Pep Guardiola, séptima semifinal en siete años y el morbo de cruzarse con 'su' City

Guardiola no está teniendo una Champions sin tensiones, ha sufrido más de lo debido, pero ya está en el territorio del que nunca parece salir: las semifinales. El técnico del Bayern ha entrenado en la élite siete temporadas, cuatro en el Barça y las tres que lleva en el Bayern, y en todas ellas llegó, al menos, a la penúltima ronda de la gran competición europea. Es improbable que cuando Laporta decidió ponerle de técnico, sacándole del filial que solo estaba en Tercera, supusiese lo que iba a ocurrir después. Mourinho y Florentino han dicho en ocasiones que llegar a esta ronda es lo que marca el éxito o el fracaso en Europa. Piensan que lo que pasa en los últimos tres partidos tiene más que ver con el detalle que con la esencia. Y si es así, Guardiola es la vara de medir de la excelencia.

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El Bayern está en semifinales, como lo estuvo los dos últimos años. Siempre perdió contra el que al final del camino se proclamaría campeón, en ambas ocasiones equipos españoles, el Madrid primero, el Barcelona después. Esta es su última oportunidad de reinar en Europa con el Bayern, pues la próxima temporada dirigirá al Manchester City. Un nuevo cambio de aires de un entrenador que no quiere ser acomodaticio.

Pudo marcar más

El equipo de Guardiola empató contra el Benfica y ni siquiera el susto inicial les hizo perder la compostura. El Benfica, que había logrado llegar a su campo con solo un 1-0 en contra, marcó pronto gracias a Raúl Jiménez. Manuel Neuer, del que algunos dicen que es el mejor portero del mundo, demostró una vez más que no lo es. Porque sí, juega con los pies y hace cosas buenas, pero no es tan infrecuente verle cortocircuitado. Raúl Jiménez aprovechó una salida incomprensible para dar a su equipo unas (falsas) esperanzas.

Eso fue todo para el Benfica. Por más que Guardiola, el hombre de las semifinales, se haya pasado las últimas semanas elogiando al rival -marca de la casa- la realidad muestra que no es equipo para tanto Bayern. Y mucho menos para llegar a la orilla de la final de Champions, la zona noble de Europa, territorio de una élite a la que no pertenece. Los lusos son voluntariosos, tienen cierta gracia y un equipo para estar en Champions sin alarmar a nadie. Pero contra los grandes son caza menor.

El Bayern fue superior, incluso con Lewandoski en el banquillo. Se puede permitir Guardiola dejarse en la recámara a uno de los mejores delanteros del mundo, porque en realidad no hay casi fallos en una plantilla larga y poderosa. El equipo de Pep controló el balón y fue metiendo, poco a poco, al Benfica en su área. Primero marcó Vidal, después Mueller. La superioridad era notoria.Y un perfecto libre directo ejecutado por Talisca que terminó en gol no iba a cambiar la imagen. El partido terminó empatado a dos, pero los alemanes hubiesen conseguido cualquier resultado que hubiese necesitado. No está siendo todo tan plácido como esperaban, sufrieron mucho contra la Juventus para estar en cuartos y contra el Benfica, aún siendo superiores, no se han exhibido. Pero da igual, el punto en el que están es el deseado.

Ganarla, el último objetivo

Guardiola está en un lugar conocido, pero luchará por llegar donde no ha estado nunca con el Bayern. Y el resultado es cosa importante. Su carrera en Alemania terminará con tres campeonatos de liga, también con la sensación de haber ayudado a actualizar y mejorar la filosofía de uno de los grandes de Europa, pero si se va sin la 'orejona' siempre tendrá la sensación de haberse dejado algo en el tintero. Y muchos alemanes, que tienen sus cosas, no se lo terminarán de perdonar. Le tienen ganas desde hace tiempo, pero son pocas las rendijas que Pep deja abiertas para criticarle.

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El Bayern se encontrará en semifijnales con algunos de sus viejos conocidos. Guardiola tiene un pasado largo contra el Madrid, que ha ejercido de su enemigo durante largos años. Y el Atlético, contra quien también ha jugado incontables veces, supone un choque de culturas: el Cholismo y el Guardiolismo, el estibador y la bailarina. Y, por supuesto, el Manchester City. Es difícil concebir una eliminatoria posible con más morbo que esa. Lo ingleses contra los alemanes, Pep contra su futuro equipo, contra su antigo rival Pellegrini... todos los alicientes posibles encajados en 180 minutos.

​La Champions, la competición donde más fútbol se ve, donde las emociones llegan al cénit. Y los sospechosos habituales: el Bayern, el Madrid, que lleva seis seguidas, Guardiola y, últimamente, también el Atlético de Madrid. Queda mucho por ver el rey de Europa y solo se sabe una cosa: una vez más el campeón no repitirá. El viernes a las 11.30 h. será el sorteo.

Ficha técnica