El nuevo Atlético pondrá a prueba en Europa la decadencia del Calcio

El capitán del Atlético de Madrid lo pidió tras ganar al Valencia este domingo y el sorteo le ha hecho caso. Gabi no explicó por qué, pero se sinceró admitiendo que le hacía ilusión jugar en octavos de final de la Liga de Campeones ante el AC Milan, y así será el19 de febrero en San Siro y el 11 de marzo en el Vicente Calderón. El nombre y la historia del club rossonero están muy por encima de las prestaciones de la actual plantilla. Ante esa peligrosa realidad jugarán los hombres de Simeone, con el fin de regresar a los cuartos de final 17 años después.

La intensidad y la competitividad que definen a los rojiblancos contrastan con la irregularidad del único conjunto italiano que queda vivo en la presente edición de la más importante competición de clubes. El fracaso de la Juventus y el amargo adiós del Nápoles dejan solo al Milan, cuyos números en liga le retratan perfectamente: es decimosegundo a 25 puntos del líder, la Juve, a diez de los puestos europeos y a solo cinco de la zona de descenso. Equipo vulgar… pero peligroso, porque en su plantilla sigue habiendo grandes futbolistas.

Así pues, la decadencia general del Calcio, que está lejos del honorífico título de ‘fútbol más fuerte del mundo’ que ostentó durante dos décadas sin discusión, se refleja en el caso particular del Milan. El gran proyecto de Berlusconi da sus últimos coletazos, sin apenas capacidad económica y con problemas institucionales donde Galliani, consejero delegado, no tiene feeling con la hija del magnate y político italiano, Barbara. Ella es quien trata de poner orden en una sociedad cuyos tumbos y bandazos se reflejan sobre el césped.

Kaká, Robinho, El Shaarawy… y la locura de Balotelli

El brasileño Kaká, repescado tras su triste paso por el Real Madrid, es uno de los nombres propios de un equipo descompensado e irregular. Robinho acompaña a su compatriota en esta aventura, donde los jóvenes italianos Balotelli y El-Shaarawy ponen dosis de calidad y peligro mezcladas con la incertidumbre de su extraño rendimiento. El también internacional azzurro Montolivo, que se perderá la ida de la eliminatoria en San Siro por sanción, lleva la batuta atacante. El esquema se verá reforzado por el japonés Honda, recién fichado del CSKA de Moscú pero que no puede jugar competición europea con el Milan esta temporada.

El proyecto de Allegri tiene en la Champions su única motivación, aunque la fragilidad de su planteamiento, accedió a octavos como segundo al empatar a cero el partido decisivo en casa ante el Ajax tras pasar encerrado los 90 minutos, no le auguran un largo futuro en esta competición. Jugando así, de nada sirve que la haya ganado siete veces, el segundo club más laureado tras el Real Madrid.

La falta de actitud competitiva demostrada en esta mitad de temporada deja en evidencia al equipo ante el rival más inesperado del campeonato italiano. Su defensa, con hombres como el colombiano ex del Villarreal Zapata o el francés Mexes está lejos de la sobriedad del fútbol transalpino. El refuerzo de Rami, procedente del Valencia, sí debería notarse en la eliminatoria ante el Atlético. Y en la portería juega un viejo conocido de los rojiblancos, Christan Abbiati, de 36 años y que en la 2007/08 jugó como cedido 30 partidos en el club del Manzanares.

El peligro de un gigante dormido

Pero si algo le sobra al Milan es nombre. Un gigante dormido acostumbrado a este tipo de eliminatorias, y que seguro dará lo mejor de sí en noches como las dos que le esperan ante la sensación del fútbol español, cuyo punto débil es la inexperiencia precisamente. Los milanistas consiguieron empatar a uno hace unas semanas ante el Barcelona, rival en la fase de grupos recién terminada, con una buena imagen aquel día de Kaká y Robinho, muy lejos de lo que vienen haciendo habitualmente cada fin de semana. Y a diferencia de la Juventus, equipo más en forma de Italia, ellos sí han accedido a la siguiente fase de la Champions.

El peligro está ahí para los de Simeone, y es difícil saber cómo llegarán a febrero ambos conjuntos. Pero si se jugara mañana, el duelo tendría totalmente color rojiblanco. Quién lo iba a decir hace poco más de seis años, cuando el Milan levantaba su séptima ‘orejona’ mientras el Atlético luchaba por rozar, si acaso, los puestos europeos cada año. Esas tendencias cambiantes se encuentran en una bella eliminatoria de octavos.