El Cholo Simeone jugó a la ruleta rusa y se pegó un tiro en la sien
El Cholo Simeone metió el autobús en el Santiago Bernabéu y acabó pagándolo. Su equipo se olvidó de la portería de Iker Casillas y su apuesta futbolística fue castigada por Chicharito Hernández
El plan estuvo muy claro desde el primer minuto y hasta el final. No varió casi nunca, tal vez en el arranque del segundo acto durante unos minutos, pero poco más. El Cholo Simeone ordenótener las líneas muy retrasadas y la apuesta falló. El entrenador argentino jugó a la ruleta rusa, soñando con un único y certero disparo que derribara la portería del Real Madrid, pero al final se lo dio a sí mismo. Los cambios que realizó en el segundo tiempo, cuando el Atlético aún jugaba con once jugadores, buscaron amarrar más que arriesgar, revelándose como definitivos. Cuando Arda Turan fue expulsado –minuto 76–, el desenlace se podía prever.
El Atlético de Madrid ha demostrado en los últimos tiempos, sobre todo en la presente temporada, que tiene potencial de sobra para jugarle de igual a igual al Real Madrid. Con sus armas, pero de una manera distinta a lamostradaen el Bernabéu. No para discutirle la posesión a su rival porque es un aspecto residual para Simeone, pero sí para apostar por un partido muy diferente. Las líneas rojiblancas no se adelantaron apenas y ello provocó que la posesión del Real Madrid llegara hasta el 64%. Cuando el equipo de Ancelotti tuvo superioridad numérica, no falló. El plan de Simeone no solo no varió, sino que se radicalizó con los cambios. Tras el descanso Gabi ocupó el lugar de Saúl y en el 65, ante la sorpresa general, dio entrada a Raúl García por Griezmann, la referencia goleadora del equipo y que atraviesa un excelente momento de forma.
Nula aportación de Griezmann
El atacante francés estaba enchufado como nunca, como demostró el pasado sábado en Riazor. En el Santiago Bernabéu, ni se le vio en la zona en la que es más peligroso. Alejado del área de Casillas y centrado en tareas defensivas, Griezmann dejó el terreno de juegopara que Raúl García pusiera más músculo al equipo rojiblanco. El delantero galo sólo dio 15 pases durante los 65 minutos que estuvo en juego, prueba de la nula incidencia que tuvo en el partido. Sus números reflejan qué pretendía su entrenador. No recibió ni una sola falta, dato más que revelador cuando hablamos del futbolista que debía marcar las diferencias en el ataque atlético. Ni un balón robado, ni un disparo, ni un centro al área, ni una falta cometida… Griezmann reflejó perfectamente el plan de su entrenador.
A última hora, ya con 10 jugadores, Simeone blindó todavía más a su equipo; no quiso dar entrada a Fernando Torres o Raúl Jiménez por un Mandzukic fundido y prefirió atrincherarse con José Jiménez, mandando al vestuario a Tiago. Dos minutos después, Chicharito Hernández sentenciaba la eliminatoria. Las estadísticas son contundentes y reflejan fielmente lo que sucedió sobre el terreno de juego. Los números dejan claro qué equipo intentó ganar y cuál buscó un instante de gloria, aislado, para conseguir billete para disputar las semifinales de la Champions League. El Real Madrid disparó 19 veces a portería –8 entre los tres palos–, mientras el Atlético sólo hizo aparecer a Casillas en 2 ocasiones, mandando el balón lejos del marcoen otras tantas. Escaso bagaje para un Atlético de Madrid que se jugaba rendir cumplida venganza de la final de Lisboa. En cuanto a pases, las estadísticas son aún más contundentes, pues el equipo de Ancelotti dio 455, por 195 de la escuadra atlética.
En el partido de ida, la propuesta del técnico argentino fue similar. Apareció Oblak en plan salvador para mantener a flote al Atlético de Madrid, sobre todo en una primera parte en la que el Real Madrid pudo encarrilar, y hasta sentenciar, la eliminatoria. El equipo rojiblanco sólo apareció en ataque en el tramo final en el Vicente Calderón, disponiendo de alguna opción para ganar. Las estadísticas de aquel partido fueron similares, pues la escuadrade Ancelotti tuvo una posesión del 58 por ciento. A la hora de buscar el gol, el equipo blancodisparó hasta en 16 oportunidades, el doble que el Atlético.LaincidenciadeFernando Torres,fichado por el empeño de Simeone,en esta eliminatoria ha sido nula, pues sólo jugó los últimos seis minutos del primer encuentro.
“El partido estaba donde queríamos”
“Hasta la expulsión de Arda Turan,el partido estaba donde queríamos”, reconoció el Cholo en la sala de prensa del Santiago Bernabéu, subrayando que a partir de ese momento “cambió todo el trayecto final del partido”. El argentino no quiso entrar en polémicas a la hora de valorar la jugada que terminó marcando el encuentro porque “no tiene sentido opinar. El partido ya acabó… Me voy orgulloso de mi equipo porque una vez más competimos en una competición muy complicada”. “Haber llegado hasta aquí me da la seguridad de que tengo un equipo de hombres; estoy agradecido por ser el entrenador de estos jugadores”, sentenció.
El técnico atlético dejó claro que “cuando uno compite y da la vida, se va a casa contento. Insisto, estoy orgulloso de estos futbolistas, pues corren los noventa minutos, se tiran de cabeza y lo dan todo”. Deportivamente, envió sus “felicitaciones al rival porque completó un buen partido y marcó un gol”. Simeone, volviendo al desarrollo del partido, subrayó que “salvo en los primeros 10 minutos, en los que no lo pasamos bien y sufrimos la intensidad del Real Madrid, el partido fue parejo. Ellos tuvieron más el balón, pero nosotros dimos la sensación de tener bien cubiertos los espacios”. “Nos faltó mucha más conexión en ataque”, terminó diciendo.
El plan estuvo muy claro desde el primer minuto y hasta el final. No varió casi nunca, tal vez en el arranque del segundo acto durante unos minutos, pero poco más. El Cholo Simeone ordenótener las líneas muy retrasadas y la apuesta falló. El entrenador argentino jugó a la ruleta rusa, soñando con un único y certero disparo que derribara la portería del Real Madrid, pero al final se lo dio a sí mismo. Los cambios que realizó en el segundo tiempo, cuando el Atlético aún jugaba con once jugadores, buscaron amarrar más que arriesgar, revelándose como definitivos. Cuando Arda Turan fue expulsado –minuto 76–, el desenlace se podía prever.