La fría celebración de Ancelotti: cuando el éxito de Gonzalo no es la solución del Real Madrid

Ancelotti está en modo supervivencia y no tiene cuerpo ni para apuntarse el tanto de sacar a Gonzalo en Butarque y que sea el autor del gol del triunfo que vale para clasificarse a las semifinales de la Copa del Rey. Podía aprovechar este momento para reivindicarse o ponerse una medalla. Siete canteranos ya han jugado esta temporada con el primer equipo. Ancelotti tiene una preocupación mayor que le impide sonreír y con la irrupción de Gonzalo no se volvió loco. No tiene defensas y en Butarque reconoció que Jacobo Ramón no da el nivel para este tramo tan duro de temporada. Lucas Vázquez, además, está tocado.

El punto débil del Real Madrid es la escasez de defensas y no la línea ofensiva, donde Ancelotti tiene abundancia de delanteros. Es por lo que la aparición de Gonzalo va a ser fugaz. Puede que no le veamos mucho más con el primer equipo. Si jugó en Butarque es porque no estaban Bellingham y Mbappé y el partido lo planteó con las rotaciones. Miró más al derbi contra el Atleti en el Bernabéu y al partido de Champions contra el Manchester City en el Etihad Stadium.

Gonzalo no soluciona los problemas del italiano en un momento clave de la temporada y su estado de intranquilidad es notorio. Pese a que lo oculte, porque, por encima de todo, Ancelotti es un hombre de club. El que le podía haber levantado la moral es Jacobo Ramón si el central hubiera dado señales de estar para competir en alguno de los dos próximos partidos. El bajón con el que se le vio al entrenador madridista por el rendimiento que dio Jacobo Ramón en Butarque no le permitió darse una alegría.

Habló más de los nervios de Jacobo Ramón que de la importancia del gol de Gonzalo. No hay ningún reproche al partido que hizo el central, con un penalti que significó el primer gol del Leganés y acciones en las que se le vio superado. "Todavía le falta algo", es como zanjó la actuación de un chico que salió de una lesión de tres meses y que seguirá en dinámica del primer equipo, pero que no le ofrece garantías para ser titular.

Ancelotti echa en falta defensas experimentados, curtidos y maduros para partidos como los del Atleti y Manchester City. No los hay, no cuenta ni con Jesús Vallejo y, en su resignación, pide sacar adelante este momento difícil con sufrimiento.

Jacobo Ramón está crudo

La posición de central y el lateral derecho es un quebradero de cabeza para el italiano. Se agarra al lema de Simeone. Ir partido a partido. Para el derbi le queda claro que Jacobo Ramón está crudo. No está preparado y tendrá que regresar Tchouaméni para jugar al lado de Raúl Asencio. El francés, por una cosa u otra, no hace carrera de pivote en el Madrid. Prima la emergencia de hacer lo más sólido posible al equipo con los recursos disponibles y la exigencia de un fuerte compromiso colectivo.

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De esta manera se explica la reprimenda de Modric a Vinícius en Butarque por la pasividad defensiva del brasileño en un momento donde el equipo ha pedido más implicación, intensidad y solidaridad. Fede Valverde se sacrifica para jugar en el lateral derecho, Modric se mete entre pecho y espalda todo el partido contra el Leganés... No es de recibo que Vinícius, que jugó el segundo tiempo, regrese andando a posiciones defensivas. Esto también influye en el enfado de Ancelotti, que respalda a Modric en el rapapolvo a Vinícius.

Si la cara es el espejo del alma, la de Ancelotti tras la victoria contra el Leganés reflejó angustia. No tiene nada que ver con la de Simeone después de la goleada al Getafe, hinchado por el doblete de su hijo Giovanni y a carcajadas con la broma de que al Bernabéu van a llegar en autobús. En referencia a la presión que puede tener el árbitro del derbi (Soto Grado) por la carta del Real Madrid contra el CTA. Hay un Ancelotti preocupado y un Simeone esperanzado.