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El tesón de Cristiano no tiene límites y forja una victoria dedicada al desafortunado Jesé
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EL CANTERANO TIENE ROTO EL CRUZADO

El tesón de Cristiano no tiene límites y forja una victoria dedicada al desafortunado Jesé

Real Madrid y Schalke saltaron al campo sabiendo cómo iba acabar la película, con los blancos en cuartos de final. La lesión de Jesé fue la peor noticia

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Real Madrid y Schalke saltaron al campo sabiendo cómo iba acabar la película: el 1-6 de la ida fue un ‘spoiler’ en toda regla. Y si el resultado fue lo más comentado en el Veltins Arena, este martes fue lo de menos. Con suma facilidad, el líder de la Liga BBVA logró una victoria (3-1) en pleno estado de relajación, de ahí el tanto de los alemanes. Un triunfo forjado con el tesón de un Cristiano que no conoce los límites y la guinda de un Morata que necesitaba un gol que reforzase su moral. No fueron los goleadores los que se llevaron la atención de los focos sino Jesé. La mala suerte se cebó con el canario que tiene roto el cruzado de la rodilla derecha.

Veinte minutos tardó en calentarse un partido que era mero trámite. La contundencia madridista de la ida acabó con cualquier intriga y el choque terminó de congelarse cuando Jesé abandonó el campo lesionado a los pocos minutos del pitido inicial. En una entrada de Kolasinac, ambos se fueron al suelo en la banda derecha y la mala suerte se cebó con el canario: el jugador del Schalke cayó encima de la rodilla derecha del canterano que vio cómo su noche europea se acababa antes de tiempo. Bale fue el encargado de sustituirle en un equipo plagado de caras jóvenes, pero con una columna vertebral sobradamente experimentada.

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Tuvo que ser Cristiano el que quitase el susto del cuerpo al Bernabéu. El luso fue el encargado de rematar una jugada que comenzó con Morata, que se fue fácil y dio un pase en profundidad para Bale. El galés estaba en la banda derecha, junto al área grande, y con la derecha puso un pase raso que Cristiano recibió para marcar fácilmente desde el área pequeña ante Fährmann. El nivel del guardameta y su defensa facilitaba que el Real Madrid, con lo justo, llegase con cierto peligro aunque sin asustar. En esas acometidas hubo un nombre propio, Álvaro Morata, al que le entraron las prisas después de fallar un gol que ya cantaba el Santiago Bernabéu.

Ayudado por el pase de Matip, Bale se hizo un autopase y galopó a su antojo por la banda derecha para asistir a Morata que, sólo ante el portero, falló. El canterano se equivocó al golpear con la derecha y a pesar del error, escuchó cómo el estadio le aplaudía tímidamente. Ese gesto de ánimo se convirtió en silbidos cuando, producto de las prisas, se llenó de balón y estrelló el balón en la defensa. Mientras Morata intentaba subsanar sus errores, el Schalke parecía haberse esfumado del partido. Nada más lejos de la realidad.

Con toda la facilidad del mundo, Höwedes pegó al balón casi desde su casa. La relajación del Real Madrid era tal que ni los centrocampistas ni los centrales salieron al paso del jugador del Schalke para desesperación de Ancelotti. El disparo de Höwedes dio en Sergio Ramos descolocandoa Iker Casillas, que no tuvo tiempo de reaccionar, y reactivando a los 4.000 aficionados alemanes que animaban como si fuera el Schalke el que tuviera pie y medio en la siguiente fase. Con algunos destellos de calidad de Isco, Karasev señaló el tiempo de descanso. El paso por vestuarios espoleó a un Real Madrid al que no le terminaba de convencer el empate: buscaban una victoria para dedicársela a Jesé, presente en la mente de todos sus compañeros.

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Sin Xabi Alonso sobre el césped, el partido de rompió. Sin prisa, pero sin pausa, los madridistas fueron probando suerte, poniendo a prueba los reflejos de Fährmann. Con lo que no contaba el portero del Schalke era con dos errores consecutivos de su defensa que ayudaron a que el Real Madrid diera un golpe de autoridad. Cristiano metió la sexta y apareció con semejante potencia que no le hizo falta regatear a los dos defensas que dejó atrás; acto seguido golpeó raso buscando el primer palo y colocó el balón en el fondo de las redes. En la siguiente jugada, el remate de un insaciable Cristiano acabó en el larguero; el rebote le llegó a Bale que,generoso, se lo cedió a Morata. Y esta vez sí que vio portería. Lo único que animó la sobria celebración del canterano fueron las felicitaciones de todos y cada uno de sus compañeros.

Los tres goles que figuraban en la cuenta del Real Madrid le sabían a poco a Cristiano. El luso jugaba como si no existiera un mañana, como si desconociera el nombre del siguiente rival en Liga. Siguió insistiendo mientras escuchaba los aplausos de un Bernabéu que no sólo se puso en pie, también coreó su nombre. Con la aficiónentregada al portugués, el partido perdió la poca chispa que tenía y el estadio se fue vaciando. Todos tenían la mente puesta en el domingo... y en Jesé.

-- Ficha técnica:

3 - Real Madrid: Casillas; Nacho, Sergio Ramos (Carvajal, m.70), Varane, Coentrao; Xabi Alonso (Casemiro, m,46), Illarramendi, Isco; Cristiano Ronaldo, Jesé (Bale, m.8) y Morata.

1 - Schalke: Fährmann, Hoogland, Howedes (Papadopoulos, m.59), Matip, Kolasinac; Ayhan (Annan, m.81), Neustädter; Obasi, Draxler, Meyer y Huntelaar (Szalai, m.46).

Goles: 1-0, m.22: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.31: Ramos, propia puerta. 2-1, m.75: Ronaldo. 3-1, m.76: Morata.

Árbitro: Sergei Karasev (RUS). Mostró tarjeta amarilla a Illarramendi (m.58) y Papadopoulos (m.80).

Incidencias: encuentro de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 58.000 espectadores.

Real Madrid y Schalke saltaron al campo sabiendo cómo iba acabar la película: el 1-6 de la ida fue un ‘spoiler’ en toda regla. Y si el resultado fue lo más comentado en el Veltins Arena, este martes fue lo de menos. Con suma facilidad, el líder de la Liga BBVA logró una victoria (3-1) en pleno estado de relajación, de ahí el tanto de los alemanes. Un triunfo forjado con el tesón de un Cristiano que no conoce los límites y la guinda de un Morata que necesitaba un gol que reforzase su moral. No fueron los goleadores los que se llevaron la atención de los focos sino Jesé. La mala suerte se cebó con el canario que tiene roto el cruzado de la rodilla derecha.

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