Endrick salva la visita al dentista: un Madrid de circunstancia supera la trampa de la Real (0-1)
El Real Madrid revolucionó su once con la entrada de suplentes como Endrick o Güler. La Real Sociedad mereció más. Ceballos acabó el encuentro lesionado por un golpe en la rodilla
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Si a Kylian Mbappé le dolía una muela, Endrick demostró que vale para poner anestesia, empastar o lo que le pongan por delante. Un golazo del jovencísimo delantero brasileño le valió al Real Madrid para superar la trampa de la Real Sociedad (0-1). Una auténtica visita al dentista para los pupilos de Carlo Ancelotti, que presentó un equipo con varios suplentes en Anoeta.
Los madridistas fueron sobrepasados en ocasiones por la presión del equipo txuri-urdin, pero letales con espacios por delante. Barrenetxea, Kubo u Oyarzabal tuvieron las mejores ocasiones de una Real que no logró perforar la portería de Lunin. Habrá que esperar más de un mes, hasta el 1 de abril, para ver el desenlace de esta semifinal de Copa del Rey en el Santiago Bernabéu. Dani Ceballos acabó el encuentro lesionado por un golpe en la rodilla.
Ambiente de partido grande en Anoeta con la mejor entrada de la temporada. Venía el Real Madrid de haber mejorado su juego y con Ancelotti dando descanso a futbolistas como Mbappé (afectado por una dolencia de dientes), Fede Valverde (tocado del bíceps femoral) y Thibaut Courtois (reposo). Pero en frente estaba la Real de Imanol. Un equipo inconsistente, a medio camino de fin de ciclo, pero con futbolistas de extraordinaria calidad y uno de los entrenadores españoles con una propuesta de juego más interesante. Los locales sabían que estaban ante su gran oportunidad gracias al asfixiante calendario de los madridistas. Plantearon un encuentro de altísima presión a toda la cancha, una encerrona en toda regla.
La primera ocasión sucedió por la gracia de los pies de Take Kubo, un futbolista que encuentra consuelo en las combinaciones cortas y alivio en el vértigo. Una eléctrica pared en el área madridista le bastó para probar las garantías de Lunin. El remate fue al muñeco. En los cinco minutos iniciales, el Real Madrid fue incapaz de alcanzar el campo contrario, por culpa de groseros fallos de Camavinga en salida de balón y por el buen hacer de los blanquiazules en la presión.
Una cabalgada de Bellingham estiró al Madrid. Se evidenciaba una desconexión entre el centro del campo y la delantera blanca, con Endrick y Arda Güler ansiosos, con ganas de demostrar que merecen más oportunidades. Ese ímpetu no fue positivo para el turco, que tomó malas decisiones en los primeros compases de partido.
Estaba mejor plantada en el campo la Real y, una vez más, el fútbol demostró que nada es lo que parece. Un robo en campo contrario de Vinícius propició una carrera salvaje de Endrick, sesenta metros, para buscar las cosquillas a Zubeldia. Le vio Bellingham para regalarle un balón precioso, casi tanto como el control de muslo del brasileño. Un toque para acomodar la pelota a su carrera, la posición del cuerpo pedía un disparo cruzado con la diestra, pero Endrick demostró que es zurdo cerrado, y batió a Remiro con el exterior.
Bellingham se lo inventa, Endrick lo rubrica.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) February 26, 2025
Pase de genio, definición impoluta. ⚪️🎯#LaCopaMola #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/lfaHAWhfuP
Bajonazo en el Reale Arena a los 20 minutos, que veía como la primera ocasión del Madrid iba para dentro. El partido lo estaba masticando Bellingham como Ancelotti a sus chicles: combinaciones, regates, controles... Una exhibición del británico. Subió de nivel del encuentro y tanto Oyarzabal como Vinícius tuvieron sendas ocasiones abortadas por Remiro y Lunin.
El conjunto de Imanol dominaba el partido y el Madrid ejercía de contra golpeador. Es fácil asumir dicho rol si tienes a Vinícius a la carrera. El brasileño capitalizó el balón de los blancos, tal y como Ancelotti insistía desde el banquillo, consciente de que necesita que su estrella regrese al nivel exhibido en los primeros meses de la temporada.
Zubimendi llevaba la batuta y Brais Méndez ponía la clase en los últimos metros. Gran culpa de la falta de pelota y posesión del Real Madrid residía en Dani Ceballos, mucho menos protagonista que en partidos anteriores. Muy cerca de conseguir el empate estuvo Barrenetxea, incesante e incisivo desde la banda izquierda. Regateó y recortó hacia fuera para buscar la rosca del segundo palo de Lunin, que obligó al ucraniano a un estético vuelo sin motor para evitar el tanto.
Barrenetxea, emparejado con un Raúl Asencio de improvisado lateral derecho, le sacó la primera amarilla del partido al borde del descanso. El momento desagradable llegaría cuando Vinícius, capitán en el partido, reclamó a Sánchez Martínez que Asencio estaba recibiendo cánticos de "muérete". Imputado por la presunta difusión de un vídeo de carácter sexual de una menor de 16 años, el canterano madridista está siendo pitado en varios campos de España. Ancelotti le dejó en el banquillo tras la primera mitad.
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Lunin volvió a ser protagonista con una doble parada a Oyarzabal y Kubo nada más comenzar los segundos 45 minutos. Impecable el ucraniano. Endrick contestó en Anoeta con un larguero después de un pase magistral de Vinícius. El disparo del brasileño fue fortísimo, violento, y dejó temblando la portería de Remiro.
Camavinga y Ceballos empezaron a adueñarse de la pelota, superando poco a poco a Zubimendi. La Real generaba ocasiones, pero no había rematadores para las internadas de Brais o Kubo, que se juntaban para buscar los puntos débiles de Fran García en el carril izquierdo. El esfuerzo, eso sí, fue pesando en las piernas de ambos equipos, que fueron bajando el ritmo a partir del minuto 60.
Precisamente, Fran García, regaló una ocasión de oro a Oyarzabal por culpa de una malísima cesión La rápida intervención al corte de Tchouaméni fue providencial para evitar el tanto del capitán de la Real Sociedad. Anoeta se vino arriba y Ancelotti decidió dar entrada a David Alaba por Endrick. El italiano sabía que el resultado era muy positivo para los suyos... pero el mensaje no cayó demasiado bien entre sus jugadores, algo pasivos en los minutos finales.
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Aritz y Oskarsson eran los futbolistas de recambio de Imanol en busca del tanto del empate. Pero fue Bellingham quien puso en aprietos a Remiro. Un disparo del inglés que tocó en Zubeldia a punto estuvo de sorprender al guardameta, pero sus reflejos evitaron una mayor ventaja madridista. Vinícius, por cierto, se llevó una sonora pitada de Anoeta. El brasileño, desacertado de cara a puerta, pero protagonista como creador de ocasiones.
El encuentro, que fue de más a menos, terminó en el área del Real Madrid, y con Ancelotti habiendo gastado los cinco cambios (en pocos días, el Betis, en una semana, el Atlético en Champions). La peor noticia madridista fue la de Ceballos, que acabó el partido muy dolorido por un golpe en la rodilla que le impidió disputar los últimos minutos. Imanol se lamentó de no celebrar el empate. Remontar en el Santiago Bernabéu no será tarea sencilla.
Si a Kylian Mbappé le dolía una muela, Endrick demostró que vale para poner anestesia, empastar o lo que le pongan por delante. Un golazo del jovencísimo delantero brasileño le valió al Real Madrid para superar la trampa de la Real Sociedad (0-1). Una auténtica visita al dentista para los pupilos de Carlo Ancelotti, que presentó un equipo con varios suplentes en Anoeta.