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"Cristiano Ronaldo no cumple como mito del Real Madrid. Es cuestión de personalidad"
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Entrevista con el autor

"Cristiano Ronaldo no cumple como mito del Real Madrid. Es cuestión de personalidad"

Diego Barcala publica 'Una breve historia del Real Madrid en 10 goles', donde repasa los entresijos del club. Desde ídolos caídos a niños de la guerra, pasando por la actualidad merengue con nombres propios como Florentino, Xabi o Vinícius

Foto: Cristiano Ronaldo celebra sus cinco Champions (cuatro con el Madrid, una con el United) en su último partido merengue. (Europa Press)
Cristiano Ronaldo celebra sus cinco Champions (cuatro con el Madrid, una con el United) en su último partido merengue. (Europa Press)
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En el verano del 2012, el periodista Diego Barcala tenía una obsesión: ¿por qué el fútbol en España no se integraba con la cultura? "En Inglaterra o en Argentina, se hacen películas sobre ello, los grupos de música lo incluyen en sus letras, los poetas hablan de fútbol, aquí no tenemos nada que envidiarles". Es cierto, en nuestro país, el deporte grande siempre fue inmenso, pero señalado con condescendencia desde la élite cultura. Así nació Líbero, una revista futbolística con Nick Hornby por bandera.

Trece años más tarde, el periodismo deportivo sigue enfrascado en viejas guerras, pero a Barcala le sonó el teléfono. Era Alfredo Relaño, encargado de dirigir una colección de la editorial Eolas sobre fútbol. Una breve historia del Real Madrid en 10 goles tiene el ambicioso objetivo de narrar los últimos 125 años del club. Barcala no se esconde, es un libro escrito a dos manos: la del periodista y la del socio madridista. "Mantengo la tesis de que, a través del fútbol, tú puedes explicar la historia".

Alejado de los tópicos del nacional-madridismo, Barcala atiende a este periódico y repasa, sin guardarse nada, algunos de los nombres propios del pasado y del presente del Real Madrid. Defiende, eso sí, que un aficionado de otro equipo podrá disfrutar de su lectura. La colección editorial aspira a contar la historia de la mayoría de los clubes de España. Spoiler, en camino están los del Atlético de Madrid o del FC Barcelona.

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PREGUNTA. Empecemos por el principio​. El libro está dedicado a tu padre. "Un abono y dos carnets".

RESPUESTA. Se lo dedico a mi padre, porque defiendo que el madridismo es como la mayor parte de todos los equipos de fútbol. Es una cosa que se transmite de padres a hijos. Para mí la afición es ir al fútbol con mi padre y mi hermano y hacer algo que en los años 80 era normal, y ahora es algo rarísimo: mi padre era abonado y sus dos hijos, solo socios, entonces íbamos al puerta y le decíamos "un abono y dos carné" y te contestaba "anda, pasa, pasa". Luego dentro, pues te buscabas la vida. Por ejemplo, uno de mis recuerdos de pequeño era que mi padre tenía el abono con algunos amigos. Así desperdigados. Nosotros nos sentábamos en las escaleras o donde hubiese sitio, y tres filas delante del asiento de mi padre estaban los abonos de Alfredo Pérez Rubalcaba y Jaime Lissavetzky, "mira, mira, esos vienen del Ministerio", me decía. Lo cual también refleja lo que trato de explicar en el librolibro,es que el Madrid es un club con una marca universal, global y demás, pero luego tiene anécdotas y situaciones que le hacen también ser un club local y es el club de una ciudad de madrileños. Todavía en el Bernabéu hay muchos miles de familias madrileñas.

P. No recuerdas cuándo te hiciste madridista, entonces, naciste siéndolo y ya está.

R. Nací siendo madridista porque soy socio desde septiembre del 85 y nací en el 82. Es decir, evidentemente, no tenía uso de razón para hacerme madridista. Esto en cierto modo me genera una especie de pedigrí que lo pongo también en la introducción, porque yo tengo un sentimiento del Real Madrid muy patrimonialista que veremos lo que dura, viendo lo que tiene pensando Florentino... En mi casa el carnet de socio era algo más, no solo un entretenimiento. Eres propietario de un club de fútbol y es una especie de religión y que, efectivamente, como hacen las personas religiosas, pues no se da la elección al bebé de que elija su revisión, se le inculcan esos valores. Y a mí, pues sí, evidentemente me inculcaron esos valores y no hubo opción a elegir es un poco antidemocrático [ríe], yo con mis hijas ejerzo la misma presión, con lo cual tengo este debate interior de si está bien o mal lo que hicieron conmigo.

placeholder Diego Barcala, en una imagen cedida.
Diego Barcala, en una imagen cedida.

P. ¿Son socias?

R. Desde que nacieron. Ya luego se buscarán la vida para. Han hecho algún conato de decir que son del Atleti y he tenido que apagar ese incendio con el mayor de los tactos y evitando la psicología inversa. Pero bueno, veremos qué sucede.

P. Has comentado alguna vez que preferirías que fueran culés.

R. Como buena religión o como ideología política, tiene una lucha interna de ver quién mantiene la hegemonía del discurso. Este sentimiento patrimonial y del club y también lo vinculó a la ciudad y al apellido que lleva el nombre del equipo que es Madrid, pues sostengo que el verdadero derbi. El verdadero rival del Real Madrid es el Atlético de Madrid, porque es con quien uno comparte rivalidad. Los lunes después de un derbi, tocaba verte con los compañeros de colegio. Me molesta mucho lo del forofo oportunista. En el caso de Madrid sucede con el Barça, cuando ha habido guerras políticas con el nacionalismo, pues han aparecido neo madridistas que jamás les habíamos escuchado, pero si se trata de zurrar a los catalanes son los más madridistas del mundo y a mí eso me fastidia mucho. Es muy antinatural y una utilización de la pasión por el fútbol que no me gusta. Me parece más sana la rivalidad con el Atlético de Madrid que con el Barça.

P. En el libro repasas los goles más importantes de la historia del club. Pero, dejando eso a un lado, cuál es tu gol favorito, da igual que sea histórico.

R. He hecho un ejercicio ahí de debatirme entre escribir en primera persona o escribir como periodista o afinado la historia del Real Madrid... Al final los goles más importantes son aquellos que cada uno siente, un gol es relevante para ti porque te retrotrae a un momento muy particular donde lo disfrutaste mucho o en ese momento de tu vida te venía bien o lo que sea. En mi caso, nací en el 82 que se engancha al fútbol y aparece una figura de un madrileño que sale del barro y que se llama Raúl González Blanco. No meto ningún gol de Raúl en el libro, y al final le dedico cuatro párrafos que son un poco artificiales en el gol de Zidane de la novena. Casi como un homenaje y una disculpa por no haberlo incluido, pero para mí el gol de Raúl que mete en el Calderón [Atlético de Madrid 1-4 Real Madrid, 18 de enero de 1997] que se regatea a López y luego marca de aquella manera. Lo he visto mil veces ahora. Lo viví como si fuera Maradona, cuando el gol pues... Igual define mucho a Raúl, medio fe, regateando de manera improvisada, casi con una especie de inspiración. Joder, era un chaval de Madrid de 17 años, que era de la cantera que además tenía pasada el Atlético, mete el gol y se besa el escudo delante del Frente Atlético. Fue un símbolo para mí.

Foto: real-madrid-villarreal-xabi-alonso-vinicius

P. ¿Y qué gol, en contra del Madrid, te viene a la cabeza?

R. [Piensa] Hace poco, hablando con Relaño, comentábamos las veces que el Bernabéu ha sentido una humillación. Se había tenido de manera esporádica situaciones en las que viene un equipazo al Bernabéu y te arranca y te arrasa. Recuerdo el Ajax de Van Gaal, Overmars, Kluivert... Arrollaron en el Bernabéu nos enseñaron cómo era el fútbol moderno y esa sensación la he tenido durante un largo periodo de tiempo con el Barça de Guardiola. No he visto a nadie apropiarse del escenario como ellos. Del balón, del público, el ambiente ... Sobre todo Xavi. Entonces, cualquier gol de estos que normalmente lo terminaba Messi. El Bernabéu nunca está acostumbrado a que el rival sea muy, muy protagonista.

P. ¿Crees que este libro lo podría disfrutar alguien que no sea madridista?

R. Creo que sí, porque la pretensión era hacer una especie de contexto sociológico y casi hasta un contexto político de cada uno de los momentos en los que el Madrid hace un clic en su historia, que es hoy el Madrid. Por ejemplo, como se pasa de la República al Franquismo, cómo la Guerra Civil le destroza su estatus y se lo otorga al Atlético de Madrid que se convierte en Atlético de aviación y, por lo tanto, el equipo favorito del régimen. Pues, oye si te interesa la Guerra Civil, pues conocer la historia de Zamora es importante. En el libro quería destapar alguna anécdota o algún detallito que no fuera conocido. Sabino Barinaga Alberdi inauguró las redes del Bernabéu. Era un tipo que llegó al Madrid procedente del Southampton donde había ido en un barco de exiliados de niños exiliados. Es una historia muy bonita de la cual el Madrid nunca ha presumido. Era un niño de la guerra.

Los últimos goles están más vinculados a cosas deportivas, pero en el último, escojo el gol de Rodrygo de la remontada contra el City no porque para el Madrid suponga una revitalización o un nuevo 'nunca hay que rendirse', sino porque ese gol representa la vuelta del público a los estadios. Por ejemplo, ahora que hablamos de lo del llevarse el Villarreal-Barça a Miami. El mayor atentado no es si se adultera la competición, si el Barça tiene ventaja, el mayor el adulterio es para esos aficionados que van todos los domingos al estadio de la Cerámica de Villarreal y se les está obviando como si no fuesen importantes en esto, y en la pandemia, hubo un momento en el que el fútbol volvió antes que nosotros. Llegó a verse la aberración de falsear sonido ambiente en campos vacíos. Poco a poco, la gente volvió después de la pandemia y en esas remontadas el público adquiere un protagonismo que empodera a la gente que va al estadio. El fútbol se inventó para eso y hay que defenderlo.

placeholder Vinícius, en una imagen reciente. (Europa Press)
Vinícius, en una imagen reciente. (Europa Press)

P. Hay varios goles de los que escribes que sucedieron antes de que existieras. ¿Cómo es el proceso?

R. Me ha gustado más escribir los de los años 30, 40, 50, el del 66 de Amancio y demás que los que todos tenemos todavía frescos en la memoria, aunque sean inevitables para cumplir con el objetivo del libro. Soy bastante ratilla de biblioteca y me encanta ver la hemeroteca de los años 30. La Biblioteca Nacional tiene una hemeroteca digital que es súper potente y lo utilizo un montón para mis reportajes de historias de periodísticas, me encanta. Hay un libro de Julián García Candau del fútbol en la Guerra Civil, no sé, me he comprado muchos libros y he investigado más sobre eso que de la chilena de Cristiano Ronaldo. En los goles recientes, hay más análisis y opinión.

P. Lógicamente, hay dos sospechosos en los goles más importantes del Real Madrid. Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo. Sobre el portugués comentas que, pese a ser probablemente el mejor jugador que ha vestido la camiseta blanca, no ha quedado tan grabado en el madridismo, de su identidad. Pones por delante, por ejemplo, a Raúl González.

R. Mira, me di cuenta de que yo estaba muy alejado de un madridismo hegemónico, digamos que popular, un día aniversario del Real Madrid y se me ocurrió poner en Twitter, en la cuenta de Líbero, un once ideal de la historia de Madrid y de manera natural no incluí a Cristiano Ronaldo. Me refiero, no había un interés editorial. Y empezaron a llegar mensajes y mensajes y mensajes de gente diciendo "pero qué locura es esta de no incluir al tipo que más goles ha metido en la historia del Madrid".

Yo, como Diego Barcala, socio del Madrid, no tengo ese sentimiento. Evidentemente, Cristiano Ronaldo cumple más que de sobra con los méritos deportivos que tiene que tener un jugador para ser el más grande del club. Cuando hice el primer listado de los goles, me dije: "No puedes dejar fuera al tipo que más goles ha metido en la historia del Madrid". Pero es verdad que considero que en el capítulo del intangible, del carisma, de la personalidad, para mí, Cristiano no cumple con lo que tiene que ser un mito del club.

Hay otros ejemplos de jugadores que son de tan defensores de sí mismos y tan ególatras que no forman parte del corazón de la gente, o sea, por ejemplo, está un jugador mítico del Real Madrid como Hugo Sánchez. Que le comparo con Cristiano Ronaldo en el capítulo y explicó una anécdota en el que los jugadores de su generación los Butragueño y compañía, flipaban cuando Hugo Sánchez salía del vestuario con un taco de postales firmadas y las iba regalando porque era un pionero del marketing no y de la marca personal. Y, si te fijas, la reacción de sus compañeros cuando marca el mexicano es muy parecida a la que tienen los compañeros de Cristiano Ronaldo. Ese intangible no lo tiene. Es un tipo que en su último partido con el Madrid se va a la cámara y empieza a presumir de las Copas de Europa que él tiene. No solo de la que acaba de ganar para el club, sino que incluye la del Manchester United.

P. Defendido queda. Cuando escribes sobre el gol de Mijatovic, planteas la hipótesis del famoso fuera de juego y lo despejas con un "y qué más da". ¿Crees que la polémica se ha comido al fútbol?

R. Una de mis guerras culturales con el fútbol es acabar con el protagonismo de los árbitros. Les hemos convertido en estrellas populares. Me parece una gran derrota, que los árbitros sean una figura indispensable en las tertulias de la radio o que en un partido televisado siempre tiene que haber un árbitro comentando... Es una absoluta aberración y un fracaso como espectáculo.Dicho esto [ríe] en la rivalidad sana y, para mí, divertida con los del Atleti, me gusta recordar que no hay ninguna imagen que pruebe la posición de Pessotto, ya que les gusta mucho decirlo. No hay prueba del fuera de juego ni del no fuera de juego.

P. Es cierto que la polémica siempre ha existido, pero, en mi percepción, cada vez veo más gente que ve fútbol solo para indignarse. Casi se celebra el ser robado, como una superioridad moral. Por supuesto, el mismo partido contado por las distintas aficiones no tiene nada que ver.

R. Tengo una teoría y es que el fútbol como deporte en crudo no es la cosa más entretenida del mundo. Si baja un extraterrestre aquí y empieza a ver los deportes que se practican en el planeta Tierra, no se aficiona al fútbol. Lo que lo hace especial es que consigue que las emociones encuentren un gran placer. La industria del consumo, las televisiones, las marcas, tienen que darle al deporte otro tipo de aditivos que hagan de este espectáculo algo masivo. Si no tienes una identificación cultural con un equipo, se le añaden estas polémicas porque si los periódicos deportivos los lunes abriesen con análisis, tácticos deportivos o lo que sea, pues no tendría ni el 10% de la audiencia que tienen. Engancha más a la conversación del aficionado, las polémicas arbitrales y demás.

P. Yéndonos a la actualidad deportiva del Real Madrid, ¿cómo valoras estos primeros meses del proyecto de Xabi Alonso?

R. Le otorgó mucho valor al carisma. Para mí Xabi Alonso sí que representa muchas de las cosas que me gustan de los futbolistas y entrenadores. Siempre ha tenido esto en mente y siempre ha hecho gestos a los madridistas. Ese tipo de cosas las he tenido muy en cuenta y empecé muy optimista. Claro, inevitablemente como seguidor del Madrid y viendo todos los partidos, pues veo los mismos problemas que cualqueir aficionado... Tengo un cierto de pesimismo antropológico que me obliga siempre a estar con el freno de mano echado, no abrazo la euforia. Siempre pienso que nos va a ir mal. Ahora ves que el salvador del buen juego del Real Madrid es un jugador como Ceballos que estaba vendido este verano, al que empujaban al Marsella, y ahora es fundamental... Esta situación la vivimos con Ancelotti. Miró al banquillo y dijo "el único jugador que tengo que puede hacer esta función". Esta planificación tan errática que tiene el Madrid con los jugadores que ficha y las plantillas me decepciona mucho.

Foto: real-madrid-raul-castilla-xabi-alonso-arbeloa-florentino-perez-jose-angel-sanchez

P. Hay un nombre propio que te puedes imaginar. ¿Te mojas en el debate sobre Vinicius Jr?

R. [Pequeño resoplo] Soy bastante contracultural porque soy muy defensor de Vinícius. Mucha gente se me echa encima cuando lo digo, pero creo que lo que sufre Vini en los estadios de fútbol es bullying. Es orquestado y eso en el diccionario se llama bullying. Algunos dirán "ya, pero es que él provoca y además se esconde bajo la bandera del racismo para luego tener malos comportamientos", vale, pero no puedo evitar sentir cierta empatía emocional con él. También le pasaba a Piqué, por ejemplo, pero a él no le afectaba. Empatizo con Vini porque veo a un chico que es débil mentalmente, que no se sobrepone ante estas situaciones y que el público rival lo va a utilizar, como utiliza cualquier herramienta posible para ganar el partido desde este punto de vista tan loco de pensar que todo vale con tal de que tu equipo gane. Pues le hace bullying. Sé que cuando la gente lo lee en crudo dirá "pero se puede ser tan madridista loco de estar diciendo esto". Realmente creo que se le hace bullying. Y no me parece bien. Tampoco me parece bien que él responda de la manera que responde a los ataques, que no sea consciente de que es un profesional del fútbol, y que tiene que estar preparado para soportar esta presión. ¿Esto forma parte de la salsa del fútbol? Obviamente, tú quieres que tu equipo gane y silbas al rival. Pero me parece que con él se ha pasado a una especie de acoso, y está mal.

P. Te dan una varita mágica y automáticamente, un futbolista es jugador del Real Madrid. ¿Cuál?

R. Actual, no sabría decirte. Pero de antes... Sin ninguna duda, Diego Armando Maradona. Soy maradonista acérrimo. Recuerdo verle en el Sevilla y decirle a mi padre, "le necesitamos para jugar de mediocentro creativo', me miraba como si estuviera loco. Me gusta pensar que hubiéramos podido cuidarle y domesticarle y que habría triunfado [risas]. Él, en sus últimas épocas, se declaraba florentinista, supongo que un poco por joder al Barça.

P. En los últimos días, se está hablando del cambio de modelo de club que parece que Florentino va a impulsar en la próxima asamblea de socios. Supondría la entrada, aunque no mayoritaria, de capital ajeno al socio. ¿Cómo lo vives tú y cómo crees que lo entenderá el madridismo?

R. R. Creo que hay un debate desvirtuado aquí, porque la comunidad de socios del Real Madrid respecto a lo que es el madridismo, es muy pequeña. De hecho, la comunidad de socios representantes en las asambleas respecto a la comunidad socio también es una democracia demasiado representativa, un poco ficticia. Al madridismo le va a dar igual porque las explicaciones de Florentino Pérez le van a valer y Florentino Pérez va a justificar que toma esta decisión para proteger al club de futuras especulaciones de propietarios árabes, como cuando justificó que para presentarse al Real Madrid había que cumplir con avalar una parte del presupuesto. Todo para que no entre alguien que arruine el club. Va a hablar de protección para los socios, para proteger la propiedad y la singularidad del club. Mi opinión como socio es que eso no está justificado ni bien explicado. No creo que el Real Madrid, que tiene acceso a cualquier crédito bancario, tenga problemas de financiación para competir en el fútbol profesional. En una de las últimas asambleas, aseguró que el valor del club es de 10.000 millones de euros. Es un cálculo impropio de su figura, pienso que el Real Madrid evidentemente vale muchísimo más, pero él tenía en mente la cifra que quería poner a las acciones desde 49%.

placeholder Florentino, junto a Infantino de la FIFA, en el Mundial de Clubes. (Reuters/ Hannah Mckay)
Florentino, junto a Infantino de la FIFA, en el Mundial de Clubes. (Reuters/ Hannah Mckay)

Me parece que Florentino Pérez está teniendo un ocaso complicado en el que confunde su visión personal del club con la visión trascendental del club a lo largo de su historia, en el que creo que él ha acertado en muchas ocasiones y en este caso se está equivocando. El error parte de un análisis que puedo compartir con Florentino, que no es posible que los clubes tradicionales que han levantado el negocio del fútbol se vean abocados a un segundo plano porque hay una financiación externa de un fondo de inversión árabe capaz de dilapidar a Madrid, Bayern o los ingleses que hagan falta. Hay que protegerse ante eso. Por qué no ponerle un poquito de vallitas al proyecto del Santiago Bernabéu, a imponer límites salariales... Se da por hecho que la inflación del precio de los fichajes es insalvable y que, por tanto, se necesita más, más, más, más y más dinero. Me parece una visión tan ultracapitalista que no la puedo compartir.

En el verano del 2012, el periodista Diego Barcala tenía una obsesión: ¿por qué el fútbol en España no se integraba con la cultura? "En Inglaterra o en Argentina, se hacen películas sobre ello, los grupos de música lo incluyen en sus letras, los poetas hablan de fútbol, aquí no tenemos nada que envidiarles". Es cierto, en nuestro país, el deporte grande siempre fue inmenso, pero señalado con condescendencia desde la élite cultura. Así nació Líbero, una revista futbolística con Nick Hornby por bandera.

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