Marcus Rashford, un segundo plato al que Deco ya ve como un menú completo

El Barça logró sumar los tres puntos ante el Elche. Lejos estuvo de ser un partido sencillo para los culés, que venían de perder el Clásico. La resaca emocional la empezó a olvidar Lamine Yamal, pero el zarpazo final fue de Marcus Rashford. El inglés llegó como segundo plato tras el plantón de Nico Williams, quien, según el Barça, se ofreció al club para luego firmar una renovación con el Athletic Club. Los números no engañan: seis goles y siete asistencias repartidos entre 14 partidos, de los cuales solo ha disputado 963 minutos.

El fichaje de Marcus Rashford vino precedido por una ruptura de relaciones entre el delantero inglés y Rúben Amorin. El técnico luso nunca cuajó con la otrora estrella del Manchester United. Hace no tanto, el delantero era el eje del proyecto de los diablos rojos. Un futbolista mayúsculo, con capacidad de liderazgo, facilidad para encontrar el gol y verticalidad en transiciones. En la fina línea que separa a los cracks absolutos y a los grandes futbolistas, la balanza de Rashford se inclinó hacia lo segundo.

TE PUEDE INTERESAR

El Barça logra un sufrido triunfo frente a un audaz Elche y sigue a la estela del Madrid (3-1)

Rafa La Casa

Y como tantas veces pasa, gestionar la situación le pasó factura. Rashford se buscó las habichuelas en el Aston Villa de Emery y, todo sea dicho, su nivel seguía siendo alto, pero ya lejos de un candidato a primera línea. Al regresar a la ciudad de Mánchester, Amorin le dijo que se buscase la vida —todo ello, siendo el sueldo más elevado de la plantilla— y ahí apareció el Barça.

Rashford probablemente sea uno de los mejores movimientos de Deco en la dirección deportiva blaugrana. El portugués logró reducir la ficha del inglés, pagada en parte por el United, y firmar una opción de compra a final de temporada cercana a los 30 millones de euros. ¿Qué buscaba el Barça con esta cesión? Un futbolista capaz de jugar en cualquiera de las opciones del tridente ofensivo; en su lado izquierdo natural, como delantero centro e, incluso, por el lado derecho —zona que, teóricamente, siempre ocupará Lamine Yamal si las lesiones le respetan—.

"Uno o dos goles más habrían estado bien para él. Estoy contento con él, sé que puede jugar a este nivel y lo ha demostrado. Es un jugador importante", respaldó Hansi Flick al finalizar el partido contra el Elche. Quizás, es lo que más se le puede echar en cara a Rashford, su falta de puntería en ciertas ocasiones relativamente sencillas. Que a su vez compensa metiendo golazos mucho más inesperados.

Deco ya trabaja en la operación que traerá a Rashford de manera definitiva a Barcelona, ciudad a la que se ha adaptado sin problemas. El traspaso es asumible incluso para las arcas culés; su ficha actual, no. Se espera un gesto del inglés para continuar en la dinámica blaugrana, donde está siendo importante, siendo capaz de evocar a ese futbolista que aspiraba a ser. Todavía tiene 27 años.

Los problemas de Raphinha, el verdadero líder culé que tanto está echando de menos Hansi Flick, permiten a Rashford disfrutar de minutos en su posición favorita. Ante la probable salida de Lewandowski al finalizar la temporada, retener al inglés es objetivo de la dirección deportiva culé.