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El Madrid y la heroica van siempre de la mano
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remonta en seis minutos el 0-1 del sporting

El Madrid y la heroica van siempre de la mano

El campeón de Europa empezó a defender esa condición con uno de los peores partidos de la era Zidane, pero remontaron cuando el Madrid agonizaba con dos golazos de Cristiano y Morata

Foto: Morata se abraza a James, la conexión del gol del triunfo. (Susana Vera/Reuters)
Morata se abraza a James, la conexión del gol del triunfo. (Susana Vera/Reuters)

Al final va a resultar que en la sabiduría popular reside una verdad muy real que poca gente aprecia. Dicen que el campeón tiene suerte, que el Madrid y la heroica van de la mano de toda la vida, que 'novanta minuto en el Bernabéu son molto longui'. Estaba el mundo agarrándose los machos porque estaban viendo al equipo que ganó en mayo su undécima Copa de Europa perdiendo en casa contra un conjunto sensiblemente inferior, y hubo un momento en que la esperanza se difuminó del pensamiento de los presentes y de los alejados, desengañados por lo que se tuvieron que tragar durante los 88 minutos anteriores. En realidad, estaban engañándose en ese momento, porque si un equipo puede darle la vuelta a un 0-1 es el Madrid en el Bernabéu.

Foto: La foto oficial del Real Madrid. (Realmadrid.com)

No hay una razón materialista que lo explique, simplemente sucede, como el Big Bang. Claro que no es una constante, no siempre que el contrario alcanza los últimos instantes del partido con un gol de ventaja se va a casa con cara de tonto por haber acabado perdiendo después de hacer un partidazo. A veces, el Madrid pierde en esas condiciones, no es infalible el método, pero sí recurrente. En este caso, fue así. El Sporting, como dijo Jorge Jesús, no fue lo suficientemente inteligente y experimentado para mantener en los últimos cinco minutos la ventaja que gestó en los anteriores 88, y un canterano, como le gusta al Bernabéu, se llevó los laureles.

Se ha hablado tantas veces ya de la flor del Madrid que va a resultar al final que no tiene flor, sino un jardín. Se dijo en su día que Del Bosque tenía una enorme flor por ganar tanto sin que su influencia desde el banquillo se apreciase nítidamente en el juego del Madrid de principios de siglo. Se repitió la historia con el doblete de Ancelotti, ya que el italiano consiguió que el vestuario se llevara bien y poco más. Y ahora hay quien dice que Zidane aún no es un entrenador de nivel para el Madrid. Los tres últimos entrenadores que han ganado la Copa de Europa con el Madrid les mandan recuerdos.

¿Tuvo suerte Zidane al ganar al Sporting en la prolongación? Puede que sí, pero todo en esta vida, al fin y al cabo, tiene una explicación razonable. El Madrid jugó muy mal en la primera parte, completando los peores 45 minutos con el marsellés en el banquillo. Zidane apostó por jugar con el once que se intuye como titular habitual próximamente, que es prácticamente idéntico al que ganó en aquella calurosa tarde de primavera en el barrio de San Siro. Varane y Casilla son las únicas variaciones. El técnico recuperó su equipo base por primera vez, y se cargó, entre otros, al que parecía su niño mimado, Asensio. Es demasiado pronto. Cristiano y Benzema están muy lejos de su nivel y a Bale, el mejor entre el despropósito, le dolió la cadera desde el minuto 40 por un golpe. Así que Zidane refrescó al equipo y sus decisiones, aun lógicas, resultaron acertadas.

Lucas fue el que menos influyó de manera directa, pero su inclusión en el campo obligó al Sporting a ir echándose atrás porque sabía que tenía un cuchillo afilado en su costado izquierdo. Unos pasos más atrás, el Sporting era carne de jugadas por banda y centros peligrosos, disciplina en la que destaca sobre la media el canterano. Esos centros deben ser rematados por un excelente cabeceador, y Morata es de los grandes. Pero pocos tienen la pierna izquierda que posee James Rodríguez. Que estaba más fuera que dentro del Madrid es una realidad, pero que pocos en el mundo pueden poner esa rosca al interior del área en el minuto 94 también es verdad.

Morata volvió para noches como la de este miércoles. Jugar en el Madrid y triunfar vestido de blanco es su sueño desde hace muchísimo tiempo, y una vez se ha consolidado como potencial estrella mundial, Morata tiene las oportunidades que cuando era solo una promesa de la cantera no le concedían. Él habría preferido empezar el partido y ser decisivo mucho antes, como titular, pero con goles como este, más que determinante para el transcurso del grupo, hará que a Zidane le tiemble menos la mano si algún día decide prescindir de Benzema en favor de Álvaro, más cuando la dolencia del francés es mucho más seria de lo que parece.

Jorge Jesús quiso jugar al fútbol en el Bernabéu. El Benfica que fue subcampeón de Europa bajo su mando era un excelente equipo que, además de ser ultracompetitivo, sabía jugar. Con menos recursos, ha gestado una idea similar en el enemigo ciudadano. Dicen los expertos que la disposición táctica no son más que números si la misma no tiene un fin determinado. El 1-4-4-2 era ortodoxo, lo que no lo fue era la basculación, la ocupación de espacios en torno al poseedor del balón para cerrar líneas de pase, dando igual la altura del campo a la que se encontrase la pelota. Esta funcionalidad hizo que Casemiro no pudiera multiplicarse, que Modric y Kroos parecieran alevines. Que Ramos se quedara inmóvil en el gol.

Esa posición de los jugadores se mantenía una vez con el balón para que el que la tuviera siempre encontrase a un jugador liberado para atacar la puerta contraria. Todo empezaba en la pareja Carvalho-Silva en el medio y avanzaba hasta Dost y Ruiz. Fue más incisivo Martins en la derecha, pero acabó marcando Bruno, el de la izquierda. Fue tras un rebote en una jugada embarrada, pero pudo llegar en muchas otras oportunidades.

Y esa idea de juego acabó cayendo en el Bernabéu. Esa fantástica manera de encarar al campeón de Europa se vino abajo en buena medida porque Cristiano Ronaldo hizo lo que casi nunca hace, que es clavar una falta en la escuadra. Entró justo por debajo de la cruceta y aun así, Rui Patrício tocó el balón. Le pegó diferente a como suele encarar el balón. No buscó la potencia, sino la colocación y de esta manera acertó. Tantas ganas tenía de marcar que por un segundo se olvidó de que era su Sporting el que había recibido ese tanto. Inmediatamente reaccionó y pidió perdón a su gente. Después, ni siquiera fue a abrazar a Morata, sino que con tristeza se marchó al centro del campo para permitir a su rival del alma sacar de centro. Contrastaba con los gritos de Morata y de la grada, pero cuadraba con la calma de Zidane, el único que no saltó del banquillo. Luego dijo que estaba contento, pero sabe perfectamente que no jugaron bien y hay que mejorar, que así no se revalida la Copa de Europa.

Ficha técnica

2 - Real Madrid: Casilla; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos (James, m.77), Modric; Bale (Lucas Vázquez, m.67), Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m.67).

1 - Sporting: Rui Patrício; Joao Pereira, Coates, Rúben Semedo, Zeegelaar; Martins (Markoivc, m.70), William Carvalho, Adrien Silva (Elías, m.73), Bruno César; Bryan Ruiz (Campbell, m.90) y Bas Dost.

Goles: 0-1, m.47: Bruno César. 1-1, m.89: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.93: Morata.

Árbitro: Paolo Tagliavento (ITA). Amonestó a Kroos (74) por el Real Madrid; y a Adrien Silva (38), William Carvalho (56) y Zeegelaar (65) por el Sporting. Expulsó al técnico del Sporting Jorge Jesús.

Incidencias: encuentro de la primera jornada de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 77.000 espectadores.

Al final va a resultar que en la sabiduría popular reside una verdad muy real que poca gente aprecia. Dicen que el campeón tiene suerte, que el Madrid y la heroica van de la mano de toda la vida, que 'novanta minuto en el Bernabéu son molto longui'. Estaba el mundo agarrándose los machos porque estaban viendo al equipo que ganó en mayo su undécima Copa de Europa perdiendo en casa contra un conjunto sensiblemente inferior, y hubo un momento en que la esperanza se difuminó del pensamiento de los presentes y de los alejados, desengañados por lo que se tuvieron que tragar durante los 88 minutos anteriores. En realidad, estaban engañándose en ese momento, porque si un equipo puede darle la vuelta a un 0-1 es el Madrid en el Bernabéu.

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