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El Nápoles, en crisis de colores al no poder usar la camiseta blanca ‘de la suerte’
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Se debate entre el celeste y el negro

El Nápoles, en crisis de colores al no poder usar la camiseta blanca ‘de la suerte’

Llega en alza a la cita en el Bernabéu. Su único desvelo lo provoca el hecho de verse obligado a renunciar a la elástica con la que no ha perdido desde que la estrenara en diciembre

Foto: Callejón celebra un gol marcado con el Nápoles (Reuters)
Callejón celebra un gol marcado con el Nápoles (Reuters)

El Nápoles arribará pletórico este miércoles al Santiago Bernabéu dispuesto a vengar a Maradona y compañía por aquella eliminatoria de Copa de Europa perdida hace 30 años con el Real Madrid. Con un extraordinario bagaje a sus espaldas de 18 partidos sin hincar la rodilla en todas las competiciones, la expedición partenopea viajará hasta la capital de España con un único pesar en su debe: el verse obligado a renunciar en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones a su camiseta ‘de la suerte’. El hecho de que el vigente campeón de la competición luzca para la ocasión su tradicional uniforme blanco impoluto forzará a los pupilos de Maurizio Sarri a dejar en San Paolo la elástica que les ha venido acompañando en la mayoría de sus duelos durante los tres últimos meses y con la que se han vuelto invencibles.

Foto: Suso celebra un gol con el Milan en el derbi contra el Inter. (EFE)

Tal cual. Resulta que el ‘capricho’ de su presidente, Aurelio De Laurentiis, de resucitar a inicios de diciembre frente al Inter (victoria por 3-0) una histórica camiseta blanca con una gruesa franja celeste en diagonal le ha sentado de maravilla al que a buen seguro será durísimo escollo merengue en la primera eliminatoria a doble partido en el máximo torneo continental. Y es que desde entonces el Nápoles acumula siete triunfos (Inter, Cagliari, Torino, Sampdoria, Pescara, Bologna y Genoa) y dos empates (Fiorentina y Palermo), con un más que notable balance realizador (31 goles marcados, por sólo 9 recibidos), cada vez que se ha calzado la franjiazul.

El citado uniforme pretendía homenajear a dos célebres onces partenopeos: la escuadra dirigida por el argentino Bruno Pesaola en la campaña 1961-62, la del regreso del Nápoles a la Serie A y también de su primer título, la Coppa Italia; y al mítico equipo que, cuatro años más tarde (65-66), se convirtió en el gran animador del 'calcio' con el tridente formado por los brasileños Altafini y Cané, y el genial atacante argentino Omar Sívori. Empero, el marcado carácter religioso de la capital de la Campania (con San Genaro siempre presente) ha llevado a más de uno, De Laurentiis incluido, a vincular tan victoriosa equipación con los ‘fujenti’, devotos de la Madonna (Virgen) dell’Arco, quienes desde hace más de 500 años peregrinan todos los Lunes de Pascua hasta su santuario, en la localidad de Santa Anastasia, para recrear una de las manifestaciones sacras más sentidas y multitudinarias en el sur de Italia.

Descartado el blanco por imperativo legal y como la cosa va de cábalas, el conjunto italiano alberga ahora la duda sobre qué traje de faena usará en el coliseo de Concha Espina de entre las dos opciones que le quedan. La lógica (y también la UEFA) indica que los de Sarri saltarán al verde del Bernabéu luciendo su tradicional camiseta azul celeste, acompañada en esta ocasión también por pantalones de idéntico tono para evitar coincidencias con su rival. El problema es que el Nápoles ha perdido sus cuatro únicos encuentros en lo que va de campaña (Atalanta, Roma, Juve y Besiktas —éste en Champions—) llevando su uniforme titular, de ahí que los integrantes del plantel prefieran vestir ante los de Zidane su tercera indumentaria, de negro inmaculado con los dorsales en color dorado.

Dicho deseo se ampara en la circunstancia de que el cuadro italiano obtuvo su único triunfo a domicilio hasta la fecha en la presente Champions en el estadio de La Luz, frente al Benfica (1-2), utilizando tal equipación. Por desgracia para los Hamsik, Mertens, Albiol, Callejón, Reina y compañía, la hinchada partenopea alzó la voz la pasada semana sobre este respecto dejando claro que su anhelo era volver a ver al Nápoles en Chamartín luciendo su camiseta celeste, como sucediera tres décadas atrás cuando el bombo emparejó al equipo dirigido entonces por Ottavio Bianchi y capitaneado sobre el césped por Maradona y Careca (ambos invitados de excepción del presidente De Laurentiis este miércoles en el palco del Bernabéu) con un Real Madrid al que sólo el PSV de Guus Hiddink cortaría el paso hacia la final.

La revisión última que el colegiado del encuentro haga de ambas equipaciones en la misma mañana del encuentro pondrá fin a las especulaciones y, de paso, a la crisis de colores vivida en Nápoles en los prolegómenos de su partido más importante en lo que llevamos del presente siglo. Cosas del 'calcio'.

El Nápoles arribará pletórico este miércoles al Santiago Bernabéu dispuesto a vengar a Maradona y compañía por aquella eliminatoria de Copa de Europa perdida hace 30 años con el Real Madrid. Con un extraordinario bagaje a sus espaldas de 18 partidos sin hincar la rodilla en todas las competiciones, la expedición partenopea viajará hasta la capital de España con un único pesar en su debe: el verse obligado a renunciar en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones a su camiseta ‘de la suerte’. El hecho de que el vigente campeón de la competición luzca para la ocasión su tradicional uniforme blanco impoluto forzará a los pupilos de Maurizio Sarri a dejar en San Paolo la elástica que les ha venido acompañando en la mayoría de sus duelos durante los tres últimos meses y con la que se han vuelto invencibles.

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