando la yugular del contrario, arriba del todo, para hacerles sentir el miedo. La experiencia cuenta y en el PSG no hay mucha. Casi la mitad de la experiencia total en Champions de la plantilla la acumula Dani Alves. Darles sustos de vez en cuando con robos en lo alto, como se asusta a un pulpo, hasta que se ablanda. El plan de toda la vida.

Foto: Neymar celebra un gol marcado con el PSG. (Reuters)

Pero al poco a Marcelo pareció dispararle un francotirador cuando chocó con su colega Alves y entre que le atendían y volvía, se le bajó el calentón al Madrid y ya no quería seguir tonteando donde más le duele al Paris. Se está inventando este año Emery a Lo Celso de mediocentro y la verdad es que en Francia sin duda funciona, en el Bernabéu no, ni por asomo. En la salida de balón el equipo franco-catarí se dejó numerosas posesiones y arriesgó su meta. Salía más fácil por las bandas, con Alves y un excelente Yuri Berchiche, que combinaban con Mbappé y Neymar para ya encarar a la defensa lateral madridista.

La turbación del común hincha blanco tenía la imagen de Neymar volviendo a marcarles un gol, como hiciera unas cuantas veces con el Barça. Y Neymar acaparó balón, pero no utilidad, el útil es Mbappé. El fallo histórico de Florentino (y si no, al tiempo), más madridista que el escudo, no es potencia, no es velocidad, no es clase, no es definición, es todo eso elevado a la enésima potencia y con unos 15 años de fútbol por delante. Se comió a Marcelo en cuanto pudo y generó el gol de Rabiot. El Madrid estaba temblando de un frío mortal.

placeholder Mbappé, por encima de todos. (Reuters)
Mbappé, por encima de todos. (Reuters)

Pero decimos que este Madrid le ha callado la boca a Europa. Y lo hace también Cristiano Ronaldo. Está mayor el hombre, pero es que su casa es la Champions, son un todo el Madrid y él. Les pone cachondos lo mismo, esa copa orejuda y muy guapa. Un penaltito y un rechace con el muslo a lo Guillermo Amor en Bratislava, sí, pero marca cuando hace falta. Llegó a los cuartos de final de 2017 con dos goles y acabó con 12. El Madrid ganó el partido, aun si no es sencillo definir cómo lo hizo. Puede que el factor diferencial fueran los cambios. Emery metió a Meunier por Cavani. Zidane puso a Lucas y Asensio por Casemiro e Isco.

Asensio dio un poco de penita contra el Leganés, para ser finos, pero está hecho para estos días. Le dio su entrenador poco más de 15 minutos y se sacó dos asistencias. Zidane, de camino al tanatorio dentro del coche fúnebre, se ha despertado del profundo coma en el que se había inducido a tiempo de salvar la temporada. Recupera a Cristiano, a Asensio, a Isco, a Marcelo... Lo hace cuando se aproxima la primavera, la estación del Madrid. París es muy bonita, pero el Madrid ya la conoce, ahora va por trabajo, a cerrar un pase que dos horas antes del pitido final sonaba a chiste cruel y ahora, con solo 90 (o 120) minutos por delante, se cree hasta un emir catarí cualquiera...

Ficha técnica

3 - Real Madrid: Keylor Navas; Nacho, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro (Lucas Vázquez, m.79), Kroos, Modric, Isco (Asensio, m.79); Cristiano Ronaldo y Benzema (Bale, m.68).

1 - Paris Saint Germain: Areola; Dani Alves, Marquinhos, Kimpembe, Yuri Berchiche; Verratti, Lo Celso (Draxler, m.84), Rabiot; Mbappé, Cavani (Meunier, m.65) y Neymar.

Goles: 0-1, M.33: Rabiot. 1-1, M.45: Cristiano Ronaldo, de penalti. 2-1, M.83: Cristiano Ronaldo. 3-1, M.86: Marcelo.

Árbitro: Gianluca Rocchi (ITA). Amonestó a Neymar (m.14), Lo Celso (m.25), Isco (m.32), Rabiot (m.64), Nacho (m.78) y Meunier (m.90).

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 82.000 espectadores.

El contexto es indispensable. No es posible mirar este partido desde la ignorancia, sin conocer la historia que lo envuelve y el hilo temporal al que pertenece. En años por venir, un niño en su casa ojeará por curiosidad una página web con los resultados de la Champions League y se encontrará con un Real Madrid 3-1 Paris Saint-Germain que entenderá como natural. No sentirá una descomposición en el cerebro, esa que ha corrompido y corromperá los hilos mentales de Unai Emery otra vez, lo de siempre en esta competición. No sabrá ese zagal que jugó el Madrid, todo un 12 veces campeón de Europa, con una maldita soga al cuello que lo condenaba a la muerte si no se la cortaba rápido. Si no profundiza, dejará a un lado que, durante largos y asfixiantes minutos, esa soga se apretó. Y que la victoria final fue sentida como una resurrección, como tal inesperada.

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