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Aterriza en el Bernabéu el entrenador que casi llega a las manos con Guardiola
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Stale Solbakken, líder del copenhague

Aterriza en el Bernabéu el entrenador que casi llega a las manos con Guardiola

Aterriza en el Santiago Bernabéu un técnico peculiar. Stale Solbakken es el entrenador del Copenhague, el hombre que casi llega a las manos con Guardiola

Foto: Stale Solbakken y Pepe Guardiola, discutiendo tras el partido (Reuters).
Stale Solbakken y Pepe Guardiola, discutiendo tras el partido (Reuters).

Aterriza en el Santiago Bernabéu un técnico peculiar. Noruego pero triunfador en Dinamarca, Stale Solbakken ha iniciado esta temporada su segunda aventura en el Copenhague, el club en el que triunfó y en el que se dio a conocer. Al margen de su capacidad futbolística, que ya la ha demostrado, si por algo se le recuerda en nuestro país es por un episodio que vivió con Pep Guardiola. Faltó poco, viendo las imágenes, para que llegaran a las manos.

Fue en noviembre de 2010, tras un partido disputado por el Barcelona en Copenhague, cuando tuvo lugar una trifulca entre Stale Solbakken y Guardiola.Si no llega a ser por la mediación de Busquets, bien pudo haber un roce físico más que serio. Todo empezó unos días antes, cuando el Barça se impuso a los daneses en partido de Champions disputado en el Camp Nou. Cuando ganaban los azulgrana por la mínima. El Copenhague armó una jugada clara de gol, pero Pinto, desde el banquillo, soltó un silbido que paralizó a dos jugadores del Copenhague, pensando ambos que fue el árbitro el que había invalidado la jugada.

La jugada encendió a Solbakken, que afrontó caliente unos días después el partido que se jugó en tierras escandinavas.Acabó 1-1 y nada más acabar el partido tuvo lugar un roce que pudo acabar muy mal. En un primer momento se dieron la mano deportivamente, pero cuando abrieron la boca, la situación se puso algo más que tensa. Solbakken había manifestado que Pinto debería ser sancionado con cuatro o cinco partidos, algo que Guardiola le recriminó sobre el terreno de juego. Ahí se puso en marcha la secuencia.

Solbakken estalló al escuchar las declaraciones de su colega. Sus pulsaciones se multiplicaron por mil, dando la impresión en un primer momento que las palabras podían dar paso a algún hecho nada agradable. Fue en ese momento cuando intervino Busquets, interponiéndose entre ambos y empujando a Solbakken para que el incidente no pasara a mayores.

En la sala de prensa, cuando la sangre se había enfriado, ambos entrenadores tiraron de diplomacia para quitar importancia al asunto. Solbakken afirmó que hubo un malentendido con el lenguaje, señalando que Guardiola le había comentado algo sobre la UEFA y su petición de sanción a Pinto, y que él había intentado explicarle que era una “mala broma noruega”.

Guardiola señaló que “no puede decir que Pinto es una manzana podrida. Él puede pedir la sanción a la UEFA, pero nada más. No puede pedir ante la prensa que sancionen al jugador con más partidos”. Obivamente, quedó claro que Pep no entendió la fina ironía de su colega.

Las palabras del entrenador del Copenhague no convencieron a Guardiola en el mismo césped, de ahí que Solbakken perdiera por unos instantes la compostura, dando la impresión de que el asunto podía pasar a mayores. Por fortuna no fue así y el entrenador escandinavo no tuvo reparos en afirmar que “Guardiolaes uno de los mejores técnicos y fue un jugador excepcional. No le deseo nada malo, pero le contaron algo equivocado”.

Solbakken es más que un entrenador en Copenhague. Un personaje querido que hace apenas mes y medio ha regresado al lugar donde triunfó, tras ser destituido el belga Ariël Jacobs. El visitante del Santiago Bernabéu ganó cinco ligas durante las seis temporadas que entrenó al Copenhague en su primera etapa. Por ello en la ciudad es prácticamente venerado por los aficionados del equipo.

Muchos triunfos sobre un terreno de juego, aunque el más importante lo logró siendo jugador cuando militaba en el Alborg en el 2001. Durante un entrenamiento cayó fulminado y su corazón se quedó parado durante unos minutos. Tenía 31 años y en un primer momento se dio por hecho que no había nada que hacer. Sin embargo, hubo milagro y Solbakken volvió a respirar.

Las pruebas revelaron que el entrenador del Copenhague sufría un defecto congénito en el corazón. En ese momento se acabó su carrera como jugador, pero no su matrimonio con el fútbol. Se le implantó un marcapasos, y aunque se trata de una profesión de alto riesgo para una persona con sus antecedentes, decidió poner a prueba a su corazón en los banquillos. Solbakken vive con intensidad y pasión todos los partidos, y fe de ello puede dar Pep Guardiola. Su competitividad y agresividad no se discuten. Ni siquiera lo hace su cardiólogo.

Aterriza en el Santiago Bernabéu un técnico peculiar. Noruego pero triunfador en Dinamarca, Stale Solbakken ha iniciado esta temporada su segunda aventura en el Copenhague, el club en el que triunfó y en el que se dio a conocer. Al margen de su capacidad futbolística, que ya la ha demostrado, si por algo se le recuerda en nuestro país es por un episodio que vivió con Pep Guardiola. Faltó poco, viendo las imágenes, para que llegaran a las manos.

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