Adictos a la resurrección: cómo el Real Madrid escribió otro capítulo de su fábula europea
Los blancos vencieron al Manchester City en el duelo de ida de la repesca de la Champions (2-3). Guardiola fue testigo de cómo fueron capaces de resucitar otra vez en el Etihad, como ocurrió en dos de los tres precedentes
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdff%2Fafe%2F75e%2Fdffafe75e396de90021986609ea0f801.jpg)
Europa fue testigo (una vez más) de la grandeza del Real Madrid en Europa. Los elogios, abrumadores por momentos, se han agotado porque no hay explicación racional para las gestas blancas por el viejo continente. En una nueva cita de este clásico contemporáneo, el sufrimiento de Pep Guardiola se extendió por cuarto año consecutivo, los mismos que él les hizo sufrir a la central lechera, puestos a usar su terminología, hace una década. A veces la vida entiende de justicia.
El resultado (2-3) fue espectacular para el Real Madrid, si se observa lo acaecido este martes y en los precedentes. Hasta ahora no habían ganado jamás en el Etihad, ya fuera en la ida o en la vuelta. Descubrir escenarios desconocidos, si es que a los blancos aún le quedan algunos en la Copa de Europa, se convierte en un motor inagotable.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd47%2F79b%2F9f2%2Fd4779b9f20f1a9decb0813e2e3336eaf.jpg)
La noche inglesa dejó varios nombres propios. El City encontró en Ederson a un guardián que neutralizó cualquier intento de ofensiva. Un portero con capacidades para todos conocidas, pero que coquetea entre el límite de la genialidad y la locura, para el bien y el mal. Con el 2-1, y el tiempo restante, casi parecía que se había firmado el armisticio para el duelo de vuelta. Pero el brasileño cometió su único error de la noche al traicionar el gran axioma del guardiolismo, con una volea que acabó en el empate y despertó la remontada blanca. Los ídolos suelen ser imperfectos. Ya lo advirtió el Negro Fontanarrosa.
El Madrid aprovechó la invitación del City a apurar la noche, si es que a los blancos hace falta que le hagan señales. Bellingham se ha impregnado bien de la cultura española, tanto para mostrar oposición a lo establecido como para aprender el castellano. Su célebre "madre mía" al colegiado será tan recordado en esta noche como el gol final que levantó a media capital de sus sillones.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff3f%2F1f2%2F3f6%2Ff3f1f23f63caf2562e1abc8f76a2e36e.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff3f%2F1f2%2F3f6%2Ff3f1f23f63caf2562e1abc8f76a2e36e.jpg)
El duelo Haaland-Mbappé
El 2-3 lo merecía el Madrid, cuya superioridad en la segunda mitad fue evidente, con un brillante Ceballos, jugador creativo como otros que salieron de Utrera. Aunque su imagen ocultándose el rostro tras el abrigo por culpa de su torpeza sea ya historia. Su excelso pase a Mbappé quedó en el olvido en cuanto cometió el penalti sobre Foden. Los blancos, sin embargo, siempre guardan una vida extra en la Champions y su error quedará almacenado junto al polvo del desván.
El duelo despierta la misma emoción que en la primera cita, porque el elenco de actores es destacado, con incorporaciones de renombre. Haaland llegó primero y más tarde lo hizo Mbappé. Los futbolistas con más presente se han convertido en antagonistas de esta saga que monopoliza el fútbol desde hace cuatro años.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff95%2Fffe%2Fbff%2Ff95ffebffc96f0f6ca9712a193ea5704.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff95%2Fffe%2Fbff%2Ff95ffebffc96f0f6ca9712a193ea5704.jpg)
Las pesadillas de Pep
La ausencia de Rüdiger se notó, porque su presencia fue destacada en duelos pasados, cuando Haaland estuvo en busca y captura. Que marcara dos goles no es en absoluto un reproche a Asencio, cuyo papel fue notable a campo abierto ante la escalada de peligrosidad del noruego. No era una noche fácil para el canterano, ya que como adelantó El Confidencial, sigue imputado en la causa por presunta pornografía infantil.
Kylian perdió en la batalla goleadora ante Haaland, aunque no fue por falta de ocasiones. Ederson le privó de aumentar su cuenta particular, pero vio cómo el remate del francés se coló en la portería. Fue el disparo menos ortodoxo posible, con un balón que alcanzó la red llorando, como si fueran lágrimas que con muchísima dificultad caían de los ojos.
El Real Madrid demostró que vive en una adicción carente de tratamiento. Una sobredosis de emoción que teletransporta al equipo de año en año, sin que la capacidad de sorpresa se vea alterada en ningún momento. Guardiola fue testigo de un nuevo capítulo de la fábula europea. Y el libro todavía no tiene final. El Santiago Bernabéu dictará sentencia.
Europa fue testigo (una vez más) de la grandeza del Real Madrid en Europa. Los elogios, abrumadores por momentos, se han agotado porque no hay explicación racional para las gestas blancas por el viejo continente. En una nueva cita de este clásico contemporáneo, el sufrimiento de Pep Guardiola se extendió por cuarto año consecutivo, los mismos que él les hizo sufrir a la central lechera, puestos a usar su terminología, hace una década. A veces la vida entiende de justicia.