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La derrota más dulce de Fernando Torres
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SU ATLETI PISA LISBOA A COSTA DEL CHELSEA

La derrota más dulce de Fernando Torres

Torres vivió la derrota más dulce de su carrera. Se quedó sin final de Champions, pero al menos se consoló al ver que su otro equipo estará en Lisboa

Foto: Fernando Torres tras marcar el gol al Atlético de Madrid (Efe).
Fernando Torres tras marcar el gol al Atlético de Madrid (Efe).

Fernando Torres vivió la derrota más dulce de su carrera deportiva. El delantero del Chelsea se quedó sin final de Champions, pero al menos se consoló al ver que su otro equipo regresaba al último partido de la Copa de Europa cuarenta años después. Su cuerpo no estará en Lisboa, pero su mente seguro que sí y lo hará apoyando al equipo que ayer le eliminó. Comprometido con una idea, con una manera de entender la vida.

Intentó repetir final por todos los medios. Tanto en su estadio como una semana atrás en la que fue su casa y que seguro volverá a ser. Hizo todo lo posible por ver al Chelsea en la final. En el Calderón se tuvo que hacer pasar por Náufrago ante la soledad a la que le condenó Mourinho, mientras que en Stamford Bridge contó con más colaboración hasta que el técnico decidió que ya había tenido suficiente tiempo, curiosamente con el marcador en contra y con un Chelsea eliminado.

Torres provocó la reacción rojiblanca. El campeón del mundo estaba siendo el jugador más peligroso de los de Mourinho. Se dejaba ver, molestaba, tenía ganas y velocidad. Miranda y Godín sufrían tanto con sus desmarques como con su potencia. El delantero era la referencia de sus compañeros, tanto que Azpilicueta le terminó por encontrar en el minuto 36. Balón al área y por allí aparece el exrojiblanco para acertar a batir a Courtois, tras tocar su remate en Mario Suárez.

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El punta marca, el gol en ese momento significaba el pase del Chelsea a la final, y tiene la suficiente sangre fría para no celebrar el gol. Levantó las manos como si su conciencia hubiera sido traicionada en ese momento. Hizo lo que debía. Profesional y honesto con sus colores, los que le dieron todo cuando era niño y no tan niño. En ese instante pasaron multitud de imágenes por su mente, tal y como sucedió el domingo anterior. En esa ocasión el rival era el Liverpool, su tercer equipo. En esa ocasión no marcó. Se la dio a Willian para que lo hiciera, pero sabía que era el tanto que sentenciaba la Premier en contra del Liverpool. Destino caprichoso.

El tanto de Torres despertó a la bestia rojiblanca que parece haber criado Simeone. Adrián, Diego Costa y Arda dieron la vuelta para que la afición rojiblanca celebrara en Stamford Bridge el pase a la final cuarenta años después. Antes, el delantero tuvo que abandonar el terreno de juego y lo hizo ovacionado por los suyos, es decir, por los unos y los otros. Los de azul y los de rojiblanco. Poco importó a Mourinho que fuera el mejor de los suyos. Los del Atleti suspiraron; los del Chelsea se lamentaron. En su casa tuvo tiempo de repasar el partido y de darse cuenta que jamás una derrota había sido tan dulce.

Fernando Torres vivió la derrota más dulce de su carrera deportiva. El delantero del Chelsea se quedó sin final de Champions, pero al menos se consoló al ver que su otro equipo regresaba al último partido de la Copa de Europa cuarenta años después. Su cuerpo no estará en Lisboa, pero su mente seguro que sí y lo hará apoyando al equipo que ayer le eliminó. Comprometido con una idea, con una manera de entender la vida.

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