Michel se trabaja en Champions el derecho a pensar en un futuro en blanco

Grecia está de moda y no por noticias relacionadas con su situación económica o social. Esta semana, el país heleno acaparó todos los focos en la primera jornada de Championsal aprovecharse de un Manchester United cuya herida no parece tener cura. Es cierto que la eliminatoria no está sentenciada y que en Old Trafford los sueños se hacen realidad, pero Olympiacos ha golpeado primero dejando el pase a cuartos bien encaminado. Al mando del proyecto encontramos a un viejo conocido del fútbol español. Después de algunos tropiezos en la Liga, Michel llegó al Pireo, triunfó y ahora está demostrando que no fue flor de un día. Su equipo no sólo apabulla en Grecia, también se luce en Europa. Y ésta es la mejor pasarela para que, en un futuro, Michel reemprenda el camino de vuelta y pueda sentarse en el banquillo del Bernabéu.

Después de pasar por Rayo, Real Madrid Castilla, Getafe y Sevilla, Michel cambió España por Grecia. El que fuera jugador blanco aterrizó en Atenas hace un año aproximadamente y aunque cayó en la Europa League frente al Levante, quitó ese sabor amargo a los seguidores de Olympiacos dándoles dos motivos para celebrar: se proclamaron campeones de la Super Liga y de la Copa de Grecia. En semejante aterrizaje nada tuvo que ver la suerte del principiante pues en la presente temporada lidera el campeonato doméstico griego con una renta de veinte puntos sobre el segundo clasificado, el PAOK, y ha logrado dar un salto cualitativo en Europa sabiendo amoldar el equipo a los distintos escenarios en los que se desenvuelve. Y todo esto teniendo en cuenta que Olympiacos lleva más de un año invicto.

Grecia apareció en el momento justo. La oferta de sentarse en el banquillo de Georgios Karaiskakis supuso un cambio de tercio cuando parecía que su carrera se había quedado estancada. Michel cambió su papel de comentarista por el de entrenador y las cosas no terminaron de salir como habría planeado. En su etapa en el Rayo Vallecano no consiguió ascender de categoría y cuando cogió las riendas del Castilla, se dio la situación contraria: descendieron. Tras su paso por la que fue su casa, se dirigió al sur de Madrid para ponerse al frente del Getafe a lo largo de casi dos temporadas. Con la batuta en las manos de Michel, el conjunto ‘azulón’ se salvó del descenso para conseguir, después, la clasificación para disputar la extinta UEFA acabando en sexta posición, el mejor puesto de la historia del Getafe.

Cambió la capital por Sevilla, donde los resultados no acompañaros mientras su nombre aparecía siempre que se hacían apuestas sobre los inquilinos del banquillo madridista. El “suena Michel” se convirtió en una constante. El propio protagonista confesaba en una entrevista a El Confidencial que creía que su nombre salía “por descarte, es lo de todos los años. Todos somos candidatos para dirigir a cualquier club del mundo y a aclimatarse a la situación”. En aquel mismo encuentro, estaba presente Camacho, alguien que ya sabe qué es sentarse en el banquillo del Santiago Bernabéu. El de Cieza emitió su propia sentencia: “Creo que la historia dice que Michel tiene que ser entrenador del Real Madrid”.

De momento, ese capítulo del madridismo ni está escrito ni está descartado. En aquella entrevista, Michel aseguraba que “no lo pienso, de verdad. Si me disperso en mi trabajo no conseguiré progresar”. Y en esas está. El último tanto que se ha apuntado ha sido ganar a todo un Manchester United que vive sumido en la penumbra. En manos del Olympiacos está eliminar a los ingleses y colarse en los cuartos de una competición que se ha convertido en el trampolín perfecto tanto para jugadores como para entrenadores. La Champions es el mejor de los escaparates y los focos mediáticos que atrae sirven para vender las mejores virtudes de unos y otros. Europa está siendo para Michel la ocasión de mostrar que está haciendo méritos para volver a la que fue su casa, esta vez como técnico. Y mientras, el entrenador de Olympiacos hará lo que dijo a este periódico: “Lo mismo que hice cuando era un chaval y soñaba con ser futbolista: estar preparado por si me llaman”.