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"Pedí que pararan las bromas". El instante que lo cambió todo tras el beso de Rubiales a Jenni
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"Pedí que pararan las bromas". El instante que lo cambió todo tras el beso de Rubiales a Jenni

Irene Paredes relató en sede judicial cómo se percató de la magnitud de lo ocurrido en Australia. Poco después la atmósfera se hizo insoportable y llegó la caída del expresidente

Foto: Irene Paredes, tras declarar por el caso Rubiales. (Europa Press/Alberto Paredes)
Irene Paredes, tras declarar por el caso Rubiales. (Europa Press/Alberto Paredes)

Las jugadoras celebraban el Mundial en el vestuario. Era lo que tocaba tras haber conseguido el título, hecho que había quedado eclipsado por los tocamientos de Luis Rubiales al lado de la reina Letizia. Y por el beso no consentido que el expresidente le dio a Jennifer Hermoso en la entrega de medallas. Aquel detalle era muy grave. Pero (casi) todas las jugadoras tardaron en darse cuenta.

Irene Paredes, una de las capitanas del equipo, fue la primera en percatarse de la magnitud de lo ocurrido. Así lo reconoció en sede judicial: "Sólo recuerdo un momento en el autobús. Rubiales vino a la parte de atrás, donde estábamos las jugadoras, cogió a Jenni, dijeron algo del viaje a Ibiza y, al volver a sentarse, hubo algunas jugadoras que empezaron a gritar: '¡Presidenta, presidenta'. Les dije que pararan, que podía ser algo muy grave". Un gesto de líder de vestuario y de autogestión, ya que nadie de la RFEF se interesó por la situación de Hermoso

El escándalo creció con el paso de las horas, sobre todo a raíz de una entrevista que el expresidente dio en El Partidazo de Cope. En el vuelo de vuelta desde Australia, empezaron las conversaciones para que Jenni saliera junto a Rubiales en un vídeo para quitarle hierro al asunto. La idea era hacerlo en la escala que hubo en Doha, dada la extensión del vuelo.

placeholder Rubiales, a su salida del juzgado. (Europa Press)
Rubiales, a su salida del juzgado. (Europa Press)

Rubiales, según las palabras de Paredes, le dijo que había sido tachado de "violador". La jugadora fue franca en su respuesta: "Entiendo que es por lo que pasó, y a mí eso me parece magnificarlo, pero no pareció bien [que le dieras un beso]". En la escala, el expresidente pidió disculpas en un vídeo que finalmente hizo en solitario.

Una presión insoportable

"Jenni estaba preocupada, estaba disgustada. La vi llorar contándonos esto porque era un tema que la agobiaba". La preocupación continuó en el viaje que las campeonas hicieron a Ibiza, hasta donde se desplazó Albert Luque, director deportivo de la RFEF, para convencerla de que justificara el beso que había recibido.

Ana Belén Ecube, amiga de Hermoso, fue otra de las testigos en el juicio. Este fue su relato de los días en Ibiza. "La situación fue muy hostil". Según sus palabras, Luque se presentó incluso en el hotel con el objetivo de hablar con Jenni. Fue la misma Ecube la que tuvo que frenarlo y pedirle que la dejaran "descansar".

"Al principio fue un tono agradable. Luque me dijo: '¿No va a bajar Jenni?'. Le dije que no y me contestó que venía en calidad de amigo. Le dije que si fuera su amigo sabría que necesita descansar y que era tiempo de respetar su espacio". La presión era insoportable en esos días, justo antes de que Rubiales protagonizara el célebre "no voy a dimitir" en Las Rozas.

Los favores de Rubiales

"Yo le dije [a Luque]: 'Estamos así por vuestra culpa. Estáis todos muy nerviosos porque sabéis que, si Rubiales cae, os vais todos a la calle'. Nos respondió: 'Si nos ayudáis, sabéis que Luis [Rubiales] sabe devolver muy bien los favores y no os va a faltar trabajo ni a ti ni a Jenni'. Le dije que no. Me pareció venderle mi alma al diablo", resaltó Ecube.

Foto: La amiga de Jenni Hermoso, Ana Ecube. (EFE/Fernando Villar)

El beso había pasado completamente desapercibido… hasta que se comprobó realmente la envergadura de lo ocurrido. Fue entonces cuando la presión se hizo insoportable y Rubiales intentó que Jenni apaciguara el asunto. Pero fue imposible. Llegó la denuncia y poco después su caída. Lo que los presuntos delitos económicos no consiguieron (de momento) llegó con un beso no consentido.

Las jugadoras celebraban el Mundial en el vestuario. Era lo que tocaba tras haber conseguido el título, hecho que había quedado eclipsado por los tocamientos de Luis Rubiales al lado de la reina Letizia. Y por el beso no consentido que el expresidente le dio a Jennifer Hermoso en la entrega de medallas. Aquel detalle era muy grave. Pero (casi) todas las jugadoras tardaron en darse cuenta.

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