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Messi recupera el gol, pero sigue sin aparecer el genio en todo su esplendor
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MEJORÍA DEL ARGENTINO ANTE EL MILAN

Messi recupera el gol, pero sigue sin aparecer el genio en todo su esplendor

Despachó el Barcelona al Milan en un partido sin lustre. Messi, en entredicho las últimas semanas, recuperó el gol y dejó muestras de mejoría

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No parece alterarle al Barcelona el ruido acerca del estilo, debate muy pasional en un club que ha cuidado el cómo ganar tanto como la victoria en sí. Le basta por el momento su versión más gris para despachar rivales y continuar con la velocidad de crucero en este inicio de temporada. No admiten dudas los números en este Barça de Martino, que sigue sorprendido de que se cuestione la forma de ganar cuando el equipo domina su grupo en Europa y el campeonato de Liga con puño de hierro. Ante el Milan, rival balsámico en el último año, completó una primera parte correcta. Sin estridencias, pero recuperando algunas de las señas de identidad que encumbraron a este grupo de jugadores al olimpo de las leyendas. Volvió a silbar el balón, se recuperó el pase multiplicador y se armó el equipo a través del balón más que a través del espacio. A ello ayudó un Milan en fase de derribo que deambula entre los grandes a la espera de tiempos mejores. Sólo el escudo y la camiseta recuerdan el equipo que no hace tanto reinó en el Viejo Continente.

Pese a la ternura del equipo italiano, tanto en defensa como a la hora de armar el juego, no fue hasta el minuto 20 cuando Alexis tuvo en sus botas la primera gran ocasión del partido. No llegó el chileno a embocar a gol cuando parte de la grada ya celebraba el primero. Pareció despertar el Barça. También Messi, que a la espera de salir del diván repitió ante el Milan con dos goles. Abrió el marcador desde el punto de penalti y cerró el partido en otra llegada endiablada desde atrás. Dos fogonazos, dos goles. No es gran rédito para el vigente balón de oro, pero al menos le sirve para recuperar autoestima mientras él mismo descifra la verdadera dolencia que le aflige. Volvieron a enchufarse algo más Xavi e Iniesta, intermitentes en esta primera fase de la temporada. Recuperó pausa y combinación el Barcelona y elevaron su presencia los volantes, culpables de la esencia del equipo, en contra de los delanteros.

Se gustaba el Barcelona ante un Milan sin dictado ni picante y que un gol de Busquets pareció enterrar. El 16 azulgrana cabeceaba un centro medido de Xavi para dejar encarrilado el encuentro. Pese a ser un rival apacible, no pasó la ocasión de dejar un susto en el Camp Nou. Una cabalgada de Kaká, apenas la sombra del que fue, propició un gol en propia puerta de Gerard Piqué. El tanto milanista le daba vuelo a un partido que apenas había tenido chicha en su primer acto.

Tras el paso por vestuarios, llegó el vértigo al Camp Nou

La segunda parte elevó las pulsaciones de ambos conjuntos. Se descorchó el partido y perdió el Barcelona el norte. Entró al intercambio de golpes el equipo azulgrana. Se hizo más largo el conjunto de Martino y propició varias contras peligrosas de los de Allegri. Al toque de corneta de Kaká, que de vez en cuando recuerda al genio que fue, y con Balotelli como nueva veta a explotar en la segunda mitad, los italianos llevaron la inquietud al coliseo azulgrana. Pasado el cuarto de hora, el brasileño remató desde el área pequeña rozando el palo corto un centro medido de Balotelli. Con potencia, ‘SuperMario’ sacó de pista a Piqué y Adriano. No fue suficiente para un Milan que tardará en volver a la primera línea de los poderosos europeos.

No tuvo muchas ocasiones el equipo italiano, pero seguía rondando el empate con un peligro innecesario. Sucede que el Barcelona ha perdido tensión colectiva en buena medida por la falta de trabajo en la presión de sus arietes. Neymar, Messi y Alexis, hoy por hoy titulares en la línea de ataque, han dimitido de muchas de las funciones que antaño sí correspondían a la primera línea de ataque. Cuando agonizaba el partido, cerró el encuentro quien más lo necesitaba: Leo Messi dibujó una arrancada desde atrás, tan características del rosarino, y en tres toques noqueó al Milan, que con el paso de los minutos había ido dimitiendo del partido.

El que sigue siendo puro fuego es Neymar. No fue el partido más brillante del brasileño, algo más desconectado respecto a otros encuentros. Con todo, sigue dejando detalles cuando arranca con el balón pegado al pie. Baila con el esférico con una alegría juvenil, trasladando de esta forma el fútbol a su esencia más primitiva: el juego.

A fuerza de minutos sobre el césped, de recuperar los automatismos naturales de su juego, el Barça sigue buscando al Barça. Como Messi sigue buscando a Messi.

Ficha técnica:

3 - Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Adriano, Sergio Busquets, Xavi (Song, min.88), Iniesta (Cesc, min.78), Alexis, Messi y Neymar (Pedro, min.85).

1 - Milan: Abbiati; Abate, Zapata, Mexès, Emanuelson, Montolivo, De Jong, Poli (Birsa, min.74), Muntari, Kaká (Matri, min.84) y Robinho (Balotelli, min.46).

Goles: 1-0, m.30: Messi, de penalti. 2-0, m.38: Sergio Busquets. 2-1, m.45: Piqué, en propia puerta. 3-1, m.82: Messi.

Árbitro: Milorad Mazic (SRB). Mostró tarjeta amarilla a Abate (min.28), Muntari (min.32), De Jong (min.56), Alexis (min.62).

Incidencias: Partido de la cuarta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou antes 80.517 espectadores.

No parece alterarle al Barcelona el ruido acerca del estilo, debate muy pasional en un club que ha cuidado el cómo ganar tanto como la victoria en sí. Le basta por el momento su versión más gris para despachar rivales y continuar con la velocidad de crucero en este inicio de temporada. No admiten dudas los números en este Barça de Martino, que sigue sorprendido de que se cuestione la forma de ganar cuando el equipo domina su grupo en Europa y el campeonato de Liga con puño de hierro. Ante el Milan, rival balsámico en el último año, completó una primera parte correcta. Sin estridencias, pero recuperando algunas de las señas de identidad que encumbraron a este grupo de jugadores al olimpo de las leyendas. Volvió a silbar el balón, se recuperó el pase multiplicador y se armó el equipo a través del balón más que a través del espacio. A ello ayudó un Milan en fase de derribo que deambula entre los grandes a la espera de tiempos mejores. Sólo el escudo y la camiseta recuerdan el equipo que no hace tanto reinó en el Viejo Continente.

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