Y, de repente, el Real Madrid es el coco: City, Juventus y el partido que nadie querría jugar

Solo ha disputado 180 minutos, pero el Real Madrid de Xabi Alonso ya empieza a mostrar sus primeras virtudes, con algunas líneas maestras sobre la mesa. Empieza a verse un equipo más reconocible, pero donde se siguen ajustando diversas posiciones para tratar de encontrar el lugar de mejor desempeño de cada futbolista. Eso sí, la imagen ante Pachuca dijo mucho más de lo que pudiera parecer: cómo llevarse una victoria fundamental con un jugador menos desde el minuto 7.

La mejor noticia para el Madrid no fue la victoria, el posterior empate entre Al-Hilal y Salzburgo, ni el buen desempeño de algunos de sus jugadores, sino el hecho de volver a ver a un equipo competitivo, capaz de luchar y con las ideas organizadas. Si este domingo hubiera comparecido al césped del Bank of America un conjunto con menos intensidad, sin ganas y dejándose llevar, se podría haber llevado una sorpresa en forma de temprana eliminación del Mundial de Clubes.

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Rubén Rodríguez

Sin embargo, cuando peor momento atravesaba el equipo tras la expulsión de Raúl Asencio, apareció el orgullo madridista para sacar adelante el partido. Y es que, a pesar de jugar durante cerca de hora y media con un futbolista menos, prácticamente no se notó en ningún momento. El ajuste de las piezas sobre el césped y la intensidad del Madrid hicieron el resto para dar una lección de orgullo y sacar adelante una importante victoria. Y, con ello, dar un mensaje al resto.

Ahora, el Madrid es líder de su grupo y, tanto una victoria como un empate, le meten en la siguiente fase. Eso sí, en caso de solo sumar un punto y de que el Al-Hilal venciera, lo haría cómo segundo. Pero, ¿cuáles serían las consecuencias? Pues, en realidad, la ventaja para el Madrid es que, en el momento que dispute su partido, sabrá cuál es su rival en octavos de final. De hecho, ya sabe que se medirá a Manchester City o Juventus, pero no cuál será el enfrentamiento exacto.

Tanto los de Pep Guardiola como los de Igor Tudor han cumplido. Y con creces. Los dos han ganado sus dos partidos previos, todos ellos por goleada, lo que les mete en octavos directamente con seis puntos. Pero queda el encuentro entre ellos que determinará quién es primero y quién segundo del grupo G. O, dicho de otra manera, uno de ellos será el rival del Real Madrid... pero jugarán sin saber cuál es la posición exacta del conjunto blanco. Es el partido que nadie querría jugar.

Hay una máxima no escrita que dice que lo mejor es hacer tu trabajo sin fijarte en los demás, es decir, gana tu partido sin importarte quién es tu rival. Y, tanto City como Juve se medirán en un encuentro de altísimo nivel que servirá para determinar quién es primero de grupo y, de hecho, el rival de los blancos. Pero, a falta de jugar un buen puñado de encuentros, todo apunta a que el segundo del grupo G y el primero del H tendrían un camino más fácil en las eliminatorias. Salvo octavos.

El Real Madrid, que tras el primer partido parecía que arrastraba muchos de sus males del pasado curso, mejoró su imagen en el segundo choque. Dominó el campo, manejó el balón y supo encontrar la portería rival hasta en tres ocasiones, a pesar de jugar con uno menos casi todo el partido. Una lección de madurez y de juego digna de un equipo grande, precisamente lo que se le achacó en el primer choque... aunque todo hubiera cambiado si Valverde hubiera acertado con su penalti.

Ese equipo que parecía lejos de su mejor versión es el mismo al que ni Juventus ni City quieren enfrentarse en octavos. El Madrid, ganando -o empatando, si no se lleva los tres puntos Al-Hilal- será primero de grupo. Y, cuatro horas antes, italianos e ingleses se ven las caras para sellar su grupo y saber quién se medirá al club blanco. Es el partido que nadie querría jugar. El gran coco del fútbol mundial se cruzará en su camino, el rival al que nadie ver cuando el título se acerca.