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El Sevilla se empeñó en morir demasiado pronto ante un valiente City
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El Sevilla se empeñó en morir demasiado pronto ante un valiente City

Las cantidad ingente de dudas mostrada por el Sevilla jugó a favor del City que forjó su victoria (1-3) en la primera parte. El tanto de Tremoulinas fue un soplo de aire fresco que no alivió el sofoco

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El Sevilla necesitaba una victoria para seguir con plena vida en la Champions League. El ambiente del Sánchez Pizjuán -lleno hasta la bandera y con el cartel de “no hay entradas” colgado desde hace un par de semanas- acompañaba, pero no la imagen de los hombres de Emery. No estuvieron a la altura que se le presupone a un equipo que disputa la máxima competición europea. La cantidad ingente de dudas mostrada por el Sevilla jugó a favor del Manchester City que forjó su triunfo (1-3) con un doble golpe en un par de minutos (Sterling y Fernandinho), rematado a diez minutos del descanso (Bony). El tanto firmado por Tremoulinas fue un simple soplo de aire fresco que no consiguió aliviar el sofoco de un Sevilla inferior que, ayudado por el empate entre Mönchengladbach y Juventus (1-1), sigue agarrado a un clavo ardiendo. Y es que aunque se empeñó en morir demasiado pronto, mantiene un hilo de esperanza.

El Manchester City salió en tromba ante un Sevilla atenazado, quién sabe si por los nervios o por la responsabilidad que pesaba sobre las botas de sus jugadores. Sea como sea, el conjunto inglés aprovechó el desorden sevillista para mover el balón con suma tranquilidad y asestar un doble golpe letal a su rival. Un par de minutos bastaron para golpear a un Sevilla que todavía no había aterrizado en el Sánchez Pizjuán. El primero en hacerlo fue Sterling (minuto 7); materializó una jugada construida delante de los centrales andaluces, allí donde los hombres de Emery no lograban ser contundentes. La comodidad del City hizo el resto para que Sterling se encontrase un pase interior y ajustase el balón suavemente.

Mientras el Sevilla trataba de encajar el golpe, el primer goleador de la noche se encontró con un regalo en forma de pérdida que supo apreciar y aprovechar. Tras un cambio de juego de Kompany, Rico rechazó el disparo de Bony aunque nada pudo hacer ante el testarazo de Fernandinho. Corría el minuto diez y el marcador (0-2) reflejaba la diferencia de madurez entre los dos equipos. El City acumulaba un tiro al palo, tres intentos desde media distancia y, sobre todo, su protagonismo ofensivo era apabullante: en un suspiro, se plantaban en las inmediaciones de Rico con cuatro o cinco jugadores. Si esto añadimos un alto nivel de compromiso defensivo, encontramos la explicación al inicio del choque.

¿Y el Sevilla? Espeso y sin encontrar su velocidad de crucero. El conjunto de Emery (afanado en evitar las pérdidas en el centro del campo para evitar ñas dañinas contras del City) no conseguía cerrar a su rival y el centro del campo andaluz no olía la pelota. Más que pensar en la remontada, debían recuperarse, asentarse y poner un punto de tranquilidad a su juego. El paso de los minutos hacía más necesario un golpe que les enganchase al encuentro: Llorente lo intentó, pero fue Tremoulinas el que lo consiguió. Con la presión más adelantada para ahogar la zona de creación del City, el Sevilla cogió aire gracias a una gran jugada de Coke; un centro perfecto de lateral a lateral fue cabeceado por Tremoulinas sin que Hart pudiera evitarlo.

El tanto les daba calidad de vida, empezaban a encontrar las debilidades del Manchester y parecía que el conjunto de Emery despertaba. Se trató de un mero espejismo porque en el 35' los jugadores del equipo 'citizen' tuvieron todo el tiempo del mundo para pensar en los últimos 20 metros. Fue Jesús Navas el que levantó la cabeza, metió el pase atrás y allí se encontró con Bony, que llegaba como si paseara por su propia casa: un remate en movimiento para poner el balón junto al palo y el tercer tanto inglés en el marcador. El City había sabido sobreponerse bien al tanto del Sevilla, lo hizo con profundidad y manteniendo la posesión. Lo cierto es que los sevillistas sembraban cierto peligro cuando aparecían por los dominios de Hart, el problema era llegar… y mientras tanto, perdonar al líder de la Premier era letal para ellos.

El paso por vestuarios sirvió para que el conjunto local ganase tranquilidad para ser más compacto. El resultado es que el Sevilla jugó como si en el marcador figurase un 0-0 y no como si fuera perdiendo. Es cierto que ganó contundencia atrás, fue más severo en sus marcajes y dibujaba más toques permitiendo esto que acabase sus jugadas. Era necesario este conjunto de mejoras después de todas las facilidades dadas en la primera parte, lo demandaba el partido que vivía el Sánchez Pizjuán. A pesar de esto, seguía faltando juego coral: los sevillistas manoseaban demasiado el balón y esto ralentizaba su juego. Los cambios de Emery (Iborra dejó su lugar a Krohn-Dehli, Coke hizo lo propio con Mariano -que resultó una buena solución llena de sentido a pesar de los silbidos de Nervión- e Immobile salió por Llorente) no aportaron solución alguna.

El Manchester City, por su parte, seguía encontrando muchísimas facilidades y espacios; tanto que no le hacía falta llegar con seis jugadores para crear peligro, con un par iba sobrado. Los hombres de Pellegrini supieron controlar muy bien el choque en la segunda parte: el fútbol desplegado era de más control, jugaba con un resultado que estaba a su favor y desesperaba al Sevilla. No era el día de los hombres de Emery que sólo recibieron una buena noticia: el Mönchengladbach empató con la Juventus (1-1) y mantiene viva una pequeña llama de esperanza, pero ésta es lo último que se pierde.

Ficha técnica

Sevilla: Sergio Rico; Coke (Mariano Ferreira, m.55), Ramí, Kolodziejczak, Trémoulinas; Krychowiak, Iborra (Krohn-Dehli, m.46); Vitolo, Banega, Konoplyanka; Llorente (Immobile, m.64).

Manchester City: Hart; Sagna, Kompany, Otamendi, Kolarov; Fernando; Jesús Navas, Yaya Touré, Fernandinho (Demichelis, m.90), Sterling (De Bruyne, m.73); Bony (Delph, m.86).

Goles: 0-1, M.8: Sterling. 0-2, M.11: Fernandinho. 1-2, M.25: Trémoulinas. 1-3, M.36: Bony.

Árbitro: Svein Oddvar Moen (Noruega). Amonestó al local Krychowiak (m.43).

Incidencias: Partido de la cuarta jornada del Grupo D de la Liga de Campeones disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 40.000 espectadores, entre ellos alrededor de 2.500 aficionados ingleses. Césped en perfecto estado.

El Sevilla necesitaba una victoria para seguir con plena vida en la Champions League. El ambiente del Sánchez Pizjuán -lleno hasta la bandera y con el cartel de “no hay entradas” colgado desde hace un par de semanas- acompañaba, pero no la imagen de los hombres de Emery. No estuvieron a la altura que se le presupone a un equipo que disputa la máxima competición europea. La cantidad ingente de dudas mostrada por el Sevilla jugó a favor del Manchester City que forjó su triunfo (1-3) con un doble golpe en un par de minutos (Sterling y Fernandinho), rematado a diez minutos del descanso (Bony). El tanto firmado por Tremoulinas fue un simple soplo de aire fresco que no consiguió aliviar el sofoco de un Sevilla inferior que, ayudado por el empate entre Mönchengladbach y Juventus (1-1), sigue agarrado a un clavo ardiendo. Y es que aunque se empeñó en morir demasiado pronto, mantiene un hilo de esperanza.

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