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El resbalón del City hace la victoria del Barça en Alemania un poco más feliz
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los azulgrana se imponen al gladbach (1-2)

El resbalón del City hace la victoria del Barça en Alemania un poco más feliz

Los de Luis Enrique empezaron perdiendo, pero tuvieron la calma para remontar. No hubo brillo, pero sí oficio. El Celtic puso en problemas a los ingleses, a quienes el tropiezo les obliga a ganar al Barça

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Al Barcelona han empezado a valerle los empates contra el City y eso, más que cualquier otra cosa, fue la gran noticia para los de Luis Enrique. Se daba por hecho que ambos equipos iban a llegar al doble duelo de Champions que les enfrentará las próximas semanas con seis puntos, dispuestos a jugarse la primera plaza en un duelo que, aun tempranero, se antojaba memorable, pero ya no será así. Los de Guardiola no fueron capaces de ganar al Celtic de Glasgow, el equipo que la pasada semana encajó siete goles del Barcelona. Los de Luis Enrique, por su parte, cumplieron en Monchengladbach.

Foto: Ter Stegen, en el momento de detener el penalti en el partido ante el Celtic en el Camp Nou. (REUTERS)

El Barça sacó la noche adelante, aunque en fases del partido dudó de su capacidad. No era capaz de controlar su encuentro, que se emborronaba en un sinfín de jugadores a medias y deshilachado en los conceptos. Son favoritos a todo, pero en este mes la magia ha tomado vacaciones. Sus rivales, los del Borussia Mönchengladbach, tenían más fe y coraje que sentido. Atacaban bien, con clase y mucha velocidad, pero en defensa mostraban carencias que el Barça, no sin problemas, terminó detectando.

Los alemanes empezaron ganando su partido, eso sí. Un gol de Thorgen Hazard, el hermano de la estrella del Chelsea, sorprendió a la defensa con la mejor receta que se saben los alemanes: velocidad. No quedaba mucho para el descanso y las cosas se ponían cuesta arriba. El Barça, de todos modos, es un equipo paciente, sabedor de que su oportunidad aparecerá antes o después y ellos estarán ahí para aprovecharla. En este caso, los autores fueron Arda, con un disparo potentísimo a pocos metros del portero, y Piqué, que se aprovechó de un error de Sommer, incapaz de atrapar un balón que debería de haber sido fácil.

Mientras aquello ocurría en Alemania, el City se encontraba con un reto que no estaba previsto. En el Celtic Park, uno de esos templos europeos, se vieron por primera vez las costuras del equipo de Guardiola. Es tremendo lo conseguido por el técnico de Sampedor en unos pocos meses, dotar de personalidad a un club que no la tenía, pero el gran entrenador no es la Virgen de Lourdes. Los milagros para la iglesia. El equipo tiene fragilidades, cuestiones a profundizar que suponen tres goles de un equipo como el Celtic, que debería ser obligatoriamente peor que los ingleses.

Demostró, eso sí, buenas dosis de voluntad. Se puso por detrás tres veces y en todas ellas se curó las heridas y encontró el gol. Tres puñetazos escoceses siempre devueltos por el City. La calidad no le falta al equipo, que lo intentó en todo momento y bien pudo en el final llevarse la victoria, pero el resultado es un mal augurio para sus intereses, vuelven a las andadas en Europa, un lugar en el que se ha demostrado que hay que ganar a los que son inferiores y soñar con poder hacerlo también con los que son iguales y superiores.

placeholder Guardiola habla con Sterling.
Guardiola habla con Sterling.

Alcácer no está a la altura

De eso el Barcelona lo sabe todo. Contra el Gladbach tomaron el mono obrero y trabajaron hasta lograrlo. No fue un partido bonito, más bien todo lo contrario, con dosis exageradas de centrocampismo y dos equipos que no miraban a la portería. El Barcelona nota la lesión de Messi, quién no lo haría, y más en los días en los que ni Suárez ni Neymar brillan. Les acompañó, como recambio del argentino, Paco Alcácer. Le quedan grandes las botas que tiene que llenar, ser delantero del Barça requiere bastante más de lo demostrado por el valenciano en sus primeros partidos como azulgrana. Puede ser una fase, los delanteros las tienen, una cuestión de periodo de adaptación. También hay la posibilidad de que sea cosa del talento, que simplemente no le dé para un equipo de esa exigencia, que no sería el primer caso. Él es quien tiene que batallar contra esa sensación, el tiempo corre en su contra.

Para la posición de Alcácer, el Barcelona se planteó durante mucho tiempo la opción de Nolito. Iba a ser más barato que el valenciano, pero la indecisión y un poco de racanería le terminaron enviando al Manchester City. Es otro de los que la semana que viene tendrán cuentas pendientes con los de Luis Enrique. De momento, y como aviso, recuerda a los presentes que no se pueden olvidar de él porque gol tiene. El suyo fue el tercero de los 'citizens'.

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Guardiola, el arquitecto de todo esto, se encontrará a sus exjugadores dentro de 15 días en su estadio. Llegará con urgencias, porque en el fútbol siempre existen. Con cuatro puntos tiene muchas opciones de meterse en octavos, pero no es ese el único objetivo. Hay una diferencia radical entre ser primero o segundo, la cuestión de que en la siguiente fase te toque un coco o algo más digerible. Ahora mismo, y por como se han puesto las cosas, al Barcelona le pueden valer dos empates. Porque eso significaría haber pasado ese puente y tener que rematar la faena recibiendo al Gladbach y visitando Celtic Park. El City necesita la victoria, y no hay ninguna duda de que lo intentarán.

En realidad, eso no es nada nuevo, pues nadie recuerda a un equipo de Guardiola renunciando a atacar, a buscar los goles. Necesidad mediante o sin ella. Es la doctrina que enseñó al Barcelona y que, paulatinamente, se ha ido olvidando en la ciudad condal. Ahora mismo, el Barça sigue siendo un equipo tremendo, ganador y temible. Pero ya no es una ideología. Con el tiempo, las tornas han cambiado, se ha perdido esa manera casi altiva de jugar y entender el juego. Ya no es el tiki taka, es otra cosa. El equipo se sostiene en el acierto de los delanteros, no en la claridad de los medios.

Ese nuevo Barça, diferente, será el acertijo que tiene que adivinar Guardiola. El maestro sigue teniendo referencias en las que fijarse. Ahí está Busquets, el que da equilibrio, e Iniesta, que nunca falla un pase. Pero hoy son menos estrellas de lo que fueron. Les han dejado los galones a otros que juegan más adelante. No solo Messi, él siempre estuvo allí como el dinosaurio de Monterroso, los nuevos son sus compañeros y, sobre todo, la preeminencia que tienen estos sobre el concepto general del equipo genera una nueva realidad que el de Sampedor no ha conocido aún.

La Champions League es la competición, de principio a fin. Quedan dos semanas de partidos de selección, de esos que pocos saben de su importancia. Un preámbulo largo para lo que está por venir, la vuelta de Guardiola, de Nolito, de Beguiristain... de ese Barça bis que se enfrentará al otro Barça que ya no es el suyo. Las armas están en alto, las expectativas por las nubes y solo el resbalón del City en Glasgow pone dudas sobre el futuro. A Luis Enrique, ya se sabe, ahora le valen los empates.

Ficha técnica

1 - Borussia Mönchengladbach: Sommer; Korb, Elvedi, Christensen, Wendt; Kramer, Dahoud; Traoré, Stindl (Hahn, min.83), Thorgan Hazard (Herrmann, min.80); y Raffael (Fabian Johnson, min. 48).

2 - FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Mascherano, Piqué, Alba; Busquets, Rakitic (Arda Turan, min.60), Iniesta; Alcácer (Rafinha, min. 54), Neymar y Suárez.

Goles: 1-0, min. 34: Thorgan Hazard. 1-1, min. 65: Arda Turan. 1-2, min.74: Piqué.

Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Mostró cartulina amarilla a Mascherano (min.63), Piqué (min.70) y a Neymar (min.90+1).

Incidencias: asistieron al encuentro 46.283 espectadores en partido de la segunda jornada de la primera fase de la Liga de Campeones, grupo C, disputado en el Borussia Park.

Al Barcelona han empezado a valerle los empates contra el City y eso, más que cualquier otra cosa, fue la gran noticia para los de Luis Enrique. Se daba por hecho que ambos equipos iban a llegar al doble duelo de Champions que les enfrentará las próximas semanas con seis puntos, dispuestos a jugarse la primera plaza en un duelo que, aun tempranero, se antojaba memorable, pero ya no será así. Los de Guardiola no fueron capaces de ganar al Celtic de Glasgow, el equipo que la pasada semana encajó siete goles del Barcelona. Los de Luis Enrique, por su parte, cumplieron en Monchengladbach.

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