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Simeone organiza un embudo y el Astana no deja caer ni una gota
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un punto que puede complicar la clasificación

Simeone organiza un embudo y el Astana no deja caer ni una gota

El Cholo jugó con cuatro mediocentros y se encontró con un sorprendente Astana que poco tuvo que ver con el del partido de ida y que dominó claramente el primer tiempo con un gran Kabananga

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Hay muchas veces que Diego Pablo Simeone se refiere al siguiente partido que juega como el más complicado que tiene ante sí por ser eso, el siguiente, el próximo. A veces cuesta creerse lo que dice en ese sentido, porque si dos semanas después se encuentra con el Real Madrid, es capaz de decir que es más importante jugar contra el colista que el derbi. Pero lo hace por eso, porque el que cuenta es el partido más inmediato, no el sucesivo. Pero cuando dijo que esta visita a Astaná era la más determinante de los tres partidos que le quedan por delante, lo decía en serio. No es fácil hacerle caso en ese sentido, pero lo creía de verdad, porque el Atleti sufrió mucho en Kazajistán.

Lo que vimos en Madrid tiene poco que ver con el verdadero Astana. Vale que es el equipo más débil, teóricamente, de los 32 que juegan la Champions League. Nunca la ha jugado, son muy inexpertos y al estar tan lejos, son especialmente desconocidos. Aquel partido de la primera vuelta puede llevar a confusión a cualquier espectador. El Atleti fue muy superior a los kazajos, goleó por 4-0 con comodidad y sólo el desparpajo de Foxi puso en algún aprieto a la defensa rojiblanca. Además, aquel día, el Cholo se permitió el lujo de rotar a su once titular. Pero la situación del rival era contraria a la que se encontró el Atleti bajo el techo del Arena.

Aquel día, el Astana se jugaba el liderato de la Premier League de Kazajistán contra el Kairat Almaty ese mismo fin de semana, y de ahí que Stoilov, entrenador de los kazajos, decidiera ni siquiera completar la convocatoria: solo tres jugadores se sentaron en el banquillo de los siete permitidos. Y en la vuelta, seis cambios con respecto a los titulares. Sin embargo, esta vez, la Premier la tienen mucho más encarrilada y sólo necesitan ganar en la última jornada. Por tanto, esta vez sí podía disponer de sus jugadores más importantes. Y tanto ello como el ambiente, como el césped artificial y el estadio techado le supusieron novedosas dificultades al Atlético.

Sin extremos

Simeone cambió varias cosas, porque después de repetir once después de casi un año, había que volver a variar. Pero habría que analizar si acertó con el once que dispuso ante el colista de su grupo. Es cierto que es superior, mucho, y que debía ganar casi con cualquier alineación, pero está claro que jugar sin extremos le dificultó demasiado el juego ofensivo. Volvió a jugar con cuatro mediocentros, Tiago, Gabi, Koke y Saúl, y por tanto el predominio del juego por el centro fue evidente. El problema es que no tenía a nadie que rompiese por banda. Tenían que estirarse Torres y Griezmann hacia los costados, pero no hubo influencia de estos.

Pero tampoco sirvió lo que suele darle muy buenos resultados al Cholo, la progresión ofensiva de los laterales. Pero no fue sólo por demérito rojiblanco, sino porque la primera parte del Astana fue excelsa. ¡Qué 45 minutos hizo Junior Kabananga! Sus movimientos descolocando a los centrales rojiblancos y lo imprevisible de Foxi hicieron que el Astana dominase prácticamente todo el fútbol hasta el descanso. El esfuerzo posicional kazajo resultó perfecto. No dejaban salir al Atlético con el balón jugado gracias a su presión alta y la colocación de los jugadores y, posteriormente, los dos africanos suponían peligro. No tuvieron casi ocasiones, pero sí daban sensación de poder hacer daño.

Era más bien lo contrario a lo que ofrecía el Atleti. Al no tener ningún tipo de creatividad en el juego, el peligro sólo llegaba gracias a jugadas aisladas. Balones largos a Torres, jugadas a balón parado y muy poco más. Griezmann, de hecho, parecía que no estaba ni jugando. Y aun así, el Atleti tuvo dos palos, los dos por dos centros que se desviaron hacia la portería.

Carrasco y Óliver

Claro que la segunda parte no iba a seguir igual, no por nada, sino porque el nivel de exigencia física del juego del Astana era imposible mantenerlo durante tanto tiempo. El Atleti calmó el partido, y sólo se revoloteaba a través de faltas y parones que provocaban los jugadores del Astana. El problema es que Simeone no se dio cuenta de que necesitaba una revolución en el centro del campo hasta bien entrado el segundo tiempo. Sólo le dio unos 25 minutos a Carrasco y 10 a Óliver, los dos jugadores más desequilibrantes que tenía en el banquillo. Y a ninguno de los dos les dio tiempo para desenredar una defensa que cada minuto que pasaba se amalgamaba más, dando por buenísimo este punto histórico.

Y ahora, el Atleti se la jugará ante los dos cocos de su grupo. Una victoria contra Galatasaray o Benfica debería valer, pero este empate lo que provoca es que los dos, turcos y portugueses, estén muy vivos… y aún tengan que jugar contra Astana (es decir, que puedan sumar puntos).

Ficha técnica:

0 - Astana: Eric; Ilic, Postnikov, Anicic, Shomko; Dzholchiyev (Beysebekov, m. 90), Roger Cañas, Maksimovic, Muzhikov (Zhukov, m. 77), Kethevoama; y Kabananga (Schetkin, m. 80).

0 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Siqueira; Saúl (Yannick Carrasco, m. 73), Gabi, Tiago, Koke (Óliver, m. 81); Griezmann y Fernando Torres (Jackson Martínez, m. 63).

Árbitro: Anthony Taylor (Inglaterra). Amonestó a los locales Postnikov (m. 44) y Dzholchiyev (m. 60).

Incidencias: partido correspondiente a la cuarta jornada del grupo C de la Liga de Campeones, disputado en el Astana Arena ante 30.000 espectadores.

Hay muchas veces que Diego Pablo Simeone se refiere al siguiente partido que juega como el más complicado que tiene ante sí por ser eso, el siguiente, el próximo. A veces cuesta creerse lo que dice en ese sentido, porque si dos semanas después se encuentra con el Real Madrid, es capaz de decir que es más importante jugar contra el colista que el derbi. Pero lo hace por eso, porque el que cuenta es el partido más inmediato, no el sucesivo. Pero cuando dijo que esta visita a Astaná era la más determinante de los tres partidos que le quedan por delante, lo decía en serio. No es fácil hacerle caso en ese sentido, pero lo creía de verdad, porque el Atleti sufrió mucho en Kazajistán.

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