Si Mourinho les sigue negando la contra, en el Atlético lo darán todo a balón parado

El duelo de pizarras entre Mourinho y Simeone vivirá este miércoles el segundo y definitivo asalto. Tras el ultradefensivo planteamiento del luso en el Calderón hace siete días, refrendado en la victoria del domingo en Liverpool, las incógnitas se centran en saber cómo jugará el Chelsea ante su público. La posibilidad de que los Blues repitan por tercera vez consecutiva la misma disposición táctica general gana bastantes enteros con el paso de las horas. Y en el Atlético se preparan para poder sacar adelante todo tipo de partido.

A Simeone y sus ayudantes les gusta anticiparse, imaginar de qué manera juagará el contrario para así encontrar sus puntos débiles (por el sitio donde atacar) y sus puntos más fuertes (aquello que más hay que prestar atención al defender). En la ida no tuvo que elucubrar porque, según confesó el propio técnico argentino, les filtraron la alineación rival en la víspera. Para sacar ventaja de esa batalla previa de espionaje y contraespionaje, la expedición rojiblanca se convertirá en un auténtico búnker, como caracterizan siempre las horas previas a todos los partidos importantes que le ha tocado jugar al Atlético del Cholo.

Lo que sí se puede avanzar es que, tras analizar el choque de ida, donde los del Manzanares llevaron el peso de la posesión y fueron prácticamente incapaces de inquietar al portero rival, en el Atlético han puesto mucho hincapié en la necesidad de afinar las estrategias a balón parado en Stamford Bridge. Más allá del desarrollo del partido, es seguro que las ocasiones de gol brillaran por su ausencia mientras el partido no se rompa por un tanto.

El Chelsea debería proponer más en ataque que lo visto en el Calderón si quiere llevar la iniciativa en el marcador, más que nada por el riesgo que supone encajar un gol que le obligaría a hacer dos a ellos. A esto ayudará la aportación de Hazard si finalmente el belga se recupera a tiempo.

“El Chelsea defiende peor la pelota parada”

Simeone, mientras habló de las similitudes de ambos conjuntos en la rueda de prensa previa a la ida, deslizó una puntualización muy significativa que pudo pasar desapercibida: “Los dos tenemos una buena pelota parada… a favor”, dijo con una pausa nada casual en la parte final de la frase. Y es que sabe el argentino que sus hombres defienden mucho mejor el balón parado que el Chelsea. No llega a serunlunarestratégicodel conjunto de Londres, pero sí que de vez en cuando ha cometido despistes ahía lo largo de toda la temporada que han costado goles.

De ahí que no acabaran demasiado satisfechos los responsables colchoneros por la cantidad de córners tan poco aprovechados que tuvieron en casa el martes pasado. La galería de ensayos se ultimará con el once titular en estas últimas horas que restan para el duelo. Gracias a la pizarra donde el Mono Burgos tiene tanto peso contará a la hora de elegir cuáles jugadas se ejecutarán, en qué orden o de qué manera. Pero sobre todo tendrá un peso primordial que lanzadores (conviene no olvidarse de la posible aportación deSosa durante el encuentro) y rematadores (que explica la segura presecia de Raúl García)estén tan finos como en tantos momentos cruciales de la historia reciente del club.

Si Mou decide repetir el repliegue intensivo a ultranza, intentarán penetrar con combinaciones rápidas buscando siempre acabar jugada, aunque eso sí, sin arriesgar demasiado para evitar desgracias como la de Steven Gerrard en el duelo liguero de la Premier de este domingo. El Atlético buscará llevar peligro, sobre todo, a través de su gran poderío en córners o faltas cerca del área rival. Estiman que la presencia del veterano portero Schwarzer, suplente del lesionado Cech, debe acabar notándose en el juego aéreo. Y si el capitán John Terry es al final baja, también son buenas noticias en ese aspecto para el equipo español.

En definitiva, la expedición colchonera que este martes llega a Inglaterra con el sueño de repetir final de Copa de Europa 40 años depsués tiene la idea de que la eliminatoria la decidirán los pequeños detalles. Y entre todos esos, la mayor virtud de ellos debe ser la estrategia en balones parados. A falta, claro, de poder tener metros de campo libres para contragolpear, que aparecían si se consigue marcar el primer tanto del choque.