La rutina de Zidane para acercarse al mito
Un gol en el Calderón acerca Cardiff de manera casi definitiva, y eso el Real Madrid lo sabe hacer mejor que nadie, ya que acumula 60 partidos marcando de manera consecutiva
El Real Madrid es el mejor equipo de la historia de la Copa de Europa. Este es un hecho irrefutable. Nadie es mejor que el que más ha ganado, y la ventaja de cuatro trofeos con el segundo con más es suficientemente significativa para que no existan dudas sobre esto. Las siete semifinales consecutivas en los últimos siete años es un ejemplo de la latente preponderancia blanca en la Champions League actual. Además, está a un paso de jugar otra final, la tercera en cuatro temporadas. Todos estos datos, sin embargo, ocultan un detalle significativo. Si lo consigue, si mantiene (o aumenta, quién sabe) el 3-0 de la ida contra el Atlético, el Madrid romperá una racha de 57 años sin repetir final.
El madridismo siente la Copa de Europa como suya, como propia. Se ha hablado siempre de que es en el Viejo Continente donde el Madrid se ha sentido dominante, el rey de todos los territorios europeos, respetado allende sus propias fronteras. "90 minuti en el Bernabéu son molto longo", frase acuñada con un italiano más que aceptable por Juanito Gómez. El Madrid de las remontadas, de la épica, de los últimos minutos de taquicardias y paros respiratorios con final feliz y alegría multitudinaria. Ese Madrid, el que ha marcado a una generación de merengues, era el que se dejaba la piel buscando remontar partidos... en la Copa de la UEFA.
La Copa de Europa era un mito que los abuelos le habían contado a los nietos. Que había un tal Di Stéfano que era buenísimo, el mejor del mundo por todo lo que hacía, que llevaba el '9' pero jugaba 'de todo', y que se llevaba de maravilla sobre el campo con dos leyendas, dos barriletes llamados Puskás y Gento que, a simple vista, no daban ningún miedo. El madridista se lo tenía que creer. Los vídeos del NODO demostraban la autenticidad de esas historias, aunque cualquiera se los creía, claro, si reinventaron el centro previo al gol de Marcelino a Rusia. Los niños de los 70, 80 y 90 crecieron soñando con una copa de grandes asas que ni veían cuando visitaban el tour del Bernabéu. Las que había ahí eran otras, las "originales". Los chavales no veían a los capitanes de los grandes clubes europeos levantar esas baratijas, sino la de verdad, la 'Orejona'.
Se consolaban en casa. La Copa de Europa era un mito, lo tangible era la Liga, y esa caía como fruta madura año sí y año también. No había nada más allá de las fronteras españolas. El Madrid iba a jugar por ahí, contra el Milan, el Bayern, el Ajax, el Brujas, el Rapid de Viena... eso era otro mundo irreal. Lo que realmente contaba era ganar cada jornada en Chamartín y allá donde se jugase, pero siempre aquí. No fue hasta el gol de Mijatovic a la Juventus cuando cambió el paradigma. ¡Existía la Copa de Europa! Era de verdad. Se podía ganar, no era un cuento de los abuelos. A partir de ese 20 de mayo del 98, el madridismo se acordó de cómo se hacía para ganar a los alemanes, los italianos y los ingleses y la Liga pasó a un segundo término, lo que importaba era la Copa de Europa.
De la Séptima a hoy, el Madrid ha ganado cinco Ligas. El mismo número de Champions League han levantado. Los esfuerzos descomunales de un club titánico como el Madrid se han centrado en ser el mejor del mundo, no de España. De hecho, cuando ha sido campeón de Europa, no lo ha sido de Liga. No gana un doblete de ese calibre desde 1958. El Barça, para que sirva de paradigma, ha hecho doblete (cuando no Triplete) las cinco veces que ha ganado la Champions. Este es el auténtico valor que tiene lo que está consiguiendo Zinédine Zidane esta temporada. Estar a cinco partidos de ganar Liga y Champions en un mismo año. Para otros es lo normal, para el Madrid es excepcional.
Es posible que el Madrid lo consiga. Solo tiene que sobrevivir en el Calderón y sumar siete puntos de nueve en el torneo de la regularidad para ir a ganar a Cardiff con un título ya en el bolsillo. El primer paso es este miércoles. El rival es al que siempre gana en Europa, si bien la historia no juega. No juega en ese sentido, ni en el de la rutina actual que mantiene el equipo del técnico francés. Ha marcado al menos un gol en los últimos 60 partidos oficiales. 64 encuentros si contásemos los cuatro amistosos de pretemporada, porque el último choque en el que se quedó sin anotar fue en la ida de semifinales de la Champions 2015-16 contra el Manchester City. Hace más de un año que el casillero del Madrid no muestra un cero en el minuto 90.
No es casualidad que el Madrid esté ahora mismo donde está. Marcar siempre, obviamente, hace más fácil ganar. Con una ventaja de 3-0 de la ida, marcar un gol al Atlético en el Calderón es prácticamente billete para Cardiff. Hacer un tanto este miércoles es, por tanto, casi sinónimo de repetir final, algo que no se logra desde los tiempos de las cinco Copas de Europa seguidas. Fue Miguel Muñoz en su primer año como entrenador el que siguió con la senda marcada por sus antecesores y revalidó título en 1960. Nunca más repitió final el Madrid. Ganó tres en cinco años entre 1998 y 2002, ha ganado dos en tres años entre 2014 y 2016. Nunca estuvo en dos finales seguidas. Zidane está cerca de los mitos del madridismo.
Alineaciones probables
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Gabi, Saúl, Koke; Carrasco, Griezmann y Gameiro.
Real Madrid: Keylor Navas; Nacho, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric, Isco; Cristiano Ronaldo y Benzema.
Árbitro: Cuneyt Çakir (Turquía).
Estadio: Vicente Calderón.
Hora y TV: 20.45, 'beIN Sports'.
El Real Madrid es el mejor equipo de la historia de la Copa de Europa. Este es un hecho irrefutable. Nadie es mejor que el que más ha ganado, y la ventaja de cuatro trofeos con el segundo con más es suficientemente significativa para que no existan dudas sobre esto. Las siete semifinales consecutivas en los últimos siete años es un ejemplo de la latente preponderancia blanca en la Champions League actual. Además, está a un paso de jugar otra final, la tercera en cuatro temporadas. Todos estos datos, sin embargo, ocultan un detalle significativo. Si lo consigue, si mantiene (o aumenta, quién sabe) el 3-0 de la ida contra el Atlético, el Madrid romperá una racha de 57 años sin repetir final.