Sale a la luz la verdadera cara de Ancelotti y la que compensa al Real Madrid si elimina al City
El Real Madrid muestra la orden de Ancelotti para ganar la final de la última Champions. No se puede arriesgar ni perder balones. Esto vale en el club siempre que se consigan títulos
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Al Real Madrid no le importa que salga a la luz la verdadera cara de Ancelotti en los grandes partidos. Es la de un entrenador conservador y aburrido, que compensa si se consiguen títulos. El club destripa la filosofía del italiano en el documental Cómo no te voy a querer con la charla privada del técnico en el descanso de la final de la Champions contra el Borussia Dortmund. Un vehemente Ancelotti da instrucciones a los jugadores para que sean un equipo con más disciplina defensiva, compacto y seguro: "¿Cuántos balones hemos perdido? No tenemos que arriesgar".
La orden insistente de Ancelotti está encuadrada en una estrategia de precaución y define su idea en partidos de alta competitividad. Ganar siendo prácticos está por encima de proponer un estilo de juego ambicioso y divertido. Esto no ha cambiado.
El Real Madrid quiere volver a desmoralizar al Manchester City con algo en lo que es especialista. Un planteamiento de equipo pequeño puede ser útil aunque se le tilde de cobarde. No es para presumir, pero es válido para arruinar los planes de Guardiola. Es la única estrategia con la que Ancelotti se siente seguro de poder pasar esta eliminatoria. Jugar como un equipo inferior para ser competitivo no es algo de lo que se acompleje el entrenador italiano, pese a contar con cuatro monstruos ofensivos del nivel de Bellingham, Rodrygo, Vinícius y Mbappé.
Ancelotti no quiere el balón, tampoco le interesa la posesión y no tiene ningún inconveniente en meter el equipo en la cueva si hay compromiso colectivo. Antes del derbi aseveró que será capaz de convencer a los delanteros de la importancia de sacrificarse en defensa. Lo está esperando una gran mayoría del madridismo con tal de ver que mejora la versión colectiva y no se tira la Champions a mediados de febrero. El Real Madrid está en esta situación de peligro, precisamente porque no se sabe a qué juega y la estructura está poco trabajada. Pero tiene mucho talento individual y lo que le falta, según Ancelotti, es que todos se pongan a currar sin balón.
😡 "¿CUÁNTOS BALONES HEMOS PERDIDO?"
— El Chiringuito TV (@elchiringuitotv) February 10, 2025
🔥 ANCELOTTI, más caliente que nunca en el descanso de la última final de Champions.
Adelanto del documental de Prime Video en #ChiringuitoMadrid. pic.twitter.com/xRi44QWc1M
Ni hacer regalos ni ahorrarse carreras sin balón para ir a la presión. Hay que ser solidarios y esforzarse en defensa. Es una propuesta rácana, poco vistosa, pero para el italiano es fundamental porque sabe que tiene algo que le diferencia del resto. No hace falta ir a por el partido. Es mejor ser un equipo contenido, de bloque bajo, pero en el momento en el que se pueda correr está seguro del daño que se le puede hacer al Manchester City.
'Matar' al City con los espacios
El Real Madrid, con sus problemas futbolísticos y de lesiones, tiene motivos para sonreír en la dura eliminatoria contra el Manchester City. Enfrente tendrá un rival que no va a poner el autobús, como el Atleti, ni habrá que derribar un muro, como con el que se estrelló en la derrota contra el Espanyol. El City deja espacios, lleva la iniciativa del juego, domina y hasta somete. Por este calvario pasó la temporada pasada el Real Madrid en una eliminatoria heroica que se decidió en los penaltis y dejó en evidencia que Ancelotti, en los grandes partidos, prioriza la solidez antes que el riesgo.
El estilo del Real Madrid en este tipo de partidos en la Champions y ante rivales que son protagonistas y asumen riesgos no varía. La prueba son los dos Clásicos perdidos contra el Barcelona. Es un equipo conservador, su fútbol es mediocre, pero a Ancelotti le compensa si se soluciona el problema de la fragilidad.
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Los dos puntos débiles del Real Madrid están en ser un equipo vulnerable y el atasco para fabricar fútbol. El centro del campo sigue sin estar cocinado y su mejor jugador cambia de posición en el Etihad Stadium. Fede Valverde tiene que pasar a ser lateral derecho por la lesión de Lucas Vázquez. Con lo que el Madrid se debilita. Regresa el enérgico e impetuoso Camavinga, sacrificado en defensa y temerario en los balones divididos. El último recuerdo que hay del francés es el penalti inoportuno que hizo en la final de la Supercopa de España contra el Barcelona.
Una patada a Gavi tan desastrosa como el pisotón de un mal perfilado Tchouaméni a Lino en el derbi. Es un reflejo de los errores defensivos que penalizan al Real Madrid y que se unen a la poca fluidez para generar fútbol.
Pero no todo es malo porque el punto fuerte está arriba si los delanteros explotan su velocidad, aprovechan los espacios y están acertados. Contra el City los van a tener, pero será siempre con la obligación de estar implicados en hacer un equipo compacto. Mentalidad colectiva y de sufrimiento. Desde la racanería y un fuerte ejercicio de resistencia, el Real Madrid se convierte en un equipo temible.
Al Real Madrid no le importa que salga a la luz la verdadera cara de Ancelotti en los grandes partidos. Es la de un entrenador conservador y aburrido, que compensa si se consiguen títulos. El club destripa la filosofía del italiano en el documental Cómo no te voy a querer con la charla privada del técnico en el descanso de la final de la Champions contra el Borussia Dortmund. Un vehemente Ancelotti da instrucciones a los jugadores para que sean un equipo con más disciplina defensiva, compacto y seguro: "¿Cuántos balones hemos perdido? No tenemos que arriesgar".