La Juventus en 13 minutos pone en seria duda la candidatura del Bayern
La Juve pasó de estar muerta a viajar a Múnich con la creencia de que puede estar en cuartos. El Bayern, en cambio, sufrió una congoja impropia y le surgirán serias dudas
No es fácil vivir en un mismo partido de ida de una eliminatoria cómo un equipo está prácticamente clasificado para la siguiente ronda y, al rato, unos veinte minutos después, el otro equipo empata el encuentro y deja el pase absolutamente abierto. Exactamente eso sucedió en el Juventus-Bayern. Decían los que saben que era el cruce más igualado de todos los que se habían producido en octavos de Champions, y durante 63 minutos, ninguno de los que dijo eso tuvo razón. Pero al final va a resultar que lo que hizo la Juve la temporada pasada no va a ser una simple casualidad, que tiene algo, una 'grinta', que dirían por allí, que le hace ser un grande de Europa y demostrarlo contra uno de los mejores conjuntos del continente.
A pesar de que el choque de campeones de sus respectivas ligas era teóricamente muy igualado, cualquiera al que le preguntases te iba a decir que sería una sorpresa que el Bayern no estuviese en cuartos. Entonces, ¿por qué estaba tan igualada? Porque la Juve es tetracampeona de Italia y subcampeona de Europa, y algo tenía que tener para eso. La superioridad de plantilla bávara es tan grande, que ni siquiera tener de baja a todos los centrales con ficha les restaba favoritismo.
Porque Guardiola, ante un problema, se inventa una solución, como MacGyver. Lo que no se esperaba ni él ni nadie es que esa creación novedosa que diseñó, que es poner a Joshua Kimmich, un centrocampista, como central, le iba a explotar en las manos. Es profundamente injusto menospreciar el partido del joven alemán en Turín por esos dos errores que le costaron al Bayern dos goles, pero de esto va este deporte. Tiene 21 años, se ha estrenado este año en un grande de los grandes y ha jugado contra un fantástico equipo en una posición que no es la suya y, salvo en dos acciones muy puntuales, realizó una demostración soberbia. Pero los detalles fueron los que salvaron a la Juve.
El Bayern barrió con un 2-4-4
Ese pequeño regalo involuntario que le sirvió Kimmich a Mandzukic para que éste le diese su primer buen pase a Dybala frenó una hora de juego en la que el Bayern prácticamente lo bordó. Decir que a Guardiola le faltan centrales es, en cierto modo, no decir la verdad, o al menos, esconder parte de ella. A Guardiola no le hacen falta centrales para jugar a lo que juega. Por eso su juego en el Bayern requiere de una posesión ingente de pelota, desde la que ataca y desde la que se defiende siempre. Con un 79% de posesión como llegó a tener en Turín, el Bayern puede permitirse jugar con un 2-4-4 marcadísimo, lo cual le permite no sólo generar superioridades, sino también recuperar el balón rápidamente.
Durante 63 minutos, el Bayern no dejó respirar a la Juve más que un par de carreras de Dybala (un chico que, por cierto, hace año y pico jugaba en la Serie B con el Palermo y hoy es ya uno de los mejores jóvenes del planeta). Pep dejó a Alonso en el banco y juntó a Thiago y Vidal, dos percutidores constantes, para romper a la Juve y hacer sufrir y mucho a sus interiores, sobre todo a Khedira y Marchisio, sobradamente superados. Ganado el centro, la batalla estaba en las bandas, donde vimos duelos intensos y preciosos entre Lichtsteiner y Costa, y entre Evra y Robben, generalmente ganados por los jugadores del Bayern.
Entre los dos se gestó el primero del Bayern, finiquitado por Müller, y el holandés hizo un gol 'a la Robben', esto es, una suerte de eslalón de derecha a izquierda buscando el ángulo a base de amagos, hasta que lo encuentra y saca la rosca. Siempre sabes lo que Robben te va a hacer, pero siempre te lo hace, es imparable cuando arranca así, a su estilo, inconfundible.
Hasta el fallo de Kimmich, la Juve no inquietó. Todo surgió entonces. Hasta tuvieron sentido los cambios descabellados de Allegri. Hernanes, suplente habitual, cogió el timón como '5' y empezó a repartir juego; Morata entró por un Dybala espabilado y sin hacer demasiado, generó el gol de Sturaro, que sentó a Khedira, con fantástico centro mejor rematado por el italiano, que superó la marca de Kimmich, claro. Es lo que tiene no ser central puro, que un interior de corte defensivo te gana el duelo por un centro raso. Así la Juve dio vida a la mejor eliminatoria del torneo hasta el momento. Pasó de estar muerta a viajar a Múnich con la creencia de que puede estar en cuartos. El Bayern, en cambio, sufrió una congoja impropia de su alcurnia y dentro de tres semanas le surgirán dudas... pero estarán de vuelta el mejor Ribéry, el mejor Benatia, y Javi Martínez.
Ficha del partido:
2 - Juventus: Buffon; Lichtsteiner, Barzagli, Bonucci, Evra; Khedira (Sturaro, m. 69), Marchisio (Hernanes, m. 46), Cuadrado, Pogba, Mandzukic y Dybala (Morata, m. 75).
2 - Bayern Múnich: Neuer; Lahm, Kimmich, Alaba, Bernat (Benatia, m. 74); Vidal, Alcantara, Muller, Robben, Costa (Ribery, m. 84); y Lewandowski.
Goles: 0-1, m.43: Muller. 0-2, m.55: Robben. 1-2, m.63: Dybala. 2-2, m.76: Sturaro.
Árbitro: Martin Atkinson (ING). Mostró cartulina amarilla a Douglas Costa (m. 20), Robert Lewandowski (m. 70), Álvaro Morata (m. 79) y Arturo Vidal (m. 89).
Incidencias: partido de la ida de los octavos de final de Liga Campeones jugado en elJuventusStadium, de Turín, ante cerca de 40.000 espectadores.
No es fácil vivir en un mismo partido de ida de una eliminatoria cómo un equipo está prácticamente clasificado para la siguiente ronda y, al rato, unos veinte minutos después, el otro equipo empata el encuentro y deja el pase absolutamente abierto. Exactamente eso sucedió en el Juventus-Bayern. Decían los que saben que era el cruce más igualado de todos los que se habían producido en octavos de Champions, y durante 63 minutos, ninguno de los que dijo eso tuvo razón. Pero al final va a resultar que lo que hizo la Juve la temporada pasada no va a ser una simple casualidad, que tiene algo, una 'grinta', que dirían por allí, que le hace ser un grande de Europa y demostrarlo contra uno de los mejores conjuntos del continente.