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El Skënderbeu hace soñar con la Champions a la ciudad más cosmopolita de Albania
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Los de Korcë, a un paso de la fase de grupos

El Skënderbeu hace soñar con la Champions a la ciudad más cosmopolita de Albania

El enigmático campeón de la Superliga de Albania es un auténtico desconocido en el concierto europeo a pesar de ser el decano de su balompié y de haber conquistado sus últimas cinco ediciones

Foto: El Skënderbeu está siendo la sensación en las eliminatorias previas de la Champions League (www.kf-skenderbeu.webs.com)
El Skënderbeu está siendo la sensación en las eliminatorias previas de la Champions League (www.kf-skenderbeu.webs.com)

De los 20 equipos que estuvieron en el bombo de Nyon para dirimir el asalto final a la fase de grupos de la Liga de Campeones, solamente dos de ellos sintieron por vez primera ese cosquilleo que acompaña a los clubes modestos cuando olfatean la histórica posibilidad de colarse de rondón entre las 32 mejores escuadras del Viejo Continente. Uno es el FC Astaná y el otro, el Klubi Futbollistik Skënderbeu. El enigmático campeón de la Superliga de Albania -se enfrentará al Dinamo de Zagreb- es un auténtico desconocido en el concierto europeo a pesar de ser el decano de su balompié y de haber conquistado los últimos cinco campeonatos. Después de haber dejado en la cuneta a los norirlandeses del Crusaders y, esta misma semana, al Milsami Orhei moldavo, los 'Bardhekuqtë' (rojiblancos) sueñan despiertos con mostrar al mundo a partir del próximo mes de septiembre las no pocas peculiaridades que esconden tanto la entidad presidida por Ardjan Takaj como su casa matriz, la ciudad de Korçë. Por lo pronto, pueden presumir de ser el equipo más realizador de la competición hasta la fecha (10 goles).

Fundado en 1909 por el político y poeta Hile Mosi, el Skënderbeu fue bautizado de esa guisa para rendir tributo al héroe nacional patrio, Gjergj Kastrioti, popularmente conocido como Skanderbeg (Skënderbeu en lengua albanesa). Este aguerrido militar de sangre azul, cuyo casco con la cabeza de un ciervo y su cornamenta aparece en el escudo del club, se rebeló a mediados del siglo XV contra el imperio otomano y llegó a establecer en la zona sureste del país actual (donde está ubicada Korçë) una especie de reino de taifas que muchos historiadores consideran el embrión de lo que cinco siglos más tarde llegaría a ser Albania, toda vez liberada por completo del yugo turco, a comienzos del siglo XX. Su ejército, integrado por soldados de origen albanés, griego, macedonio y rumano, no era sino el fiel reflejo de lo que ha sido, a lo largo de la historia, un terruño habitado hoy día por 76.000 personas que la noche del miércoles se pegaron un buen lingotazo de café Ama, a la sazón principal patrocinador del equipo 219 en el ránking de la UEFA, para festejar el nuevo peldaño superado rumbo a la ansiada fase de grupos.

Llamada Koritsá por los griegos; Curcea por los rumanos; Goritsa por los búlgaros; Görice por los turcos; Korca por serbios, montenegrinos y macedonios o Coriza por los italianos, la villa más multicultural y cosmopolita de toda Albania (por no decir de los Balcanes) es el resultante de un agitado pasado en el que su estratégica situación geográfica (en pleno corazón de la citada península, actualmente a sólo 35 kilómetros de Grecia y 47 de Macedonia), le llevó a cambiar muy a menudo de bandera desde que la tribu griega de los epirotes la anexionó al reino helénico de Epiro en la Era Antigua.

Ciudadanos de segunda clase

Hermanada con la localidad murciana de Los Alcázares, Korçë ha pasado desde su fundación por manos turcas, macedonias, búlgaras, francesas (durante la I Guerra Mundial), italianas, alemanas y, por supuesto, griegas. No en vano, cuenta aún entre sus habitantes con una minoría de origen heleno que aboga desde hace más de un siglo por su integración territorial al país vecino. Enfrentados de forma permanente a las autoridades locales por considerar que son tratados como ciudadanos de segunda clase, sólo el fútbol y, más concretamente, el KF Skënderbeu les ha llevado a encontrar un lugar común con sus vecinos albaneses.

En la diáspora del pasado miércoles a Elbasan, cuyo estadio fue designado por la UEFA para el choque de vuelta por reunir mejores condiciones que el Stadiumi Skënderbeu para garantizar la seguridad (sobre todo tras la suspensión la semana pasada en Tirana del Kukesi-Legia de la Europa League por lanzamiento de piedras a los jugadores polacos), había seguidores de ambas facciones étnicas unidos por una misma camiseta, la rojiblanca del conjunto que prepara Mirel Hosa. El experimentado técnico regresó en 2012 a Korçë, dos años después de salvar al Skënderbeu del descenso en un agónico play-off ante el Kamza, para reemplazar al checo Stanislav Levý y ampliar la dictadura impuesta desde 2011 en el torneo doméstico por una escuadra que pasó literalmente del negro al rosa gracias al impulso económico recibido por parte de un nuevo propietario, Agim Zeqo. El consejero delegado de Red Bull Albania se rodeó en su junta directiva de algunos de los hombres de negocios más notables del país, caso de Samir Mane, Irfan Hysenbelliu o Grigor Joti, amén del ministro de Economía, Ridvan Bode, y el alcalde de Korçë, Niko Peleshi, para garantizar la solvencia financiera del proyecto.

Pichichi de la Champions

Si el cóctel de personajes VIP en la zona noble del Skënderbeu evitó la bancarrota de los 'Bardhekuqtë', a ras de césped Hosa ha sido capaz de armar un bloque sumamente solidario y pétreo en materia defensiva que ha hecho del contragolpe su arma arrojadiza más eficaz a la hora de meter mano a sus enemigos. Con ocho extranjeros en su plantel (tres de ellos brasileños) y una valoración global de apenas 270.000 euros, la más exigua de la veintena de clubes que pelearán a partir del 18 de agosto por hacerse un hueco entre la aristocracia del balompié europeo, el campeón albanés depositará buena parte de sus opciones de integrar uno de los ocho grupos de la liguilla de la Champions en Hamdi Salihi.

Autor de cinco tantos en cuatro duelos continentales hasta la fecha, el veterano cazagoles y flamante pichichi de la Champions ha regresado este verano a su país superada ya la treintena después de dejar patente su condición de 'asesino de área' en las ligas austriaca, china, estadounidense (MLS) e israelí durante ocho campañas. Elevado a la categoría de estrella en un once plagado de estajanovistas del balón, en Korçë esperan que su reconocido olfato realizador haga olvidar al croata Pero Pejić, mejor artillero foráneo en la historia de la Superliga y hombre gol de los rojiblancos hasta hace un año, cuando decidió 'fugarse' al Kukesi, con el que anotó 31 tantos en el último ejercicio. De momento, el panorama no pinta nada mal.

De los 20 equipos que estuvieron en el bombo de Nyon para dirimir el asalto final a la fase de grupos de la Liga de Campeones, solamente dos de ellos sintieron por vez primera ese cosquilleo que acompaña a los clubes modestos cuando olfatean la histórica posibilidad de colarse de rondón entre las 32 mejores escuadras del Viejo Continente. Uno es el FC Astaná y el otro, el Klubi Futbollistik Skënderbeu. El enigmático campeón de la Superliga de Albania -se enfrentará al Dinamo de Zagreb- es un auténtico desconocido en el concierto europeo a pesar de ser el decano de su balompié y de haber conquistado los últimos cinco campeonatos. Después de haber dejado en la cuneta a los norirlandeses del Crusaders y, esta misma semana, al Milsami Orhei moldavo, los 'Bardhekuqtë' (rojiblancos) sueñan despiertos con mostrar al mundo a partir del próximo mes de septiembre las no pocas peculiaridades que esconden tanto la entidad presidida por Ardjan Takaj como su casa matriz, la ciudad de Korçë. Por lo pronto, pueden presumir de ser el equipo más realizador de la competición hasta la fecha (10 goles).

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