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Ancelotti dio la voz de alarma, los jugadores le hicieron caso y el Madrid limpió sus vergüenzas
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un cambio de mentalidad

Ancelotti dio la voz de alarma, los jugadores le hicieron caso y el Madrid limpió sus vergüenzas

La victoria del Real Madrid contra el City sirve para demostrar que cuando juega como equipo es muy peligroso y también para resarcirse de la humillación que sufrió en Arabia

Foto: Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Bellingham. (Mike Egerton/DPA)
Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Bellingham. (Mike Egerton/DPA)

El Real Madrid no ha jugado un partido tan completo ni serio como el de la victoria contra el Manchester City. Histórica y de mérito por ser la primera que consigue en este campo y hacerlo con una defensa de emergencia. La clave estuvo en la voz de alarma que dio Ancelotti en el entrenamiento del día antes del partido, en el césped del Etihad Stadium, haciendo ver a los jugadores que si no había esfuerzo colectivo, el fracaso sería responsabilidad de todos.

Los futbolistas, por primera vez en la temporada, hicieron caso al entrenador. Enfrente estaba un Manchester City al que se le podía hacer daño si se le apretaba, que pasa por su peor momento de juego y débil en defensa. Era una ocasión para limpiar la vergonzosa derrota de hace un mes en la final de la Supercopa de España. El Clásico de Arabia Saudí dejó tocado a Ancelotti por el mal funcionamiento colectivo. Un equipo partido, caótico y sin compromiso.

El principal culpable fue Ancelotti, pero los jugadores no se fueron de rositas y quedaron señalados por una actitud lamentable. Hizo daño ver la pasividad en el repliegue, la falta de intensidad, la descoordinación para ir a la presión y la ausencia de rebeldía. Ancelotti reprochó a los jugadores su desconexión en un partido de alta exigencia y en el que estaban avisados tras la goleada del Barcelona en el Bernabéu. Fue un batacazo de los grandes, de los que solo te puedes recuperar hasta que llegue otro gran rival y se compruebe la mejoría.

La voz de alarma está instalada en el vestuario del Real Madrid desde hace un mes y desde el naufragio en Yeda hasta la victoria en Manchester han pasado muchas cosas. Análisis, debates internos, conjuras y hasta broncas. El propósito siempre ha sido asimilar que todos tenían que esforzarse en defensa. Un cambio de mentalidad. El sacrificio tenía que ser mayor con los varapalos de las lesiones de Rüdiger y Alaba. Si no se tomaba conciencia de que había que ser un equipo solidario, no se podía competir en los grandes partidos.

A los de arriba les costó asimilarlo y de ahí se explica la bronca que le echó Modric a Vinícius en el partido de Copa del Rey contra el Leganés en Butarque. Se reveló el enfado del capitán con la falta de implicación del brasileño en un partido con una defensa de canteranos, en el que se sufrió y a las puertas de enfrentarse contra el Atlético de Madrid y el Manchester City.

Rebeldía y carácter

La victoria en casa de Guardiola es reparadora, pero no definitiva. Se produce tras una nueva bronca de Ancelotti y los jugadores en el descanso del derbi y una buena mentalidad para sufrir en el Etihad Stadium y ser un equipo agresivo. El Real Madrid salió con valentía a por el City, a no meterse en la cueva como hizo en la temporada pasada, a presionar en campo contrario y amenazar.

Antes del gol de Haaland tuvo tres claras ocasiones para adelantarse y demostró que todos los jugadores estaban enchufados en el trabajo sin balón. La intensidad fue mejor que la finalización. Si el Real Madrid hubiera estado acertado en la definición, podría haber hecho un destrozo al City y se fue al descanso perdiendo.

Foto: Fede Valverde celebra un gol en el Bernabéu. (EFE/JuanJo Martín)

Lo positivo fue comprobar que el Real Madrid era un equipo con actitud, las líneas juntas y con espacios para plantarse con facilidad en el área de Ederson. Hubo energía, rebeldía y concentración para ir a por el partido hasta el final y aprovechar los regalos del rival.

Aparecieron muchas virtudes que no se vieron en el ridículo del Clásico de Arabia. La segunda parte en el Etihad Stadium mostró la mejor versión de un Real Madrid unido, ambicioso y con carácter. Se sobrepuso al penalti de Ceballos a Foden, Ancelotti metió en el campo a Brahim Díaz, el hispano-marroquí hizo el empate y el equipo no se rindió. Ganó como equipo. Con sacrificio, lucha y la épica final del gol de Bellingham.

El Real Madrid no ha jugado un partido tan completo ni serio como el de la victoria contra el Manchester City. Histórica y de mérito por ser la primera que consigue en este campo y hacerlo con una defensa de emergencia. La clave estuvo en la voz de alarma que dio Ancelotti en el entrenamiento del día antes del partido, en el césped del Etihad Stadium, haciendo ver a los jugadores que si no había esfuerzo colectivo, el fracaso sería responsabilidad de todos.

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