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Griezmann le demuestra a Simeone que se puede ganar jugando mucho mejor
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doblete del francés en una buena primera parte

Griezmann le demuestra a Simeone que se puede ganar jugando mucho mejor

El Cholo salió con un 4-3-3, que mejoró sustancialmente tanto el juego colectivo, como la posibilidad de definición y el aspecto defensivo. Tres delanteros, tres centrocampistas y a jugar. Y a ganar.

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Decíamos en la previa al debut del Atlético en la Champions que Simeone no se quería dar como favorito. No quería que le consideraran favorito no ya para el título de la Champions, sino ni siquiera en el partido del estreno contra el Galatasaray. Pero en el campo no puede engañar a nadie, sobre todo cuando decide por fin que va a jugar al fútbol, en vez de embotellarse en su portería y esperar a que el otro púgil se canse de darle golpes, una y otra vez, una y otra vez, hasta que se canse o hasta que le dé tal porrazo que lo mande a la lona y no sea capaz de volver a levantarse. Eso le pasó con el Barça, y con el Galatasaray no fue así porque Griezmann es demasiado bueno.

Estaba claro que peor que contra el Barça era difícil jugar, por tanto en Estambul, en ese supuesto infierno en el que hasta hacía frío, sólo se podía esperar una mejora. Y ésta se produjo porque al Cholo le gustó el experimento que llevó a cabo durante muchos minutos ante el líder de la Liga. Es un movimiento táctico hacia una de las formaciones más comunes del fútbol moderno, el 4-3-3, que mejoró sustancialmente tanto el juego colectivo, como la posibilidad de definición y el aspecto defensivo. Tres delanteros, tres centrocampistas y a jugar. Y a ganar. ¿Será esto lo que estaba buscando? ¿Dejará de acongojarse cuando se enfrenta a una situación comprometida, difícil?

No lo creo, la verdad. Cuando tantas veces lo ha hecho será porque está convencido de que así es como se debe hacer. Y dentro de unas semanas, en el Atleti-Real Madrid, probablemente volverá a empecinarse en lo mismo de siempre. Pero esta versión que se vio durante los primeros 45 minutos del debut de Champions (un partido que nunca es fácil, porque la presión de empezar mal es elevadísima) al menos le debería hacer recapacitar. Porque jugó tan bien el Atlético que parecía que no estaban jugando los otros.

Con los tres jugadores en el centro del campo, el equilibrio ha sido excelente, siempre hablando sobre los primeros 45 minutos. Tiago como pivote único y Koke y Saúl a cada lado, como interiores posicionales puros. La salida de balón era fluida al encontrar siempre Tiago una ayuda a cualquiera de los lados, ya fuera uno de los interiores o los laterales, siempre muy abiertos y fundamentales en este esquema. De hecho, podríamos decir sin miedo que Juanfran ha sido, junto a Griezmann, el mejor de los rojiblancos que vestían de azul.

Griezmann es buenísimo. De verdad, es que es tremendo. Pero el pase que le da Juanfran para que abra el marcador es almíbar digno de la boca del César. La acción natural de un lateral pegado a la línea lateral cerca del área contraria es centrar, colgar la bola a lo que salga. Pero él no ha sido lateral hasta hace nada, en realidad, y ese pase es más de extremo que de un carrilero. Y esa asistencia sólo se puede dar a un jugador que está libre. ¿Y por qué estaba libre Griezmann? Por el miedo que da Jackson.

Las rotaciones del Cholo se van a producir y mucho este año, tiene pinta. Al menos en dos posiciones clave: la de Gabi y la del delantero centro. Primero vamos con la cosa del 9. Ya avisó el Cholo que Jackson estaba preparado y si dice algo así es que iba a jugar el colombiano. Y a Jackson le respetan por toda Europa. Y los dos centrales del Galatasaray no son menos, le querían agobiar, presionar y cubrir todo lo que podían, pero al hacer un dos contra uno dejan a alguien libre, por narices. Y ese era Griezmann, que metió ese maravilloso pie izquierdo lo justo para darle un efecto hacia adentro lo justo para que Muslera no llegara.

Vamos ahora con lo de Gabi. El nivel del capitán el año pasado no había sido el óptimo. La edad y los problemas extradeportivos le han mermado y se nota en el campo. Simeone sabe que su líder no está bien y por eso quería a Matías Kranevitter para ya, no para enero. Tiene pinta de que el 5 argentino va a jugar mucho en cuanto llegue. Mientras será Saúl Ñíguez el que tenga más participación. Y esta vez el canterano rindió bien, pidiendo el balón, organizando y llegando a la frontal. El buen nivel de éste es una mala noticia para Gabi.

Pero no todo fue bonito en Estambul. De hecho, la segunda parte fue bastante fea, tan fea que hasta el Galatasaray se mereció al menos un golito que justificara su constante ataque sobre Oblak. Eso sí, el esloveno no tuvo que parar prácticamente nada, los turcos fallaban ellos solos. Pero si fallaban era porque el Atleti les dejaba atacar. La segunda mitad fue del estilo de todo el partido contra el Barça. El Atleti dio dos pasos atrás, pasó a defenderse (Gabi salió por un muy buen Vietto), se encerró, buscó el contragolpe (cambio programado para cada partido: sale Jackson y entra Torres) y dejó de jugar. Le salió bien, esta vez, pero no siempre es así, como ha quedado demostrado.

Ficha técnica:

0 - Galatasaray: Muslera; Sabri Sarioglu (Yasin Öztekin, m. 46), Semih Kaya, Denayer, Carole; Hakan Balta; Podolski (Sinan Gumus, m. 72), Selcuk Inan, Emre Çolak (Umut Bulut, m. 32), Sneijder; y Burak Yilmaz.

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Siqueira; Koke, Tiago, Saúl (Óliver Torres, m. 80), Griezmann; Vietto (Gabi, m. 62) y Jackson Martínez (Fernando Torres, m. 60).

Goles: 0-1, m. 18: Griezmann remate con la zurda un pase de Juanfran. 0-2, m. 25: Griezmann remacha un toque de cabeza de Godín.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a los locales Burak Yilmaz (m. 64) y Yasin Oztekin (m. 73) y al visitante Gabi (m. 64).

Incidencias: partido correspondiente a la primera jornada del grupo C de la Liga de Campeones, disputado en el Complejo Deportivo Ali Sami Yen de Estambul ante unos 40.000 espectadores.

Decíamos en la previa al debut del Atlético en la Champions que Simeone no se quería dar como favorito. No quería que le consideraran favorito no ya para el título de la Champions, sino ni siquiera en el partido del estreno contra el Galatasaray. Pero en el campo no puede engañar a nadie, sobre todo cuando decide por fin que va a jugar al fútbol, en vez de embotellarse en su portería y esperar a que el otro púgil se canse de darle golpes, una y otra vez, una y otra vez, hasta que se canse o hasta que le dé tal porrazo que lo mande a la lona y no sea capaz de volver a levantarse. Eso le pasó con el Barça, y con el Galatasaray no fue así porque Griezmann es demasiado bueno.

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