No ser favorito le sirvió una vez a Simeone, ¿por qué no iba a servir de nuevo?

Aquel gol de Koke cambió la historia del Atlético. No fue ni antes ni después, sino ese preciso momento en que sólo pasaban cinco minutos desde el pitido inicial de Howard Webb y el ahora tercer capitán del Atlético superaba a Pinto y clasificaba al Atleti para semifinales de la Champions. No fue la goleada al Milan de la ronda anterior (era demasiado débil el Milan como para no eliminarlo), ni la victoria en Stamford Bridge (ésta fue consecuencia de lo sucedido contra el Barça). El Atleti empezó a ser candidato a ganar la Copa de Europa contra el Barça. Antes de eso, era sólo un buen equipo, nada más. No entraba en los pensamientos de nadie.

No estar entre los favoritos le vino de maravilla para todo, en realidad. ¿Cómo íbamos a esperar que el Atleti ganase la Liga con la inversión que hicieron el Barça por Neymar y el Madrid por Bale? Ni de broma se podía esperar aquello. En la Champions, la diferencia era incluso mayor, porque se incluyen otros poderosos equipos que tienen mayor presupuesto y, teóricamente, mejor plantilla nombre por nombre que el Atlético. Pero Simeone acertó con la táctica en 2014 y lleva desde entonces queriendo repetir.

Este miércoles, la Champions empieza ya por fin. Qué larga se hace la espera desde que un equipo levanta la Copa hasta que se juega el primer partido. Bueno, en realidad se hace larga la fase de grupos como un día sin pan, pero eso es otra historia. Lo hace en Turquía, allí adonde llegan miles de refugiados soñando con tener un futuro mejor en una Europa que se lo pone imposible. Al Atleti no le asusta ese panorama. De hecho, no le asusta nada, ni siquiera lo que era antiguamente el Ali Sami Yen debería levantar ningún suspiro. El nuevo estadio del Galatasaray es muy bonito y tal, pero le falta mística, la cual sólo se consigue con grandes noches europeas, como puede ser ésta.

Hablaba Simeone de que le "parece un poco exagerado, jugando ante 55.000 personas y en un estadio tan caliente, decir que los favoritos somos nosotros". En el fondo, sin decirlo públicamente, el Cholo sabe perfectamente que sí, que son mejor equipo (me atrevería a decir que mucho mejor equipo) que el Galatasaray y que tienen la obligación de ganar este partido, como casi cualquiera de un grupo equilibrado pero asequible.

Pero lo que quiere el Cholo es lo mismo que ha querido durante tanto tiempo: no meter presión innecesaria en sus jugadores. Ya le salió bien una vez e intenta repetirlo. ¿Es bueno decir públicamente que no son favoritos para ganar al Galatasaray? Depende mucho del mensaje que transmita después en privado en el vestuario. Lo que está claro es que contra el Galata no puede plantear el mismo estilo que contra el Barça. De esa manera, lo único que se garantiza, además de una imagen mediocre, es un resultado negativo. Jugadores como Koke, Griezmann, Óliver y Jackson no se pueden permitir estar agazapados durante noventa minutos. Son demasiado creativos, demasiado ofensivos como para vivir en la trinchera.