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Koke no necesita que le den premios para reivindicarse: 12 asistencias en 15 partidos
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acumula 12 pases de gol en 15 partidos

Koke no necesita que le den premios para reivindicarse: 12 asistencias en 15 partidos

Decían que arrancó el curso disperso. Mientras, él sigue a lo suyo: con 12 pases de gol en lo que va de temporada desempeña un papel decisivo en el crecimiento rojiblanco

Foto: Koke celebra con Juanfran uno de los dos goles que acumula en el presente curso.
Koke celebra con Juanfran uno de los dos goles que acumula en el presente curso.

"Yo le dije a Koke que iba a tenerle en cuenta y él se quedó". Antes de aterrizar en el Calderón para iniciar su etapa como entrenador del Atlético de Madrid, el ojo clínico del Cholo Simeone ya se había fijado en el canterano rojiblanco. Tanto es así que una de las primeras cosas que hizo nada más ocupar su puesto en el banquillo fue impedir que hiciera las maletas en busca de minutos. A pesar de que Gregorio Manzano no le dio demasiado cuartelillo, el argentino estaba decidido a darle una oportunidad. El tiempo le ha dado la razón y en menos de tres años, cuando todavía no ha cumplido los 23, el vallecano es desde hace tiempo uno de los estandartes del Atlético. Un equipo que no se amilana ante nadie y está dispuesto a seguir agrandando una época de vino y rosas que perpetúe el estado de exaltación que inunda el día a día de su enfervorecida parroquia.

El pasado sábado, en el triunfo ante el Córdoba por 4-2, Koke volvió a ser una pieza fundamental en el engranaje rojiblanco. Con 2-1 en el marcador, dos centros desde el perfil izquierdo dieron origen a sendos cabezazos de Mandzukic y Raúl García, aunque el navarro gozó de la inestimable ayuda de un defensa andaluz, para esclarecer el panorama y abrochar una victoria que no se podía escapar bajo ningún concepto. Dos pases con los que suma la friolera de 12 asistencias en 15 partidos, o lo que es lo mismo: 0,8 pases de gol por noche. Una animalada si lo comparamos con las 17 asistencias (13 en Liga, 2 en Champions y 2 en Copa del Rey) que logró el curso pasado. Una cifra que le valió para ser el segundo máximo asistente de la competición doméstica, sólo superado por Ángel Di María (17). Una temporada brillante que no tuvo su rúbrica a nivel de galardones individuales. El pasado 27 de octubre, en la gala de los premios de la Liga, no fue seleccionado como mejor centrocampista de ataque de la competición en favor de Iniesta. Un revés que no le ha impedido continuar con su espléndida progresión. Y eso que algunos se atrevieron a cuestionar su momento de forma en los primeros partidos de la temporada.

Pero él a lo suyo. Sus guarismos en esta faceta del juego han ido creciendo progresivamente desde que Simeone está a los mandos. En la temporada 2012/2013 ya acabó con 13 pases de gol. Un salto bestial si lo medimos con las dos de la campaña 2011/2012 o el único pase rematado al fondo de la red en el año de su estreno con los mayores (2010/2011). Un nutriente básico a la hora de desatascar el espesor ofensivo que en muchos momentos atormenta al Atlético. Su lista de socios es prolífica. De todos ellos Miranda es quien se lleva la palma hasta el momento. Ya saben, centro de Koke y cabezazo del brasileño. Los tres goles del central en este curso han venido tras un envío medido del centrocampista.

Le siguen Raúl García, Griezmann y Mandzukic con dos. Por último, en la lista también figuran Tiago, Godín y el mexicano Raúl Jiménez con uno. Ante el Malmö, rival de los rojiblancos este martes (20.45 horas, C+ Liga de Campeones) se convirtió en el primer jugador español que dio tres asistencias en un partido de Champions. Tranquilidad, sosiego, precisión y astucia a partes iguales para un alumno aventajado del infalible laboratorio del Cholo (12 goles a balón parado hasta la fecha). Por algo se le ha colgado el cartel de sustituto de Xavi Hernández en la Selección y por eso, como dijo el Cholo un día, va camino de convertirse en uno de los diez mejores futbolistas del planeta. Su proyección abruma y no conoce límites.

“Sé Cristiano, sé Messi, sé Koke…”. El pasado verano, el Cholo Simeone sorprendía con una aparición estelar en uno de los spots más comentados por la gente del fútbol. Es lo que tiene la victoria. Después de la excelente temporada del Atlético, campeón de Liga y finalista de la Champions, los rojiblancos se encargaron de quebrantar el bipartidismo Real Madrid-Barcelona. Sin una técnica despampanante ni una estrategia vistosa, se colaron en la fiesta de los grandes por méritos propios gracias a una filosofía basada en la intensidad, el compromiso, el sudor y el sacrificio. Una apuesta donde prepondera, tal y como reza el eslogan que recubre la cristalera del Calderón, jugar cada partido como si fuera el último. La receta que ha servido a los colchoneros para recordar el sabor de la gloria. Un crecimiento que, pese a la ausencia de algunas piezas clave, ha seguido su curso gracias a una espina dorsal entregada a la causa donde Koke es uno de sus miembros de honor.

Porque el canterano optó por no forzar y seguir en su casa. Aunque novias no le faltaron. La más descarada fue el Barcelona. Al finalizar la pasada temporada, el club azulgrana mostró un decidido interés en hacerse con sus servicios. “Si paga la cláusula, no hay nada que hacer”, se lamentaba Futre en aquellos días de nerviosismo generalizado. Finalmente la mala noticia no se confirmó y, en contra de lo que apuntaban los rumores, los 60 millones de euros de la cláusula fueron un obstáculo insalvable. Además, el jugador no quería irse. "Una parte de mí decía que era difícil decirle que 'no' al Barcelona pero quería seguir en mi casa, en el mejor momento en muchos años del Atlético de Madrid. No era el momento de marcharme, ésta es mi casa, donde me siento querido y el club decidió apostar por mí. Además, el club no tenía necesidad de venderme. De haber tenido esa necesidad se hubiera hablado entre todas las partes y se hubiese tomado una decisión interesante para los dos, para todos. Pero, ¿cómo me iba a ir en el mejor momento del Atlético?", argumentaba el propio jugador en una entrevista con el diario AS.

Viaje a Suecia en el mejor momento

En medio de este buen momento de fútbol y resultados, este martes, los colchoneros se miden a un Malmö a quien hace menos de dos semanas goleadon sin piedad en el Calderón. Un encuentro que supuso una liberación y un paso de gigante para certificar el pase a octavos. Aunque, como suele ser habitual, Simeone opta por la prudencia. "Está todo tan apretado y difícil. Hay cuatro campeones, no subestimaría ninguna situación. Creo que este grupo va a estar muy peleado hasta la última fecha", concedía en la rueda de prensa previa al partido. Después, quedará recibir la visita de un Olympiacos sin miedo a nada y visitar a una Juventus herida en su orgullo y con ganas de evitar repetir el colapso de la campaña pasada. En realidad no es momento de cábalas. Se trata de continuar con la tendencia alcista y la buena tónica que surgió tras el rapapolvo de Mestalla. Hasta los delanteros, ahora que a Cerezo le da por decir que si fuera hoy Diego Costa seguiría en el Atlético, están de dulce. Mandzukic (7 goles) y Griezmann (4) han revertido la sorprendente lista de goleadores de las primeras semanas de competición, cuando Miranda lucía como pichichi.

Los dos han compartido titularidad en los últimos tres partidos. Con todo el equipo disponible, la única duda volverá a estar en la delantera. "Griezmann y Raúl García están bien los dos, creo que los dos pueden darnos las soluciones que buscamos, pero también pueden jugar juntos", deslizaba el Cholo. Pese a la vuelta de Tiago, el pivote en la medular volverá a ser para la pareja Mario-Gabi y en defensa, aunque Ansaldi esté disponible, el carril zurdo estará ocupado por Siqueira. Por su parte, los suecos afrontan el duelo con su equipo de gala y se agarra a sus buenos números en casa (no ha perdido ni encajado un gol en sus últimos ocho partidos de competición europea jugados ante su gente). Eso sí, el técnico local, Age Hareide, no ha querido revelar si se decantará por el 4-4-2 o recurrirá al 5-3-2, retrasando a Halsti al centro de la zaga, tal y como hizo en el partido en el Calderón.

"Yo le dije a Koke que iba a tenerle en cuenta y él se quedó". Antes de aterrizar en el Calderón para iniciar su etapa como entrenador del Atlético de Madrid, el ojo clínico del Cholo Simeone ya se había fijado en el canterano rojiblanco. Tanto es así que una de las primeras cosas que hizo nada más ocupar su puesto en el banquillo fue impedir que hiciera las maletas en busca de minutos. A pesar de que Gregorio Manzano no le dio demasiado cuartelillo, el argentino estaba decidido a darle una oportunidad. El tiempo le ha dado la razón y en menos de tres años, cuando todavía no ha cumplido los 23, el vallecano es desde hace tiempo uno de los estandartes del Atlético. Un equipo que no se amilana ante nadie y está dispuesto a seguir agrandando una época de vino y rosas que perpetúe el estado de exaltación que inunda el día a día de su enfervorecida parroquia.

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