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En cuestión de imagen, el mejor resultado para Barça y Guardiola es el empate
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el técnico del bayern, estandarte y socio culé

En cuestión de imagen, el mejor resultado para Barça y Guardiola es el empate

El club catalán debe actuar con neutralidad con el ahora técnico del Bayern. No puede olvidarse que, involuntariamente, será un arma electoral en la próxima campaña a la presidencia del Barça

Foto: Guardiola, manteado por los jugadores del Barça durante su exitosa etapa como técnico azulgrana (Efe)
Guardiola, manteado por los jugadores del Barça durante su exitosa etapa como técnico azulgrana (Efe)

La comunicación en el mundo del fútbol guarda trampas que harían temblar a cualquiera con formación en la transmisión corporativa. Un equipo pierde ante el colista tras una racha de partidos sin ganar, la grada brinda una pañolada al presidente, éste se encuentra inmerso en una investigación judicial, se han perdido varios millones respecto al balance del año anterior y hay que decir que todo funciona. Este desajuste entre la realidad y el mensaje fulminaría a no pocos estudiantes y profesionales de la materia.

El FC Barcelona, club que ha degenerado en su política de comunicación pese a los buenos trabajadores que forman el departamento, puede verse en la tesitura de afrontar una considerable crisis de reputación. Con un hombre orquesta sin experiencia al frente de la estructura informativa, recibe la afluencia de impactos provocados por la visita de Pep Guardiola al que fue su estadio. Imaginarse en la posición de una derrota o una sonora eliminación es una práctica que debería estarse estudiando en Can Barça desde el punto de vista profesional.

Dice la teoría del Cisne Negro que no estamos preparados para lo inimaginable. A día de hoy, el Barcelona es favorito ante el Bayern de Múnich, pero no conviene descuidar la reacción ante un mal resultado. Pep Guardiola ha protagonizado la etapa más fulgurante de la entidad y sigue siendo socio del Barça, lo que le reporta honores y respeto, respectivamente. Pero es muy distinta su última imagen, en la que alucinó de forma visible en la grada con las acciones de Leo Messi, a la de hoy, en que ejerce de profesional que precisamente busca cómo anular al argentino.

Ante esa tesitura, el Barcelona debe actuar con neutralidad con el técnico rival. No puede olvidarse que, involuntariamente, Guardiola se va a convertir en un elemento de uso en la próxima campaña electoral para la presidencia del club y que todo pronunciamiento salido de tono de la entidad tendrá repercusiones en esos comicios. Sin ser dos ejemplos de buena comunicación, Barça y Guardiola tendrán que manejar esta situación. En lo deportivo, solo ganará uno de ellos, mientras que en el apartado de la imagen el mejor resultado para ambos sería el empate.

La comunicación en el mundo del fútbol guarda trampas que harían temblar a cualquiera con formación en la transmisión corporativa. Un equipo pierde ante el colista tras una racha de partidos sin ganar, la grada brinda una pañolada al presidente, éste se encuentra inmerso en una investigación judicial, se han perdido varios millones respecto al balance del año anterior y hay que decir que todo funciona. Este desajuste entre la realidad y el mensaje fulminaría a no pocos estudiantes y profesionales de la materia.

Pep Guardiola Bayern Múnich