El desprecio de Ronaldo al Valladolid y la nula empatía con el sufrimiento de su gente

La destrucción del Real Valladolid no tiene fin y lo que están padeciendo los que llevan el escudo en el corazón no tiene perdón. Ronaldo ha abandonado al club y a su gente, muestra un inmerecido desprecio y prolonga la agonía con una mala gestión. Es urgente un cambio y está desaparecido. Sigue sin acudir al estadio José Zorrilla y negocia, sin prisa, la subasta de la venta del club. No se sabe a quién ni cuándo. Si será un fondo de inversión, un grupo de empresarios y en qué condiciones, pero la única realidad es que el máximo accionista del club demuestra que ni siente ni padece el dolor que hay en la ciudad y en sus aficionados.

La imagen en la derrota, con goleada (0-4) del Sevilla en Pucela, fue la de un equipo sin alma ni personalidad que ha tenido consecuencias. Ronaldo ha despedido al argentino Diego Cocca, su tercer entrenador de la temporada, y recurre a Álvaro Rubio, técnico del filial que ya se sentó en el banquillo tras la destitución del uruguayo Paulo Pezzolano y hasta la llegada de Cocca. Ya no se gasta más dinero en entrenadores y el milagro de la salvación, toda la presión, pasa por un hombre de la casa.

La planificación deportiva, bajo la responsabilidad de Domingo Catoira, es un desastre. El director deportivo, paraguas de un Ronaldo que no da la cara en Valladolid, ha empeorado la plantilla y al final de esta temporada hará las maletas y se marchará como otro de los fracasados. Tres entrenadores en una temporada confirman los bandazos de la gestión de unos dirigentes que se están cargando a un club histórico y hacen sentir vergüenza a sus aficionados.

La deriva de cinco derrotas consecutivas se ha llevado por delante al entrenador Diego Cocca, pero lo más grave es lo que sucedió en el partido contra el Sevilla. Al estadio acudieron 22.123 aficionados que vaciaron las gradas en el descanso, dejando una imagen triste y de resignación. El proyecto de Ronaldo ha conseguido echar a los aficionados del estadio.

Ronaldo, como dueño y profesional del fútbol que fue en la alta competición, no tiene empatía con la gente de Valladolid. No ya solo por no asistir a los partidos, sino por su renuncia a dar explicaciones o estar cerca en un momento de sufrimiento y preocupación en Valladolid. Está dedicado a otras cosas y sus negocios. Centrado en ser presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

Una pesadilla en Pucela

No tiene sensibilidad ni respeto por el Valladolid, es frío y calculador. Le falta valentía para hacer acto de presencia o enviar un mensaje de tranquilidad y esperanza. No está siendo responsable con el sentimiento de amargura de los blanquivioletas. Muchos de ellos indignados cuando ven al propietario fugado que no reacciona tras la dura derrota contra el Sevilla, pero sí tiene tiempo para otros deportistas. Ronaldo no se reúne con los jugadores del Valladolid, no es cercano, pero sí da visibilidad a su orgullo por el triunfo del joven tenista brasileño Joao Fonseca en el Abierto de Argentina.

La afición del Valladolid vive una pesadilla, se siente indefensa y resignada con una temporada a la que le quedan 14 jornadas y se asume el descenso a la Segunda división. No hay nadie al frente del barco y ya solo se rebelan ante otro engaño de la administración Ronaldo. Facua Castilla y León ha denunciado al Real Valladolid ante el Servicio de Industria, Comercio y Economía por cobrar los gastos de gestión en la renovación de los abonos de esta temporada. Una renovación online por la que el club tendrá que devolver la cantidad de 2,50 euros a cada abonado.

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Otro engaño de Ronaldo. Como la cantidad que pretendió ahorrase del despido de Paulo Pezzolano y que no ha sido posible por la denuncia del técnico uruguayo. Tras el encuentro en el Servicio Regional de Relaciones Laborales (SERLA) el club tiene que pagar 1.250.000 euros al uruguayo. La cantidad que le quedaba de contrato hasta el 30 de junio.

El único altavoz que expresa el cabreo y la impotencia de la gestión que lleva al Real Valladolid al descenso y el sufrimiento que padecen los aficionados, es Óscar Puente. El ministro de Transportes, vallisoletano y aficionado al fútbol, desvela en la Ser, el pelotazo que pretendía el brasileño cuando compró el club en 2018: "Ronaldo creía que le íbamos a regalar el estadio". Entonces Óscar Puente era el alcalde de la ciudad, creyó en la figura del brasileño y es otro de los miles de aficionados que se sienten estafados por Ronaldo.