"Siento que he fallado": Valverde desnuda uno de los principales problemas de este Real Madrid
El uruguayo mostró su decepción por lo ocurrido en la final de Copa y, lo más importante, uno de los jugadores a los que poco se les puede reprochar fue de los pocos en reaccionar
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El Real Madrid tiene que hacer una seria reflexión de esta temporada. El equipo que iba a dominar el fútbol mundial, que venía en ciclo ganador y que había fichado al mejor delantero del mundo, se ha visto superado por el Barcelona, un conjunto lleno de jugadores del filial que venía de un año para olvidar que, además, solo fichó a Dani Olmo y Pau Víctor. El cambio de ciclo es evidente y la responsabilidad es de la dirección deportiva, del entrenador y de la plantilla. Porque falta liderazgo.
Es obvio que hay que realizar cambios en el equipo si quiere volver a ser competitivo el próximo curso, pero deben partir de premisas sólidas e inmutables: la primera, saber quién va a ser el entrenador, el capitán del barco y saber qué piezas quiere y cuáles no; y, una vez tomada esta decisión fundamental, hacer un barrido de la plantilla, determinar jugadores que siguen, cuáles no, qué se ficha y, más importante, en torno a quién girará el juego.
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El fútbol de un equipo como el Real Madrid no puede depender de mandar balones arriba y que alguien lo solucione. Debe tener una estructura, una jerarquía y, sobre todo, saber quién es el jugador franquicia alrededor del que tiene que funcionar el equipo. Y uno de los grandes problemas de esta plantilla es precisamente ese, que la responsabilidad se diluye cuando toca dar la cara. No solo durante los partidos, sino también después de algunas duras derrotas.
El pasado curso, el Real Madrid perdió dos partidos en toda la temporada. Este año, con la derrota en la final de la Copa, ya acumula la friolera de trece. Y, ¿quién sale a dar la cara cuando el equipo cae? Ninguna de las supuestas grandes estrellas del equipo lo hace y suelen ser los jugadores de perfil más bajo. Solo Thibaut Courtois y Fede Valverde son de esos que no rehúyen a expresar sus ideas e, incluso, a criticar lo que se hace mal sobre el propio césped.
Precisamente el uruguayo ha sido el último en dar la cara tras la derrota en la Copa, posiblemente uno de los jugadores que menos responsabilidad tuvo en lo sucedido. Valverde corrió, peleó, luchó, se dejó la vida y ofreció su mejor versión, tanto cuando pudo jugar de interior como cuando se vio obligado a pasar al lateral derecho. Un jugador de equipo de esos que no se quejan, pelean hasta la extenuación y se desviven por el escudo que representa en cada partido.
"Volvió a pasar. Y seguramente volverá a pasar muchas veces más, porque es el camino que estamos construyendo y es normal que uno caiga después de tantos kilómetros Me entristece, me genera bronca, impotencia. Siento que les fallo. Está siendo un año complicado, física y mentalmente muy duro, pero un día fui claro: 'Hasta que no me den más las piernas'. Este club no merece menos", explicaba después de la dura derrota en sus redes sociales.
¿Por qué un jugador como Valverde, que poco más pudo hacer por luchar por la victoria, es de los pocos que da la cara en un momento tan duro? La respuesta es muy sencilla: falta liderazgo. No hay un capitán que, con argumentos futbolísticos, contagie a su equipo en la lucha, la presión y en pelear por la victoria hasta el final. O, mejor dicho, sí lo hay, pero Dani Carvajal está lesionado. Mandó más desde la grada en la final que muchos otros sobre el propio césped.
Y Valverde sí tiene esa madera de capitán, de jugador icono y espejo en el que los más jóvenes se pueden mirar. Se vacía, se deja la piel, no da un balón por perdido y siente los colores como el que más. Ya ha llevado el brazalete de capitán en muchas ocasiones pero, aun cuando no lleva la banda en su brazo izquierdo, es más capitán que otros sobre el césped. Un jugador que siempre quieres en tu equipo y de los que no se dejan un gramo de energía en el cuerpo.
"Volveremos, seguiremos y ahí estaré dejando todo por el respeto que merece el Madrid, su gente y todo lo que conlleva jugar en el equipo más ganador de la historia", decía Valverde. Posiblemente uno de los jugadores que menos explicaciones debía de dar por su rendimiento a lo largo de la temporada es uno de los pocos que ha sacado la cara tras la dura derrota. Si el próximo técnico aún tienen dudas de en torno a quién debe de jugar el equipo, será porque no entiende qué es ser un líder.
El Real Madrid tiene que hacer una seria reflexión de esta temporada. El equipo que iba a dominar el fútbol mundial, que venía en ciclo ganador y que había fichado al mejor delantero del mundo, se ha visto superado por el Barcelona, un conjunto lleno de jugadores del filial que venía de un año para olvidar que, además, solo fichó a Dani Olmo y Pau Víctor. El cambio de ciclo es evidente y la responsabilidad es de la dirección deportiva, del entrenador y de la plantilla. Porque falta liderazgo.