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Messi da dos besos a la Liga
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MARCÓ DOS TANTOS; LUIS SUÁREZ EL TERCERO

Messi da dos besos a la Liga

El Barça logró ante el Sporting una victoria (1-3) para aumentar su ventaja, de 6 y 7 puntos sobre Atlético y Real Madrid, pero sin ensañarse con los no habituales de Abelardo

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No le quedan partidos pendientes a un líder cada vez más líder. El Barcelona instaló su última actualización en Gijón de la mano del mejor informático del fútbol que existe en este momento: Leo Messi. El argentino apareció cuando más necesitaba su equipo un par de besos de esos que tantos comentarios reciben últimamente: abrió el marcador y rompió el empate de un Sporting que dio la cara dentro de sus posibilidades. Y es que, como reconoció su entrenador, contar con un jugador como él "es un privilegio sea quien sea el rival". Redondeó el resultado Luis Suárez que, después de fallar desde los once metros, no paró hasta colocar el balón en el fondo de la portería defendida por Cuéllar (1-3). El Barcelona pone tierra de por medio y abullona todavía más ese colchón que se antojará necesario cuando las piernas se resientan, si es que ese día llega al equipo de Luis Enrique. Puesto al día y con 60 puntos en su casillero, el Barça ya ve al Atlético a una distancia de seis (54) y al Real Madrid, a siete (53).

Comentaba el 'Pitu' Abelardo antes de escuchar el pitido inicial que no se había "reservado mucho, pienso en ganar". Estas declaraciones llegaban como consecuencia del once titular que dibujó para desactivar a todo un Barcelona: "Quién diga que con la alineación podemos perjudicar e influenciar en la competición, nos está faltando al respeto". Y es que en los jugadores elegidos sólo figuraban un par de habituales, el resto de los nombres correspondían a los que, normalmente, son suplentes o se quedan fuera de las convocatorias; incluso había debutantes como Lichnovsky. Tanto revuelo causó la alineación de Abelardo que, en las redes, muchos aficionados se cuestionaban si había sido él o Luis Enrique el que había diseñado el once. Ya saben, España tiene 46 millones de entrenadores… entre otras profesiones. El técnico azulgrana, por su parte, sólo se reservó en defensa y puede que se arrepintiese: Mathieu sigue siendo el mayor desastre táctico del Barcelona.

Con Iniesta en el banquillo, el partido contra el Sporting se antojaba perfecto para hombres como Rakitic. A la sombra de Andrés se diluye, mientras que cuando tiene oportunidades como la de Gijón coge el mando den el centro del campo y juega mucho mejor. Muchísimo. Luis Enrique aparte, casi nadie le ha dado la importancia que merece en la construcción del juego del Barcelona, pero claro, si Busquets queda eclipsado ante Iniesta, imaginen Rakitic… el hombre elegido para suplir a Xavi. Ahí es nada. Los que siempre están crecidos son los integrantes de la 'MSN' con especial énfasis en Leo Messi, hace tiempo que se terminaron los adjetivos para calificar al argentino: este miércoles firmó el gol 10.000 (también el 9.000) del Barcelona en competición oficial y el 300 (y también el 301) en su cuenta particular. Es el primer jugador que lo consigue en la Liga.

Antes de contar, una vez más, el último oficio del espartano Messi -por aquello de las 300 dianas-, El Molinón dio el visto bueno a los suyos a pesar de la alineación de Abelardo; no se esperaba gran cosa y respondió. El Sporting se presentó como un equipo con brío, bien posicionado y poco exigido. Cerrado y ordenado, su fútbol era correcto; ni más ni menos. Este era el escenario porque el Barcelona tocaba y tocaba -algo que ya no es noticia- sin meter una marcha más allá de la segunda. Teniendo en cuenta que El Molinón no es un campo fácil, a Luis Enrique no le gustaba lo que estaba viendo: su equipo sacrificaba su fútbol directo y de brillo por otro de seguridad. O lo que es lo mismo, el Barça no apretaba y si encontraba algún hueco, lo intentaba… Y lo conseguía.

Así llegó el primer gol de Messi (21'): buscó una rendija por la que colarse, lo hizo en diagonal y con un disparo raso que ejecutó con su bota izquierda y envió, raso, al palo derecho de Cuéllar, que tardó demasiado en tirarse. Al balón no le quedó otra que besar la madera para, después, irse al fondo de las redes asturianas. Abierta la lata, el Barcelona entró en quince minutos de descontrol en los que supo de qué iban los peligrosos contragolpes que se le atribuyen al Sporting: Pablo Pérez condujo por el centro y abrió hacia la izquierda para Menéndez, que con un pase con efecto asistió a Carlos Castro para que éste la picase en el segundo palo (26'). Los asturianos acababan de dejar claro que no había sitio para la relajación y que, efectivamente, había partido. Lo hubo: durante cinco minutos.

Le necesitó el Barcelona para abrir la veda y le demandó cuando había que romper el empate. Emergió de nuevo Messi con un gol que hubiera pegado más en una pista de fútbol sala y que deja a Zarra a una distancia de 50 tantos. Sorprendente fue su disparo con el exterior (en carrera y con un pasillo entero) y espectacular fue la jugada previa firmada por Luis Suárez. El uruguayo ganó un balón dividido en la línea de fondo, lo protegió y supo ponerla rasa en el corazón del área. El argentino dejó claro que en este Barcelona, gana más partidos la delantera que la defensa, donde, muchas veces, el mejor es el portero. A partir de ese momento y más todavía después del descanso, el líder de la Liga intentó llegar con más claridad. Si es que era posible, que lo era.

El Sporting dejó hacer a su rival mientras aguantaba estoicamente el tipo, pero cuando el líder de la Liga pasa la línea de tres cuartos lo mejor es ponerse a rezar si uno es creyente y si no lo es, esperar que el golpe duela lo menos posible. Los asturianos dieron la cara ante un Barcelona que mantuvo el ritmo de la primera parte porque sabía que así, ni más ni menos, las ocasiones llegarían. Así fue. El colegiado señaló un riguroso penalti de Cuéllar sobre Neymar; lo lanzó Luis Suárez (sin extravagancias) al palo derecho y lo detuvo el extremeño. Las penas máximas siguen siendo uno de los pocos puntos negros del tridente azulgrana: han fallado cinco de nueve. "Habrá que trabajar ese tema", reconoció Luis Enrique aunque aseguró que no le preocupaba "lo más mínimo". Con El Molinón metido de nuevo en el partido y el Barcelona buscando a Suárez para que se redimiese, el uruguayo inventó allí donde parecía que no había nada.

Controló el balón con el pecho, lo bajó al césped al mismo tiempo que buscaba el movimiento. Con la colaboración de la defensa asturiana que le dejó actuar a placer y Cuéllar batido, el uruguayo disparó con la zurda directo a la escuadra. Tenía el gol metido entre ceja y ceja tras el penalti errado, también Neymar aunque se quedó sin primero. El brasileño sigue jugando para divertirse, el día que Luis Enrique añada a su lista de misiones rematar las jugadas… preparen las palomitas para el espectáculo. El partido murió con el Barcelona mandando para poner tierra de por medio en una Liga a la que ya ha dado un zarpazo, no definitivo, pero sí de garantías para cuando las fuerzas flaqueen. El Molinón disfrutó de un partido vistoso en el que el líder interpretó bien su papel: controló, no se precipitó y tuvo paciencia. Y estos parecen ser los ingredientes con los que se cocina un equipo, de momento, ganador y puede que campeón.

Ficha técnica

Sporting: Cuéllar, Lora, Lichnovsky, Jorge Meré, Canella, Mascarell, Nacho Cases, Pablo Pérez (Isma López, m 67), Halilovic, Álex Menéndez (Älex Barrera, m 73) y Carlos Castro (Jony, m 67).

FC Barcelona: Claudio Bravo, Aleix Vidal, Piqué (Bartra, m 80), Adriano, Mathieu, Rakitic, Busquets (Mascherano, m 80), Arda Turán, Messi, Luis Suárez y Neymar.

Goles: 0-1 Messi (m 24), 1-1 Carlos Castro (m 26), 1-2 Messi (m 30), 1-3 Luis Suárez (m 66)

Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Mostró tarjetas amarillas a Jorge Meré (m 59), Busquets (m 77), Canella (m 90)

Incidencias: Partido de la decimosexta jornada, aplazado en su momento por la disputa del Mundial de Clubes por parte del Barcelona, disputado en El Molinón ante 28.140 espectadores.

No le quedan partidos pendientes a un líder cada vez más líder. El Barcelona instaló su última actualización en Gijón de la mano del mejor informático del fútbol que existe en este momento: Leo Messi. El argentino apareció cuando más necesitaba su equipo un par de besos de esos que tantos comentarios reciben últimamente: abrió el marcador y rompió el empate de un Sporting que dio la cara dentro de sus posibilidades. Y es que, como reconoció su entrenador, contar con un jugador como él "es un privilegio sea quien sea el rival". Redondeó el resultado Luis Suárez que, después de fallar desde los once metros, no paró hasta colocar el balón en el fondo de la portería defendida por Cuéllar (1-3). El Barcelona pone tierra de por medio y abullona todavía más ese colchón que se antojará necesario cuando las piernas se resientan, si es que ese día llega al equipo de Luis Enrique. Puesto al día y con 60 puntos en su casillero, el Barça ya ve al Atlético a una distancia de seis (54) y al Real Madrid, a siete (53).

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