Carvajal, cúrate el corazón con calma: Achraf sorprende en Europa con solo 18 años

El Real Madrid volvió a no ganar en casa (1-1). Solo lo ha hecho en tres de las siete oportunidades que el calendario ya le ha prestado. Quizá fuera esta la ocasión más natural para no sumar de tres en tres. Enfrente estaba el Tottenham, que así de primeras no suena a grande de Europa, pero que una vez analizado se comprende que puede ser uno de los equipos más completos del continente. Un partido grande, un resultado suficiente, digámoslo así, y a ello correspondía una respuesta del entrenador acorde a la situación. Los buenos salían al campo, no había espacio para las probaturas. El once de la final de Cardiff sobre el césped. Esperen, no, hay un error. ¿Quién es Achraf Hakimi?

Dani Carvajal es insustituible para el Real Madrid. No hay ningún detalle ni de su personalidad ni de su juego que no encaje en el club en el que ha pasado toda su vida, menos aquel año que se marchó a Alemania para hacerse aún mejor futbolista y demostrarle al escéptico que la cantera sí funciona y que creer en los que salen de ella no es una aventura, sino una certeza. El heredero natural de Míchel Salgado, no por su semejanza en la práctica del fútbol, sino por asegurar una posición para al menos una década y, por qué no añadirlo, su amor verdadero por el escudo, un bien poco extendido hoy en día en cualquier club del mundo.

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Jesús Garrido

Cuando el Madrid hizo público que Carvajal padecía una infección en el pericardio (una membrana que recubre el corazón) debido a un proceso gripal, el madridismo se sobrecogió. Esta puede ser la plantilla con que el madridista más se identifica de los últimos 20 años o más, puede que nos pudiéramos remontar sin temor hasta la Quinta del Buitre, pero Dani es considerado uno de ellos, un jugador que bien podría estar en la grada o enfrente de la televisión celebrando los goles que anota su equipo, que, además, es buenísimo. En cuanto llegó se comió a Arbeloa y ni los 31 millones por Danilo hicieron que se tambaleara en su puesto. Es perfecto para el Madrid y no hay otro como él. ¿Qué hacer cuando no está?

Eso se preguntó el Madrid este verano. Zidane dio el visto bueno (no sin torcer el gesto) al traspaso de Danilo al Manchester City y la vacante para el lateral derecho se abría de par en par. Podía arriesgarse a quedarse algo cojo y contar con Nacho Fernández en caso de que Carvajal necesitase un relevo, pero era demasiado arriesgado, más si se quieren repetir o mejorar los éxitos de este último par de años. Había que añadir una ficha al tablero que completara la duplicidad de puestos en defensa. La directiva pensó en fichar, algo que pedía Zidane, y sobre todo se estudió (y se sigue estudiando) a Álvaro Odriozola, el buen jugador de la Real Sociedad. Pero en el Castilla había completos informes que aseguraban que Achraf Hakimi era sobradamente bueno para darle un respiro al lateral titular durante la temporada.

Con edad para estar en el Juvenil B, Achraf era indiscutible para Santiago Solari en el filial blanco y también tenía la confianza de Guti en la Youth League. Su edad tampoco fue problema para empezar a ser titular con Marruecos (eligió jugar para su país de origen pese a haber nacido en la capital de España), jugando además a pierna cambiada. El Madrid ha sido austero en los últimos mercados de fichajes. Si mira fuera, no gasta mucho. Si tiene en casa, no mira fuera. Achraf estaba en casa. De hecho, lleva en la casa una década, y eso que solo tiene 18 años. Entró en Valdebebas en el Benjamín B y desde entonces ha ido progresando año a año hasta estar una temporada en el Castilla y serle suficiente para ganarse la oportunidad de formar parte de la primera plantilla. Este enorme paso no se decidió hasta prácticamente los últimos días de la ventana de traspasos, pero se prefirió guardar la bala de un fichaje y confiar en lo que había.

Él mismo se presentaba como un lateral muy ofensivo y así lo había demostrado en las bases, pero no es lo mismo hacerlo en partidos de juveniles o en Segunda B que enfrentarse al Tottenham Hotspur y aparentar tener 10 años más. Para verlo en perspectiva: Achraf nació casi medio año después de que el Madrid ganase la Séptima. El próximo 4 de noviembre cumplirá 19 años y este martes se presentó en la Champions League y nadie se lamentó (en exceso, porque lo dicho, Carvajal es único) de que el titular estuviera todavía recuperándose. Nacho estaba en el banquillo, el hombre que bien podría ocupar ese lugar en un partido de alta trascendencia como este, sabiendo que es un seguro a todo riesgo, un futbolista que nunca falla. Nada. Zidane quiso mantener la fe en Achraf y lo enfrentó a Eriksen.

Y lo que ocurrió fue que sorprendió a toda Europa, principalmente al Bernabéu, que ya cree en él. Desde el primer minuto se le vio con esa vocación de buscar la línea de fondo, de presionar arriba, de colocarse más allá de la línea que parte en dos el campo en ataques posicionales. Las virtudes fueron expuestas con claridad, hasta el punto de servir un excelente centro de primeras a la cabeza de Cristiano, cuyo remate se estrelló en el palo. Había que analizar sus defectos, que se centran, principalmente, en las desatenciones defensivas. Salvo un par de pérdidas de balón, propias del nerviosismo y la inexperiencia, no erró en ningún otro caso. Estuvo atento al corte, apareció para ayudar cuando hizo falta y mantuvo las escuetas subidas de Vertonghen y colaboró en hacer que Eriksen luciera lo menos posible. Vamos, que como dice Zidane, las cosas del corazón no son para tomárselas a la ligera, por lo que Carvajal puede descansar y recuperarse al cien por cien sin prisas: ahí está Achraf Hakimi para guardarle el puesto.