"Salvemos al Deportivo Español" de Buenos Aires: el emblema de los emigrantes españoles se juega su futuro

Cualquiera que haya conocido Buenos Aires sabe que en sus calles uno se siente como en casa. La huella de España en Argentina es indeleble. Y viceversa. Hay un hilo invisible que nos mantiene unidos al Río de la Plata. Un cordón umbilical vivo en la literatura, el cine, las canciones de Sabina y Andrés Calamaro o en un regate de Messi.

El fútbol como refugio de los desplazados. El deporte como elemento de integración. Los clubes fueron la manera que encontraron los españoles de reproducir a pequeña escala el país que se habían visto obligados a abandonar. Así nació el 12 de octubre de 1956 el Club Deportivo Español de Buenos Aires.

Algunos lo recordarán como un equipo que rozó la gloria en la Primera División argentina. Pero fue y es mucho más que eso. Es un pedazo de nuestro país para los que se marcharon tan lejos; el hogar común que construyeron nuestros emigrantes para sentirse más cerca de casa. Este y otros clubes similares han acogido numerosas actividades deportivas y sociales durante décadas. El origen y problemática de estos lugares fue abordado en la película ‘Luna de Avellanada’, dirigida por el argentino Juan José Campanella y que tenía entre sus actores protagonistas a un magnífico José Luis López Vázquez en el papel de un gallego emigrante en el ocaso de su vida que había fundado un club de estas características.

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Elena Sanz Bartolomé

Casi 70 años después de su nacimiento, como si el argumento de la película se hubiera hecho realidad, el Español vive sus horas más críticas. Una mala gestión de sus dirigentes pasados y la eterna crisis argentina le obligaron a renunciar a nueve de las 16 hectáreas de las que constaban sus instalaciones tras un acuerdo de mínimos con el Ayuntamiento de Buenos Aires para salvarse.

La lucha por el suelo

Desde 2018, el futuro uso de ese suelo restante se ha convertido en una espada de Damocles que amenaza la propia existencia del club. La ciudad planea expandir las instalaciones de la Policía que se ubican en esa zona y enterrar para siempre al Deportivo Español.

El club ha convocado el próximo martes 29 de abril a todos sus socios y simpatizantes, a los nietos y biznietos de aquellos españoles —recordemos el inefable abuelo de la Eurocopa— a la presentación de un proyecto de ley imprescindible para su supervivencia. Y que trata de poner fin a la incertidumbre sobre el uso de este espacio.

Esta ley, bautizada como de restitución histórica, se debatirá en el Gobierno municipal de Buenos Aires. Y pretende ceder al club durante 100 años las siete hectáreas de las que todavía dispone en el Bajo Flores, un barrio de clase trabajadora de la zona sur de Buenos Aires que poblaron muchos españoles en aquella época. "Es la única manera de que pueda renacer el club", explica Sol Méndez, legisladora de Buenos Aires y autora del proyecto de ley. "La inseguridad jurídica sobre el futuro de los terrenos hace inviable que se atraigan nuevas inversiones y esta ley trata de corregir eso".

Méndez, que pertenece a un grupo de la oposición al Gobierno municipal, es hija de españoles y socia del Deportivo Español desde que nació. Hoy, el Bajo Flores responde a otras realidades sociales, también humildes. Y ya no está lleno de españoles. Pero, según Méndez, hay al menos 2.500 jóvenes que usan a diario sus instalaciones. Y, dice, no sería buena idea dejarles tirados en las calles de uno de los barrios más degradados de Buenos Aires.

2.500 jóvenes usan a diario sus instalaciones. No sería buena idea dejarles tirados en las calles de uno de los barrios más pobres de Buenos Aires

No será fácil sacar adelante la ley. El proyecto tiene dos años para aprobarse, aunque la intención de Méndez es que se vote este mismo 2025. Necesitará una mayoría cualificada. Por lo tanto, el apoyo del partido de Mauricio Macri, que ostenta el poder en Buenos Aires. Algunos concejales de Gobierno opinan que no se puede cargar en el bolsillo de todos los ciudadanos los desmanes de una gestión desastrosa por parte de los antiguos dirigentes de la entidad.

Los planes, más o menos sin concretar del Ayuntamiento, pasan por ampliar a la zona que ahora ocupa el club el Instituto Superior de Seguridad Pública, que forma a Policías y Bomberos. Y para ello, dejaría al Español prácticamente sin espacio y sin la joya de la corona, el Estadio España.

Las razones detrás de la mala salud del Deportivo Español no son solo económicas o de gestión. Hay una desaparición progresiva de estos clubes como aglutinadores de colectivos nacionales. Las segundas y terceras generaciones de nuestros emigrantes son argentinas y su morriña hacia España vive solo en el recuerdo de sus antepasados y algún viaje que les mueve la sangre, pero poco más.

"Es verdad que el club no es lo que era, pero también es verdad que es el único club de estas características que ha perdido terrenos a favor de la ciudad", dice Méndez. "La única manera que tiene para renacer es tener el tiempo suficiente para modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos".

La Embajada se moviliza

La embajada de España en Buenos Aires se ha movilizado en las últimas semanas para brindar su apoyo a esta iniciativa de salvación, que también cuenta con el respaldo de la poderosa Federación Argentina de Fútbol (AFA). El embajador Joaquín de Arístegui visitó las instalaciones del club junto a la concejal Méndez hace unos días. Y se espera que esté presente en el acto del martes.

Aunque obviamente no es un contencioso entre Estados, sino entre particulares, Arístegui ha entendido que la supervivencia del Deportivo Español es parte del legado de nuestro país en Argentina. Y que esta institución es mucho más que un club. Es parte de nuestro patrimonio histórico, cultural y emocional en Argentina.