La versión más clásica del Atlético: aburrimiento y Griezmann hacia el liderato

Ha habido luto en el Atleti en estos días. Es innegable. Dolió perder el derbi y dolió más de la manera que pasó. Es por eso que al Atleti había que sacarlo de fiesta, que olvidase las penas con una buena copa y no hay mejor copa que la Champions League. Estaba de bajón, desmotivado y aún con la resaca de una experiencia traumática, pero poco a poco se fue desperezando y entrando de nuevo en el calor que da el fútbol, algo que no es fácil de conseguir en el gélido Calderón, que mantenía la compostura en pos del sentimiento del equipo hasta que perdió las formas extasiado por los goles y se acordó del comentario que hizo Koke al que firmó un ‘hat-trick’ el otro día y lo utilizó para crear un cántico. Si lo oye Tebas, entra de oficio.

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Pero esto no es LaLiga, sino la Copa de Europa. Y a la chita callando, el Atleti ya es primero de grupo con pleno de victorias, el único que lo ha conseguido en los ocho grupos. Quién le iba a decir al equipo de Simeone que ir a Múnich en la última jornada iba a ser poco más que un viaje de placer, allí podría jugar hasta Cerci, que aunque no se acuerden de él, tiene ficha en el Atlético y puede jugar. Claro que jugar en el Allianz tiene su aquel, no hacen falta motivos deportivos muy trascendentes para querer hacerlo lo mejor posible ante el Bayern, y porque ganar otro partido más aporta más dinero a la caja rojiblanca, que nunca está de más. Sin duda, si le dieran a elegir al Cholo, también habría firmado que el Bayern se la pegara de manera incomprensible en Rostov y poder, así, dar algo de descanso a jugadores muy sobrecargados.

Pocas rotaciones

Se está dando una cualidad que le ha afectado en los últimos años al Atleti de Simeone, y es que no se está rotando mucho a los jugadores. Alguno ha podido descansar, como es el caso de Savic, pero Oblak, Godín, Filipe, Gabi, Koke, Griezmann, Carrasco… estos siempre juegan. Y en el caso de Filipe, es el único que no tiene un sustituto natural en la plantilla y el sobreesfuerzo se nota. El brasileño se marchó con problemas físicos mediado el segundo tiempo y tuvo que jugar Juanfran, que descansaba por fin después de dos meses jugándolo todo. También acabó en el césped Saúl, que empezó en la banqueta permitiendo que Tiago se sienta otra vez jugador, porque el portugués cada vez aparece menos por las alineaciones del Cholo, que no agotó el tercer cambio.

Hubo un tiempo que se decía que el Atleti tenía ‘Tiagodependencia’. Qué cosas. En un equipo con Gabi, Koke y Saúl se decía que hacía falta Tiago para que todo mantuviera el equilibrio y el estilo se mostrase invariable. Diego Simeone encontró a un Tiago argentino que se parecía en todo menos en el físico y llegó con él a una final de la Champions. Y con la lesión de Augusto, Tiago volvió y cayó en el olvido. No tenía forma física, pero era complicada cogerla sin jugar. Estuvo en el campo, y quizá por eso y quizá porque el debate del juego se tornó hacia el pasado, el Atleti volvió a ser ese equipo ramplón y con poca sangre y apetito que, al final, de una manera o de otra, acababa llevándose los puntos. Tal cual sucedió con el PSV, y con el ‘5’ como protagonista directo en un momento dado.

El gol de la tranquilidad

Ese instante fue el segundo gol, el de la tranquilidad que ya había llegado cuando Gameiro marcó, pero que confirmó que no habría mayores problemas de ninguna manera. El PSV, siempre abierto y voluntarioso en ataque, dejó numerosos pasillos interiores que los centrocampistas del Atleti intentaron aprovechar constantemente, pero que solo lo consiguieron en el segundo tiempo. En uno de esos apareció Tiago, que es firme, duro cuando debe serlo y rápido en el corte, pero también inteligentísimo en la entrega. Griezmann le tiró el desmarque y se la sirvió justo en el lugar que dejaba en ventaja al francés. Disparo raso al palo corto y gol.

A ninguno del Atleti le venía tan bien ese gol como al propio Griezmann. Muchos aficionados al fútbol e hinchas rojiblancos se preguntaban qué le pasa a Antoine, que ya no parece el mismo, que apenas participa, que no marca, que no muerde… No fue su mejor partido, porque es cierto que está algo peor que al inicio de la temporada y mucho menos decisivo que el año pasado, pero ese gol significa que sigue ahí. Y ya estaba ahí antes cuando le puso el balón a Gameiro para abrir el marcador. Griezmann siempre está, incluso para ser el último defensa a la carrera con Pereiro en un contragolpe en la única verdadera oportunidad del PSV.

Opinión

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Al final, con el 2-0, el Atleti se soltó y pudo generar más goles, porque cuando se pone a jugar no hay muchos equipos que muevan la pelota como estos colchoneros, pero la primera parte volvió a ser como masticar piedra. Una vez más, el Atleti fue experto en generar partidos en los que no pase absolutamente nada. "No hay solo un camino. Se puede ganar de diferentes maneras y cualquiera que se elija y se ejecute con acierto es la mejor. Durante una temporada, estas situaciones aparecen, no me sorprenden ni las críticas ni los cambios de juego del equipo, el estado de los jugadores va variando. Nos van a valorar por lo que hagamos a final de temporada. En el camino un día nos van a elogiar, otro nos van a criticar, es normal y vamos a convivir con ello", dijo el Cholo después del partido.

Puede que esa forma de jugar, la de siempre, sea la manera de ganar de este equipo, porque es verdad que en todo momento controló el partido, Oblak estaba helado entre sus palos y en cualquier momento iba a marcar. Que no pase nada hasta llegar al gol, que llegará.

Ficha técnica