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El Sevilla no será este año campeón de la UEFA Europa League: sigue en Champions
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El Lyon no pudo hincar el diente a los de Sampaoli

El Sevilla no será este año campeón de la UEFA Europa League: sigue en Champions

Inteligente juego de los sevillistas, con Nasri, N´Zonzi y Vitolo como dueños de la pelota. El empate en Lyon fue suficente para estar los octavos de la máxima competición europea

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Que estén tranquilos los jefes de UEFA, porque el Sevilla no peleará por la Europa League. Ha decidido seguir en el torneo más prestigioso del continente, la Champions. El Lyon no pudo hincarle el diente a los blancos y eso que sus feroces seguidores (casi 60.000) empujaron lo suyo. Pero los de Sampaoli no se descompusieron y desarrollaron un fútbol inteligente, que terminó descoyuntando al cuadro francés. El Sevilla coronó una excelente fase de clasificación a octavos. No encajó un gol fuera de casa. Y a pelear con los grandes.

Foto: Messi y Sampaoli se saludan antes del Sevilla-Barcelona en el Pizjuán. (Reuters) Opinión

El partido comenzó con un zapatazo de Valbuena y rechace de Sergio Rico. Una tarjeta de presentación del Lyon, una declaración de intenciones de los franceses y el aviso de que el Sevilla iba a sudar sangre en el espléndido Parc Olimpique. El equipo de Sampaoli, sin embargo, no se arredró, sacó pecho y se la echó al pie. Nasri, el odiado marsellés, se vino arriba ante los pitos del público, y conectó bien con Vitolo y N´Zonzi. El cuadro nervionense dio un paso adelante e hilvanó sus mejores minutos.

Casi todo le salía bien a los sevillistas en ese primer cuarto de hora. Con Iborra de hombre escoba entre el medio campo y la defensa, N´Zonzi compartiendo la pelota con su compatriota Nasri, y Vitolo buscando las cosquillas por la izquierda, los blancos sentían la sensación de tenerlo todo atado y bien atado. Incluso mostró credenciales en un par de jugadas con sello de gol. En la primera, Vitolo y Escudero armaron una bonita combinación, que dejó plantado al canario delante del arquero Lopes, pero la rosca de Vitolo se oxidó y fue escupida por la cepa del palo. En la segunda, Vitolo se quedó de nuevo ante Lopes y éste le golpeó el pie izquierdo y lo derribó. Pero Ericksson, el árbitro, se hizo el sueco.

Esas dos jugadas, lejos de anestesiar al Lyon, despertó al equipo local. Lacazzette, esa cobra de color del ébano, remató de cabeza a un palmo de los tres palos del Sevilla y el cuero se estrelló en el larguero. A los de Sampaoli le crujieron los pestillos y comenzaron las dudas y las ausencias. Nasri, muy vigilado por Gonalons y Tolisso, desapareció en el último cuarto de hora, Vitolo se encontró sin su socio predilecto y N´Zonzi se aculó y buscó la compañía de Iborra.

El Sevilla sufrió lo indecible en esos minutos, sobre todo desde la zurda del Lyon, donde Valbuena, pequeño diablo sabelotodo, generó fútbol y peligro. Mariano, con la ayuda de Pablo Sarabia, olvidó sus habituales incursiones para ponerse la armadura de guerrero y amurallarse en su defensa. Pero Valbuena se las apañó para encontrarse posición para su látigo. Lo hizo en un par de ocasiones: en la primera, la bala se estrelló en el larguero; en la segunda buscó las nubes.

El Sevilla entró en el túnel y no encontró la puerta. Fueron los minutos más angustiosos. El Lyon, por fortuna, no supo descifrar la crisis temporal del Sevilla y el partido se fue al descanso.

Creció el Sevilla

La segunda mitad sirvió para que el Sevilla hiciese acopio de ideas y conceptos, apareció Nasri y N´Zonzi elevó su figura. Iborra les guardó las espaldas desde atrás, Vitolo se creció y Mariano aburrió a Valbuena.

El cuadro sevillista bordó un fútbol repleto de inteligencia, fútbol de toque, dejando que corriera el rival. Allí se irguió la figura de Nasri, lo fundamental que es el ex del City para las ideas de Sampaoli. Nadie como Nasri para esconder la pelota. Nadie como N´Zonzi para dictar leyes en el centro del campo. Por arriba y por abajo, el gigante sevillista olvidó a Gonalons y empequeñeció a cuanto rival se puso enfrente. Lacazzette, aburrido y enojado, buscó un imposible, filtrarse entre las piernas de los zagueros sevillistas, que no dejaron hueco. Y desde su atalaya, con la sangre de hielo, Sergio Rico para dejar a todos con un nudo de frustración en la boca.

El Sevilla ha dejado la portería a cero en Turín, Zagreb y en Lyon. El cuadro de Sampaoli se ha metido por méritos propios en los octavos de Champions. Ya no quiere el sexto título de campeón de la segunda liga europea. Ojo que mira directo a la cima de Europa.

Ficha técnica:

0 - Olympique de Lyon: Lopes; Morel, Yanga-Mbiwa, Diakhaby, Rafael; Tolisso (Grenier, min. 77), Gonalons, Darder (Cornet, min. 71); Valbuena, Lacazette, Ghezzal (Fekir, min 64).

0 - Sevilla: Sergio Rico; Mercado, Pareja, Rami; N'Zonzi, Iborra; Mariano, Sarabia (Ben Yedder, min. 64), Nasri (Vietto, min. 86), Escudero; Vitolo.

Arbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Mostró tarjetas amarillas a Sarabia (min. 31), Nasri (min. 35), Gonalons (min. 37), Yanga-Mbiwa (min. 53) y Mercado (min. 72).

Incidencias: Asistieron al estadio Parc Olympique Lyonnais 52.423 personas para presenciar el partido correspondiente a la sexta y última jornada del grupo H de la Liga de Campeones. Los dos equipos guardaron un minuto de silencio por la tragedia aréa que sufrió el equipo brasileño de fútbol del Chapecoense.

Que estén tranquilos los jefes de UEFA, porque el Sevilla no peleará por la Europa League. Ha decidido seguir en el torneo más prestigioso del continente, la Champions. El Lyon no pudo hincarle el diente a los blancos y eso que sus feroces seguidores (casi 60.000) empujaron lo suyo. Pero los de Sampaoli no se descompusieron y desarrollaron un fútbol inteligente, que terminó descoyuntando al cuadro francés. El Sevilla coronó una excelente fase de clasificación a octavos. No encajó un gol fuera de casa. Y a pelear con los grandes.

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