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El Madrid también golea sin centro del campo
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goles de Bale, Morata, Lucas, Asensio y en propia

El Madrid también golea sin centro del campo

Ganó al Legia dejando el depósito todavía con combustible y dando minutos de calidad a jugadores secundarios, como Asensio, Lucas y Morata, que perforaron la portería polaca

Foto: Marcelo celebra el tanto que él provocó. (Reuters)
Marcelo celebra el tanto que él provocó. (Reuters)

El Madrid ganó al Legia, vamos, lo normal. Mucho deben cambiar las cosas para que el campeón polaco saque algún punto de los nueve que le restan por disputar en esta primera fase de la Champions League, por lo que la victoria iba a ser blanca a poco que salieran las cosas más o menos bien. Pocos días, de hecho, se encontrará Zidane durante la temporada que le permitan probar detalles y ver su funcionamiento bajo la presión de la competición. Esta vez, el entrenador quiso jugar sin centrocampistas y le salió de rechupete. Goleó sin gastar muchos litros de gasolina, dejando el depósito todavía con combustible y dando minutos de calidad a jugadores secundarios pero también importantes. El rival invitaba a ello.

Foto: Los aficionados del Legia de Varsovia llegaron al Santiago Bernabéu fuertemente escoltados. (EFE)

No es que el Legia sea una banda, pero es el equipo más flojo del grupo con muchísima diferencia. Esa distancia deportiva que existe entre los polacos y Dortmund y Sporting se evidencia más si cabe en el Bernabéu. Al contrario que sus salvajes ultras, los jugadores dirigidos por Jacek Magiera son voluntariosos, cómo no serlo si juegan por primera vez en Champions, pero esa inexperiencia se les nota demasiado en materia defensiva, sobre todo. El Madrid generó 30 ocasiones de gol, varias de ellas originadas por errores de los zagueros polacos, demasiado blandos ante lo que se les venía encima.

Pero lo que no esperaban ni los propios polacos era tener un número alto de oportunidades de marcar en el Bernabéu. Odjidja remató al palo en la segunda aproximación peligrosa, y en la tercera, Danilo derribó claramente a Radovic dentro del área, y el propio delantero bosnio marcó el penalti. En 22 minutos, el Legia había provocado la misma sensación amenazante en el área de Keylor que los blancos en la de Malarz. Y eso habla bien de la iniciativa del Legia, que cuando podía se lanzaba hacia el ataque, pero también habla muy mal de la carente organización defensiva del Madrid.

Si Zidane quería jugar sin centrocampistas, debía haber previsto que el Madrid iba a sufrir en las transiciones defensivas y que debía protegerse cuando el rival recuperase la pelota y se lanzase contra ellos. Dispuso a Kroos como pivote único y a dos mediapuntas claros como Asensio y James (Isco pasó de hacer un doblete en Sevilla a no jugar) como interiores con mucho vuelo, pero sin ninguna virtud defensiva que resulte relevante. Cada recuperación de balón polaca suponía pillar al Madrid con la falda levantada. Kroos, además, carece de un gran giro sobre sí mismo para correr hacia su campo y, por tanto, la defensa de cuatro quedaba totalmente desguarnecida de medios que pudieran tapar agujeros. El Madrid goleó 5-1, sí, pero cualquier ocasión del Legia pudo hacer que el triunfo se hubiera sufrido muchísimo más.

Esa elección de jugadores ofensivos de la zaga hacia delante debía generar una superioridad que solo se plasmó a tramos. Con Kroos muy pendiente, por obligación posicional, de estar atento a las posibles pérdidas propias para volver sobre sus pasos, el balón no fluía hacia los interiores limpiamente. Una defensa como la del Legia, creada por acumulación y no por organización, se sostuvo a duras penas, sin embargo, por la acumulación de talento en la parte izquierda del Real Madrid. Marcelo y Asensio generaban el juego por su costado, mientras que Bale debía generarse por su cuenta sus jugadas, como la que abría el marcador, ya que James apenas conseguía aparecer con libertad en su zona de influencia.

Benzema, con sus movimientos alejándose de la posición de '9', liberaba el espacio para Cristiano y se unía a la creación de sus compañeros del lado zurdo, una de sus mayores virtudes por sus características más propias de un '10' que de un delantero centro. Así gestionó el gol que intentó Marcelo, pero que solo consiguió gracias a la colaboración involuntaria de Jodłowiec.

Cristiano ya no sabe dónde juega. Antes era extremo izquierdo, luego fue delantero centro y ahora está en el campo, en algún lugar indeterminado entre esas dos posiciones que no le hace destacar de ninguna manera. Resulta molesto para la continuación de una jugada de ataque o de un contragolpe, y lo más grave es que esto sucede mucho más a menudo de las veces que aporta positivamente al juego. Se tropieza, recibe el balón con el tacón y se le queda atrás, trata de regatear y no puede, dispara sin pensar y al bulto, salta a destiempo en los centros laterales... Pero da dos asistencias de gol excelentes. Eso es ahora mismo Cristiano Ronaldo, un producto excepcional en todos los sentidos que por su soberbio rendimiento pasado ha obligado al madridismo a juzgarle como a un dios cuando ya es un mortal.

Una de las asistencias de Cristiano fue a Asensio, que definió su cuarto gol de la temporada (máximo goleador junto a Cristiano) con la templanza del maestro que ha perfeccionado su estilo y talla esculturas con finura inalterable. La otra fue para Álvaro Morata, que entró por Gareth Bale. Desde el momento en que pisó el césped se le notaba taciturno y melancólico. Han pasado ya cuatro meses desde que volvió al Madrid, pero todavía no está a gusto. No se le ve sonreír, ni siquiera cuando marca. Le alegraron más la gran jugada y el excelente centro que le puso a Lucas Vázquez para poner el 4-1, pero rápidamente se le borró la alegría del rostro para volver a estar ceñudo. Pues ya lleva dos tantos en Champions.

Ficha técnica

5 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Pepe, Varane, Marcelo; Kroos, Asensio (Kovacic, m.79), James (Lucas Vázquez, m.64); Bale (Morata, m.64), Cristiano Ronaldo y Benzema.

1 - Legia: Malarz; Bartosz Bereszynski, Czerwinski, Rzezniczak, Adam Hlousek; Jodlowiec, Thibault Moulin (Kopczynski, m.81), Guilherme (Qazaishvili, m.74), Odjidja-Ofoe, Kucharczyk; y Radovic (Nikolics, m.74).

Goles: 1-0, m.16: Bale. 2-0, m.20: Marcelo. 2-1, m.22: Radovic. 3-1, m.37: Marco Asensio. 4-1, m.68: Lucas Vázquez. 5-1, m.84: Morata.

Árbitro: Ruddy Buquet (FRA). Amonestó a Cristiano Ronaldo por el Real Madrid; y a Moulin y Radovic por el Legia.

Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada del Grupo F, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 79.000 espectadores, 4.000 de ellos seguidores del Legia, muchos de ellos ultras que generaron incidentes en los aledaños del estadio dejando varios policías heridos.

El Madrid ganó al Legia, vamos, lo normal. Mucho deben cambiar las cosas para que el campeón polaco saque algún punto de los nueve que le restan por disputar en esta primera fase de la Champions League, por lo que la victoria iba a ser blanca a poco que salieran las cosas más o menos bien. Pocos días, de hecho, se encontrará Zidane durante la temporada que le permitan probar detalles y ver su funcionamiento bajo la presión de la competición. Esta vez, el entrenador quiso jugar sin centrocampistas y le salió de rechupete. Goleó sin gastar muchos litros de gasolina, dejando el depósito todavía con combustible y dando minutos de calidad a jugadores secundarios pero también importantes. El rival invitaba a ello.

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